La drástica caída de la competitividad argentina

Adriano Mandolesi

Nota escrita en colaboración con Lic. Agustina Leonardi

De acuerdo con el Índice de Competitividad elaborado por el World Economic Forum (WEF) dado a conocer recientemente, Argentina se ubica en el puesto 106 sobre un total de 140 países evaluados. Desciende dos puestos respecto a la edición pasada. Además, se advierte una dramática caída desde 2003, al caer 28 puestos.

El Índice de Competitividad del WEF analiza tres factores de estudio. El primer elemento son los “requerimientos básicos”, dentro de los cuales se estudian cuestiones vinculadas a las instituciones, a la educación y a la estabilidad macroeconómica. Un segundo elemento analiza los “potenciadores de la eficiencia” y contempla aspectos del mercado de bienes y del mercado laboral, mientras que un tercer componente analiza los “factores de innovación”. De las tres áreas de estudio, Argentina se adjudica la peor posición en la primera de ellas, con el puesto 104, en tanto que en las otras dos se posiciona en los lugares 88 y 99, respectivamente.

El ranking es liderado por Suiza, escoltado por Singapur y Estados Unidos. En términos regionales, Chile es el país líder (puesto 35), seguido por Panamá (50), México (57), Colombia (61), Perú (69), Uruguay (73), Brasil (75) y Ecuador (76). Argentina sólo supera a Bolivia (117), Paraguay (118) y Venezuela (132).

Al desagregar cada una de las áreas de estudios en las diversas variables que componen el índice, los peores puestos se hallan en efectos de los impuestos en el mercado de trabajo (puesto 140), efectos de los impuestos en los incentivos a la inversión (139), favoritismo en las decisiones del Gobierno (139), presencia de barreras comerciales (139), procedimientos aduaneros (139), despilfarro del gasto público (138), confianza pública en los políticos (137), ética y corrupción (137) y desvío de fondos públicos (136).

Se advierte que las peores posiciones de Argentina se hallan en el área institucional. Además del deterioro institucional, el reporte señala que el entorno macroeconómico débil, la ineficiencia del sector financiero, la inflación y las regulaciones son los principales obstáculos para la inversión. Vale señalar que Argentina sólo alcanza un buen desempeño relativo en las variables tamaño del mercado (27) y captación de tecnologías de la información y la comunicación (52).

Por otra parte, hay que destacar el fuerte deterioro en los últimos años en materia de competitividad en nuestro país. Para el año 2003, Argentina ocupaba el puesto 78 en este ranking, es decir, perdió 28 posiciones en doce años. A este magro resultado en competitividad, se adicionan los notables deterioros obtenidos en los últimos años en libertad económica, libertad de prensa, derechos de propiedad y percepción de corrupción, entre otros tantos.

En efecto, índices confeccionados por organizaciones diferentes y con metodologías también disímiles arriban a una misma conclusión: En los últimos años Argentina ha profundizado su debilidad institucional, hay fuertes obstáculos gubernamentales para el desarrollo de negocios y es menos competitiva. Esto no es gratis y se refleja en que el país hace cuatro años que no crece, no se crea empleo en el sector privado, la tasa de inflación es una de las más elevadas del mundo. Además, hay un marcado agotamiento de stocks, falta de infraestructura, bajas reservas internacionales, estrangulamiento externo y pérdida de confianza, transparencia y credibilidad. Sin dudas la última década será recordada como la década de la pérdida de competitividad para el país.