El populismo de Donald Trump, signo de decadencia

Antes he escrito sobre este asunto por cierto alarmante para el futuro del mundo libre. Aunque Donald Trump finalmente no gane frente a su contrincante en la recta final de las elecciones presidenciales, el mero hecho de haber vencido diferentes pruebas dentro de su partido constituye una muestra de la severa decadencia del espíritu estadounidense. Y esto no sólo ocurre en su partido, sino también en el demócrata, en el que se afianza la política estatista que propone Hillary Clinton y se da aliento al abiertamente socialista Bernie Sanders.

Este fenómeno va a contracorriente de las enseñanzas y de los valores propuestos en su momento por los padres fundadores de esa nación que parió con los principios de libertad más arraigados de todos los que se conocieron en la historia de la humanidad. Este fenómeno, decimos, ocurrió debido a los cambios más o menos radicales que se vienen sucediendo en la educación que, en líneas generales, se imparte en ese país. Esto fue advertido por no pocos autores, por ejemplo, por Thomas Sowell en Inside American Education, por Alan Kors y Harvey Silverglate en The Shadow University. The Betrayal of Liberty on America´s Campuses, Allan Bloom en The Closing of the American Mind y el ensayo de Paul Johnson, Schools for Atilas. Continuar leyendo

La contracara del sueño americano

No basta con los desastres que ha provocado Bush II ni los estropicios de Barack Obama respecto a los derechos individuales; ahora irrumpe en la escena política Donald Trump, el exitoso agente inmobiliario que por esa razón cree que puede llevarse al mundo por delante con sus propuestas fascistas de gran repercusión en el público estadounidense.

En su discurso de cincuenta minutos de junio último desde el Trump Tower en Manhattan el personaje de marras lanzó parte de su campaña presidencial que por el momento, según las encuestas (frecuentemente sujetas a gruesos errores), lidera las preferencias en círculos republicanos.

Sus aseveraciones resultan por cierto inquietantes para cualquier persona mínimamente inclinada a los postulados de la sociedad abierta. Desafortunadamente, está en línea con los resurgimientos de los nefastos nacionalismos europeos de estos tiempos.

La emprendió contra la inmigración, especialmente contra los mexicanos, a quienes tildó de traficantes de drogas, violadores y criminales, al tiempo que aseguró que construirá un muro muy alto que hará financiar a los propios mexicanos. Continuar leyendo