La presidencia del Senado cobra gran interés

El llamado a indagatoria al vicepresidente Amado Boudou por el caso Ciccone no sólo abre un enorme interrogante respecto a su permanencia en ese cargo en su hecho sin precedentes en la historia política moderna, sino que además le da mucha más importancia a la pelea que se viene a fin de mes por la sucesión de Beatriz Rojkes de Alperovich en la presidencia provisional del Senado, cargo que ocupa el segundo lugar en la línea de sucesión presidencial.

La sesión preparatoria será el miércoles 26 o el jueves 27 y cada día genera más expectativa ya que la definición fue postergada en diciembre, pese a que en esa fecha siempre se eligen las nuevas autoridades del Congreso. Oficialmente no se ha informado el nombre de quien va a reemplazar a la esposa del gobernador de Tucumán aunque hace meses que se viene especulando con que el flamante senador santiagueño Gerardo Zamora sería el preferido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Incluso el propio ex gobernador se ha encargado de comentarlo en varias mesas políticas.

Pero los tiempos políticos van cambiando y se percibe cierto estado deliberativo en el bloque de senadores del Frente para la Victoria ya que su titular, Miguel Ángel Pichetto, está dispuesto a pelear por ese cargo. Fortalecido por su contundente triunfo en Río Negro en las legislativas de octubre se ofrece como alternativa para evitar que un radical K quede en la línea de sucesión, sobre todo por la importancia estratégica de ese cargo si Boudou debe pedir licencia o dar un paso al costado.

Precisamente, esto es lo que preocupa a varios senadores del PJ. No les causa ninguna gracia la simple posibilidad de que un aliado extrapartidario quede muy cerca de la vicepresidencia en detrimento del peronismo. Zamora asegura que tiene la promesa de Carlos Zannini, el secretario y legal técnico de la Presidencia, para ser titular del Senado. Argumenta además que por eso asumió la banca ya que al ser inhabilitado por la Corte Suprema a presentarse a un tercer mandato como gobernador estaba dispuesto a quedarse en Santiago del Estero para “cogobernar” junto a su esposa, quien debió sucederlo.

Conviene tener en cuenta que el santiagueño tiene otra traba para llegar a la presidencia provisional del cuerpo que es el rechazo unánime de los senadores de la UCR, primera minoría, que no le perdonan su decisión de abandonar el partido e incorporarse sin disimulo al kirchnerismo. La bancada que lidera Gerardo Morales preferiría que Rojkes de Alperovich siguiera en ese cargo o avalar a Pichetto con quien se llevan muy bien. También Zamora genera resistencias entre el resto de los legisladores de la oposición, incluyendo al centro-izquierda, el PJ disidente y el PRO.

Aparentemente el escenario resulta favorable a las aspiraciones de Pichetto, quien incluso podría lograr los votos de muchos senadores opositores pero en la Casa Rosada no es visto con bueno ojos. Pese a que el martes estuvo en primera fila aplaudiendo el discurso de la jefa de Estado, los kirchneristas recelan del rionegrino porque en los últimos tiempos ha mostrado ciertos signos de independencia de criterio y no disimula su entusiasmo por la candidatura presidencial de Daniel Scioli. Luego de los comicios legislativos del año pasado hasta aparecieron afiches en Viedma con la fórmula Scioli-Pichetto. 

Con estos antecedentes no parece ser el mejor candidato para ocupar un cargo que lo puede transformar en números dos en la sucesión presidencial ante la delicada situación de Boudou. Los K de paladar negro siempre recuerdan que Néstor solía decir, frente a las bromas que recibía luego del voto no positivo de Julio Cobos, así actuó un radical “imagínense si el vicepresidente era peronista”. Esa visión es compartida por Cristina quien prefiere un líbero en lugar estratégico antes que un representante del establishment del peronismo.

Claro que la sangre no puede llegar al río y se supone que el nombre del sucesor se conocerá antes de que los senadores bajen al recinto para definir la titularidad del cuerpo. La definición no parece sencilla. Zamora la tiene complicada pero no sabe hasta dónde puede avanzar Pichetto en su movida rebelde. No habría que descartar entonces que no haya cambio y se quede Rojkes para evitar conflictos.  El kirchnerista Marcelo Fuentes podría ser una salida consensuada. Una pelea para alquilar balcones.

Insaurralde no es el único K que pierde por más diferencia que en agosto

Si bien la mirada de la dirigencia política, empresaria y financiera está puesta en la diferencia que le saque Sergio Massa a Martín Insaurralde el último domingo de octubre, lo cierto es que a partir de las PASO se percibe un escenario desfavorable para los candidatos del Frente para la Victoria que va más allá de la provincia de Buenos Aires y que marca un cansancio en la sociedad frente al estilo kirchnerista y al liderazgo de la presidenta Cristina Fernández.

Es cierto que lo que ocurre en el principal distrito del país siempre es noticia, sobre todo cuando surge una joven figura como Massa, que rápidamente coloca en jaque al aparato del Estado provincial y nacional. El peso específico del escenario electoral bonaerense es inigualable pero conviene repasar otros distritos grandes y chicos para percibir la profundidad de lo que realmente está ocurriendo en la sociedad argentina.

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Cobos y Binner pueden beneficiarse de la puja peronista Massa-Scioli

Si bien cualquier pronóstico que vaya más allá de las elecciones legislativas del mes octubre suena sumamente arriesgado, lo cierto es que todo parece indicar que la coalición radical socialista amenaza con convertirse en una fuerza electoral competitiva para las presidenciales de 2015 sobre todo si “nacionalizan” la experiencia que empleó UNEN en la Ciudad de Buenos Aires.

Tal como lo anticipamos desde esta columna el 29 de julio pasado, las PASO fortalecieron finalmente a la oposición no peronista. La contundencia de los triunfos de Julio Cobos en Mendoza y Hermes Binner en Santa Fe, las buenas performances de Elisa Carrió en CABA y las victorias radicales en Catamarca, La Rioja, Corrientes, además del excelente desempeño en Jujuy, pusieron en el centro de la escena al panradicalismo como un protagonista clave para los dos próximos años.

En primera instancia el objetivo de la UCR, el socialismo y la Coalición Cívica es consolidar los triunfos logrados el 11 de agosto y estrechar diferencias en los distritos donde vienen de abajo. Binner pretende ganar con más comodidad pero se percibe un corrimiento de votos peronistas de Jorge Obeid a Miguel Del Sel que podría provocar un escenario más parejo entre el PRO y el Frente Progresista. Aunque nadie duda de la victoria del médico rosarino que se impuso en 18 de los 19 departamentos provinciales.

Cobos aparece mucho más entusiasmado que Binner ya que la decisión del ex gobernador radical Roberto Iglesias de bajar su lista podría ampliar su triunfo en octubre con la posibilidad de arañar el 50% de los votos. Tan relajado se lo ve que pretende viajar a otros distritos al igual que el socialista para darle una mano a los candidatos afines. Pero el ex vicepresidente sabe que de confirmarse esos números no sólo se transforma en uno de los presidenciables de ese espacio político para 2015 sino que además su voz será más influyente en la conducción de la UCR.

La otra expectativa destacada está puesta en la figura de Carrió que, de acuerdo a los últimos sondeos, podría ganar la competencia porteña por los diputados nacionales. Si la lista que encabeza la líder de la Coalición Cívica se impone a la del PRO con el rabino Sergio Bergman no habrá que descartar su incorporación al pelotón de los que competirían en las presidenciales por esta coalición dentro de dos años. El otro aspirante sería Ernesto Sanz, quien quedaría con poco espacio al ser mendocino igual que Cobos.

Quienes ya programan esa primaria entre Cobos, Binner y Carrió anticipan que la estrategia debe incluir objetivos que demuestran que esa coalición tiene ansias de poder. Sostienen que el posicionamiento del Frente Progresista debe comenzar el 10 de diciembre con la pelea por cargos estratégicos en la Cámara de Diputados. Los radicales aspirar a la presidencia del cuerpo pero los socialistas no se muestran muy entusiasmados. Quizás se zanje la diferencia apuntando a quedarse con la titularidad de las comisiones más estratégicas.

También apuntan a que los liderazgos provinciales que se consagrarán en octubre se transformen en candidatos para competir seriamente por varias gobernaciones. Este espacio político pretende llegar a 2015 quedándose con el control de cinco o seis provincias más de las que gobiernan actualmente (Santa Fe y Corrientes). Por razones emblemáticas y no tanto por peso territorial, se entusiasman con Santa Cruz de la mano del ganador de las PASO el radical Eduardo Costa. La resurrección de Cobos les permitirá recuperar la gobernación de Mendoza. Suena la senadora Laura Montero o Alfredo Cornejo, ambos de confianza del ex vicepresidente.

Consideran además que podrán pelear voto a voto por Tucumán de la mano del senador José Cano ya que el gobernador José Alperovich no puede presentarse a un nuevo mandato. Eduardo Brizuela del Moral, reciente ganador en las PASO de Catamarca, ya se anota para volver a ser gobernador, mientras que Ángel Rozas, Gerardo Morales, Julio Martínez y Ramón Mestre (h) competirán con más chances por las gobernaciones de Chaco, Jujuy, La Rioja y Córdoba.

Evidentemente el talón de Aquiles de esta construcción de la oposición no peronista se da en la provincia de Buenos Aires, más concretamente en el Conurbano bonaerense donde no tiene inserción desde hace más de una década. La floja performance del dúo Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín anticipa un recambio de figuras para 2015. Claro que no sobran las alternativas. Algunos pretenden “provincializar” las figuras de intendentes radicales del interior o recuperar a los ahora massistas Gustavo Posse, jefe comunal de San Isidro o el de Junín, Mario Moeni.

Quizás la apuesta más audaz sea la que analizan en usinas radicales respecto a mudar a territorio bonaerense a Martín Lousteau, gran revelación por su debut electoral en UNEN. Debe ser la figura más atractiva que tiene el panradicalismo para captar votos en el primer cordón del GBA y especialmente entre los jóvenes. Claro que el ex ministro de Economía también es número puesto para pelear por la jefatura de gobierno porteña, aunque si lo trasladan a provincia de Buenos Aires podría ser reemplazado por Alfonso Prat Gay para la sucesión de Mauricio Macri.

Obviamente no todo está lineal y sencillo a la hora de volver a construir una fuerza no PJ como alternativa de gobierno después del fracaso de la Alianza en 2001. Tarea complicada. Deberán convencer al electorado y revertir ese “lugar común” que en la Argentina solo garantizan gobernabilidad los peronistas. En ese sentido, quizás se vean favorecidos por los pronósticos que indican un final ajetreado al mandato de Cristina Kirchner y la propia interna justicialista por la sucesión entre Sergio Massa y Daniel Scioli.

También tendrán que lidiar con el fantasma de Fernando De la Rúa y las peleas con el Frepaso de Chacho Álvarez. Los conocedores de esta coalición creen que lo más competitivo sería la fórmula Cobos-Binner porque creen que el ex vicepresidente es el favorito a ganar esa primaria por el peso territorial de la UCR a nivel nacional. Con ese binomio presidencial y candidatos de peso en las provincias se tienen fe para llegar a una segunda vuelta. Tienen una nueva oportunidad pero dos años en la Argentina es como una década en otro país.  También es cierto que un sector importante del electorado está harto de gobiernos peronistas.