Insaurralde no es el único K que pierde por más diferencia que en agosto

Si bien la mirada de la dirigencia política, empresaria y financiera está puesta en la diferencia que le saque Sergio Massa a Martín Insaurralde el último domingo de octubre, lo cierto es que a partir de las PASO se percibe un escenario desfavorable para los candidatos del Frente para la Victoria que va más allá de la provincia de Buenos Aires y que marca un cansancio en la sociedad frente al estilo kirchnerista y al liderazgo de la presidenta Cristina Fernández.

Es cierto que lo que ocurre en el principal distrito del país siempre es noticia, sobre todo cuando surge una joven figura como Massa, que rápidamente coloca en jaque al aparato del Estado provincial y nacional. El peso específico del escenario electoral bonaerense es inigualable pero conviene repasar otros distritos grandes y chicos para percibir la profundidad de lo que realmente está ocurriendo en la sociedad argentina.

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La moda trotskista ecilpsa al marketing del Nestornauta

Este fin de semana fue noticia en los medios que el trotskismo es la fuerza más votada por los estudiantes universitarios en la Universidad de Buenos Aires. Luego de elecciones en 13 facultades, el Partido Obrero y sus aliados se quedaron con el control de 6 centros de estudiantes, Farmacia, Veterinaria, Sociales, Psicología, Filosofía y Ciencias Exactas.

Pese al impacto que causó en la opinión pública y en las redes sociales, no se trata de una tendencia novedosa que además ha dejado en evidencia la escasa inserción del kirchnerismo, especialmente La Cámpora, entre los votantes jóvenes. El PO en todas sus variantes viene creciendo en varios frentes mientras que los K están en retroceso aunque nunca lograron transformarse en un fenómeno juvenil como lo fuera la Tendencia peronista en los años 70 o la Franja Morada en los 80.

También esta variante trotskista ha logrado instalarse con fuerza en los centros de estudiantes de colegios secundarios. El año pasado lograron vencer al camporismo y quitarle el control en el emblemático Colegio Nacional de Buenos Aires, cantera de una innumerable legión de dirigentes políticos de todos los tiempos. Evidentemente el atroz crimen de Mariano Ferreyra, militante del PO, en 2010 y la movida marketinera de “un milagro para Altamira” en las presidenciales de 2011 atrajeron la simpatía de muchos jóvenes entusiasmados por la política pero decepcionados con los partidos tradicionales.

Claro que la inserción del trotskismo y sus aliados no sólo debe encasillarse entre estudiantes secundarios y universitarios de clase media ya que han logrado hacer pie en las comisiones internas de muchos gremios controlados históricamente por el peronismo tradicional. Quizás el caso más emblemático sea la presencia de Claudio Della Carbonara, del Partido de los Trabajadores Socialistas, como integrante de la conducción de los polémicos Metrodelegados y líder de los trabajadores de la Línea B, además de candidato a senador porteño por el Frente de Izquierda.

Otra de las organizaciones sindicales donde más han avanzado es en el sindicato de alimentación sobre todo con la radicalización de las protestas en la empresa Kraft.  Incluso el año pasado pusieron en apuros al histórico Rodolfo Daer, ex secretario general de la CGT, al intentar pelearle la conducción del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA). Javier Hermosilla, delegado de Kraft y militante del PTS,  obtuvo el 36% de los votos contra el 64% del oficialismo. La Lista Bordó ganó además en Kraft, Bonafide, PepsiCo, Felfort y 11 establecimientos más que controlaban los hombres de Daer.

Este año los troskos dieron un batacazo en los comicios de SUTEBA, principal gremio docente bonaerense que controla el kirchnerista Roberto Baradel, al imponerse en 11 de las 32 seccionales en que se presentó la Lista Multicolor. Si bien el líder de los paros contra Daniel Scioli logró su reelección con el 70% de los votos, ya no controla distritos estratégicos como La Plata, Ensenada, La Matanza, Quilmes, Tigre, Berazategui, Bahía Blanca, San Martín, Escobar y Esteban Echeverría. Un voto castigo al alineamiento kirchnerista de Baradel.

Algo similar se registró en julio de este año en las elecciones de Foetra (telefónicos seccional bonaerense) donde la lista combativa logró un 37% de los votos contra la estructura del kirchnerista Osvaldo Iaradola. Y la semana pasada desafiaron en la CTERA el poder de Stella Maldonado, también alienada con los K, con una lista liderada por el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), Daniel Huth, dirigente del PTS, obteniendo un 30% con triunfos en varias seccionales. El avance también se percibe en la UOM, gráficos, ferroviarios, bancarios, empleados de salud, entre los más significativos.

En este contexto no son pocos los pronósticos que anticipan para octubre una de las mejores performances electorales de la izquierda dura en elecciones legislativas. En las primarias de agosto el Frente de Izquierda (PO, PTS) logró casi un 4% a nivel nacional. Sorprendiendo el tercer puesto en Mendoza con el 7,6%, en Jujuy con 8,9%, en Salta con el 11,1%, en Neuquén 6,6% y en Río Negro 6,6%. También tiene expectativas en Capital con Altamira y en Buenos Aires con Néstor Pitrola, quien podría alcanzar en intención de voto a Francisco De Narváez.

El otro que cuenta con grandes chances de ingresar a la Cámara de Diputados es el mendocino Nicolás del Caño, trabajador administrativo de una bodega de 33 años, quien de acuerdo a los últimos sondeos está duplicando los votos obtenidos en las PASO. En una provincia tan conservadora sorprende que este candidato trotskista este obteniendo más del 14% y quitándole una banca al PJ. Seguramente la cosecha nacional será más numerosa que en octubre porque los troskos están de moda, le quitan adhesiones a los K decepcionados y es un voto bronca. 

Cobos y Binner pueden beneficiarse de la puja peronista Massa-Scioli

Si bien cualquier pronóstico que vaya más allá de las elecciones legislativas del mes octubre suena sumamente arriesgado, lo cierto es que todo parece indicar que la coalición radical socialista amenaza con convertirse en una fuerza electoral competitiva para las presidenciales de 2015 sobre todo si “nacionalizan” la experiencia que empleó UNEN en la Ciudad de Buenos Aires.

Tal como lo anticipamos desde esta columna el 29 de julio pasado, las PASO fortalecieron finalmente a la oposición no peronista. La contundencia de los triunfos de Julio Cobos en Mendoza y Hermes Binner en Santa Fe, las buenas performances de Elisa Carrió en CABA y las victorias radicales en Catamarca, La Rioja, Corrientes, además del excelente desempeño en Jujuy, pusieron en el centro de la escena al panradicalismo como un protagonista clave para los dos próximos años.

En primera instancia el objetivo de la UCR, el socialismo y la Coalición Cívica es consolidar los triunfos logrados el 11 de agosto y estrechar diferencias en los distritos donde vienen de abajo. Binner pretende ganar con más comodidad pero se percibe un corrimiento de votos peronistas de Jorge Obeid a Miguel Del Sel que podría provocar un escenario más parejo entre el PRO y el Frente Progresista. Aunque nadie duda de la victoria del médico rosarino que se impuso en 18 de los 19 departamentos provinciales.

Cobos aparece mucho más entusiasmado que Binner ya que la decisión del ex gobernador radical Roberto Iglesias de bajar su lista podría ampliar su triunfo en octubre con la posibilidad de arañar el 50% de los votos. Tan relajado se lo ve que pretende viajar a otros distritos al igual que el socialista para darle una mano a los candidatos afines. Pero el ex vicepresidente sabe que de confirmarse esos números no sólo se transforma en uno de los presidenciables de ese espacio político para 2015 sino que además su voz será más influyente en la conducción de la UCR.

La otra expectativa destacada está puesta en la figura de Carrió que, de acuerdo a los últimos sondeos, podría ganar la competencia porteña por los diputados nacionales. Si la lista que encabeza la líder de la Coalición Cívica se impone a la del PRO con el rabino Sergio Bergman no habrá que descartar su incorporación al pelotón de los que competirían en las presidenciales por esta coalición dentro de dos años. El otro aspirante sería Ernesto Sanz, quien quedaría con poco espacio al ser mendocino igual que Cobos.

Quienes ya programan esa primaria entre Cobos, Binner y Carrió anticipan que la estrategia debe incluir objetivos que demuestran que esa coalición tiene ansias de poder. Sostienen que el posicionamiento del Frente Progresista debe comenzar el 10 de diciembre con la pelea por cargos estratégicos en la Cámara de Diputados. Los radicales aspirar a la presidencia del cuerpo pero los socialistas no se muestran muy entusiasmados. Quizás se zanje la diferencia apuntando a quedarse con la titularidad de las comisiones más estratégicas.

También apuntan a que los liderazgos provinciales que se consagrarán en octubre se transformen en candidatos para competir seriamente por varias gobernaciones. Este espacio político pretende llegar a 2015 quedándose con el control de cinco o seis provincias más de las que gobiernan actualmente (Santa Fe y Corrientes). Por razones emblemáticas y no tanto por peso territorial, se entusiasman con Santa Cruz de la mano del ganador de las PASO el radical Eduardo Costa. La resurrección de Cobos les permitirá recuperar la gobernación de Mendoza. Suena la senadora Laura Montero o Alfredo Cornejo, ambos de confianza del ex vicepresidente.

Consideran además que podrán pelear voto a voto por Tucumán de la mano del senador José Cano ya que el gobernador José Alperovich no puede presentarse a un nuevo mandato. Eduardo Brizuela del Moral, reciente ganador en las PASO de Catamarca, ya se anota para volver a ser gobernador, mientras que Ángel Rozas, Gerardo Morales, Julio Martínez y Ramón Mestre (h) competirán con más chances por las gobernaciones de Chaco, Jujuy, La Rioja y Córdoba.

Evidentemente el talón de Aquiles de esta construcción de la oposición no peronista se da en la provincia de Buenos Aires, más concretamente en el Conurbano bonaerense donde no tiene inserción desde hace más de una década. La floja performance del dúo Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín anticipa un recambio de figuras para 2015. Claro que no sobran las alternativas. Algunos pretenden “provincializar” las figuras de intendentes radicales del interior o recuperar a los ahora massistas Gustavo Posse, jefe comunal de San Isidro o el de Junín, Mario Moeni.

Quizás la apuesta más audaz sea la que analizan en usinas radicales respecto a mudar a territorio bonaerense a Martín Lousteau, gran revelación por su debut electoral en UNEN. Debe ser la figura más atractiva que tiene el panradicalismo para captar votos en el primer cordón del GBA y especialmente entre los jóvenes. Claro que el ex ministro de Economía también es número puesto para pelear por la jefatura de gobierno porteña, aunque si lo trasladan a provincia de Buenos Aires podría ser reemplazado por Alfonso Prat Gay para la sucesión de Mauricio Macri.

Obviamente no todo está lineal y sencillo a la hora de volver a construir una fuerza no PJ como alternativa de gobierno después del fracaso de la Alianza en 2001. Tarea complicada. Deberán convencer al electorado y revertir ese “lugar común” que en la Argentina solo garantizan gobernabilidad los peronistas. En ese sentido, quizás se vean favorecidos por los pronósticos que indican un final ajetreado al mandato de Cristina Kirchner y la propia interna justicialista por la sucesión entre Sergio Massa y Daniel Scioli.

También tendrán que lidiar con el fantasma de Fernando De la Rúa y las peleas con el Frepaso de Chacho Álvarez. Los conocedores de esta coalición creen que lo más competitivo sería la fórmula Cobos-Binner porque creen que el ex vicepresidente es el favorito a ganar esa primaria por el peso territorial de la UCR a nivel nacional. Con ese binomio presidencial y candidatos de peso en las provincias se tienen fe para llegar a una segunda vuelta. Tienen una nueva oportunidad pero dos años en la Argentina es como una década en otro país.  También es cierto que un sector importante del electorado está harto de gobiernos peronistas.