Una marcha, un punto de inflexión

Alicia Terada

La marcha convocada bajo la consigna “Ni Una Menos”, que pone de relieve en nuestro país el flagelo del femicidio y la violencia de género, reúne lo necesario para ser un punto de inflexión que nos lleve a todos a pensar y actuar con mayor compromiso social sobre un tema tan grave.

Gracias a la masiva convocatoria en las últimas semanas abundaron datos que dan cuenta de la gran cantidad de hechos violentos y asesinatos que tuvieron como víctimas a muchísimas mujeres en nuestro país. A falta de indicadores oficiales confiables debemos tomar muy en cuenta la seriedad del trabajo presentado por la ONG “La Casa del Encuentro” que muestra que solo en el año 2014 se registraron en Argentina 277 femicidios. El relevamiento también arrojó que Buenos Aires es la provincia con mayor tasa de crímenes por violencia de género, seguida por Córdoba y Salta. También esta organización determinó que durante seis años, desde el año 2008, fueron 1.808 las mujeres que se convirtieron en víctimas de femicidio. Otro de los datos que se desprende del informe es que, en la mayoría de los casos, tanto víctima como victimario tienen entre 31 y 50 años.

Las cifras oficiales ubican al Chaco, mi provincia, como uno de los distritos con mayor cantidad de femicidios teniendo en cuenta la relación de la cantidad de habitantes con otras provincias, con un total de 15 muertes en 2014, es decir, un promedio de una mujer asesinada cada 22 días aproximadamente. Los números son alarmantes. El Observatorio del Chaco registró 13 mujeres asesinadas en 2012; 16 en 2013 y 15 en el 2014. Además, el organismo señala que de cuatro mujeres violentadas en la provincia, sólo una denuncia a su agresor.

Entonces, es necesario reiterar con crudeza, todas las veces que debamos hacerlo, estos indicadores para que el tema penetre en nuestra sociedad con todas las características que deben tener los flagelos sociales. Y ésta debería ser una cuestión a tratarse con la mayor seriedad política y compromiso público, respecto de la cual no alcanza ni libra de responsabilidades a funcionarios públicos el sacarse una foto con el cartel que porta la consigna “Ni Una Menos”.

Ministros con responsabilidad en la gestión de los temas públicos, que cargan con una deuda social respecto a este tema, que han sido duramente cuestionados por las organizaciones que llevan adelante esta demanda, tienen el derecho de mostrarse a favor de la convocatoria, por supuesto, pero mejor sería que se dediquen a elaborar las herramientas que encuentren las soluciones necesarias.

También resultó indignante ver a Karina Rabolini, esposa del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, posar con un cartel con la consigna que nos une en esta marcha, pero sobre el característico color naranja de la campaña Scioli Presidente y el logo del gobierno bonaerense.

Si van a utilizar este asunto para hacer campaña política con miras a las próximas elecciones es porque están más interesados en éstas que en resolver el tema de fondo. Y a eso debemos apuntar, a involucrar a todos en esta lucha y a no permitir su utilización política, no es un tema que merezca mezclarse con el egoísmo de la política partidaria, por el contrario, debe convertirse sí o sí en una política de Estado.

En ese sentido, con la incorporación de la figura del femicidio en el Código Penal con el fin de agravar las penas donde exista violencia de género, le estamos dando a los jueces una herramienta más para administrar justicia de la mejor manera, ojalá estén ellos a la altura de la circunstancias para saber utilizarla. Es que los funcionarios judiciales también deben involucrarse con este tema, porque la  erradicación de la violencia contra las mujeres, en todos sus tipos, en sus formas visibles o en las no visibles; en forma de violencia física, económica, psicológica, sexual, institucional o  simbólica, es una lucha que nos reclama y compromete a todas y todos, tanto para castigar con dureza al que comete el delito como para asumir un rol activo en la construcción de la conciencia colectiva.

Esperemos que todos nos demos cuenta de que la sociedad espera otra cosa y demanda un compromiso mayor de quienes somos representantes parlamentarios y en especial de los funcionarios y gobernantes de los distintos poderes ejecutivos que tienen a su cargo los organismos pertinentes. Porque si hay algo que ya sabemos, es que no alcanza con mostrarse con fotos sensibles. Hay que actuar más para que definitivamente no falte ni una menos entre nosotros.