Pobre de vos

Andrés Rosler

En su nota del sábado en Página 12, Luis Bruschtein sale al encuentro de quienes sostienen que en lo que atañe al índice de pobreza el kirchnerismo básicamente ha logrado lo mismo que el menemismo. Se trata, por supuesto, de una comparación que no deja bien parado al kirchnerismo (ya habíamos visto sin embargo que el rechazo que los kirchneristas sienten por el menemismo no era compartido por el propio Kirchner; o en todo caso, quizás Kirchner también rechazaba el menemismo, pero era un confeso admirador de Menem como presidente).

Sin duda, la decisión por parte del INDEC de no publicar el índice de pobreza ha puesto al kirchnerismo en una posición difícil. Algunos creen que la omisión del índice de pobreza se debe a que los números son tales que el Gobierno prefirió pasar semejante papelón antes que exponerse a la realidad de las cifras. Bruschtein, no obstante, cree que la decisión se debió a un cambio de metodología. Es curioso, sin embargo, que el cambio de metodología no haya impedido que el INDEC publicara índices de inflación de un diez por ciento trimestral aproximadamente.

Además, es muy llamativo que Bruschtein mismo hable en su nota de inflación cuando el kirchnerismo hasta hace muy poco negaba la existencia de semejante fenómeno. También es extraño que Bruschtein sostenga que la política redistributiva del Gobierno “interfiere con la tendencia del capitalismo a la concentración”, cuando el propio Guillermo Moreno se enorgullecía de que unas pocas empresas manejaban la economía del país, lo cual facilitaba su control.

Y es aún más arduo de explicar para el kirchnerismo un muy difícil logro: a pesar de las políticas redistributivas de las que se suele jactar, la pobreza no parece haber cambiado sustancialmente. La posición estándar kirchnerista actual consiste en replicar que el índice de pobreza es redundante: cualquiera que observe las políticas públicas del Gobierno en los últimos años puede inferir muy fácilmente que la pobreza ha bajado sustancialmente. Es muy curioso sin embargo que el Gobierno no se quiera tomar el trabajo de indicar literalmente la pobreza para eliminar de ese modo todas las suspicacias provocadas por esta diabólica alianza que se ha formado entre la derecha y la izquierda contra el Gobierno.

A decir verdad, la alianza anti-kirchnerista es mucho más amplia aún. En efecto, Bruschtein señala como miembros de dicha alianza a Infobae (por alguna razón que se nos escapa completamente el grupo Clarín ni siquiera es mencionado en la nota, quizás porque lo obvio no debe ser mencionado), a “la mayoría de la oposición”, a la UCA (cuyo Observatorio de la Deuda Social, dirigido por Agustín Salvia, está políticamente contaminado, a diferencia del INDEC suponemos) y “a una becaria del Conicet” (por alguna razón, esta última mención nos hace acordar a los legionarios romanos que luego de recibir una paliza por parte por Asterix y Óbelix no olvidaban señalar en sus informes la existencia de “una jauría de perros salvajes” para hacer referencia a Ideafix, que siempre acompañaba a su amo en sus aventuras).

Frente a los escépticos que dudan de semejante alianza entra la derecha conservadora y la izquierda revolucionaria, y en defensa de Bruschtein, debemos recordar, nobleza obliga, que no es la primera vez que la extrema derecha y la extrema izquierda unen fuerzas para lograr un objetivo común. Para muestra, basta el botón de la breve aunque significativa alianza entre el nazismo alemán y el comunismo soviético mediante el así llamado pacto Molotov-Ribbentrop de 1939 merced al cual se repartieron Polonia.

Finalmente, hagamos un mea culpa. Antes nos quejábamos de los índices falsos del INDEC. Ahora, nos quejamos de que el INDEC directamente prefiere no mentir y por eso prefiere no dar a conocer el índice de pobreza. No hay nada que nos venga bien.

Este artículo apareció originalmente en el blog de Andrés Rosler, LaCausadeCatón.