Cambio discursivo y nueva corrida cambiaria

Carlos Arbia

El cambio discursivo de Mauricio Macri luego del ajustado triunfo del PRO en el ballottage en Capital Federal ha acelerado una nueva corrida cambiaria producto de las inconsistencias de la política económica. Un efecto no deseado tanto para Daniel Scioli como para Mauricio Macri, los dos candidatos que por ahora lideran las encuestas presidenciales para las PASO del 9 de agosto próximo. El problema es que la fuerte suba del dólar blue, en caso de no frenarse, puede dañar más al Gobierno y al candidato del oficialismo que al propio Macri, quien en su discurso del domingo pasado ha dejado de privilegiar su perfil antikirchnerista. Otro de lo problemas es que las elecciones presidenciales serán las primeras desde 1989 donde coexisten un dólar oficial y un dólar paralelo o ilegal, y ese no es un tema menor.

El eslogan de “Continuidad o cambio” que el PRO utilizó en su campaña para identificar al oficialista Daniel Scioli como el candidato que seguirá la política del Gobierno y a Macri como el hombre que cambiaría la política actual, ha pasado a ser “Continuidad o mejorar lo hecho”. Esa modificación impacta hoy en el valor del dólar por un cambio en las expectativas de los agentes económicos. La suba del dólar blue o ilegal, que se ubica por encima de los 15 pesos, mientras el valor del dólar oficial sigue prácticamente quieto a 9,17 pesos, con una brecha entre ambos del 65 %, es algo que ninguno de los candidatos esperaba antes de las PASO, pero que podía ocurrir.

Lo que asombró al mundo financiero y a los empresarios que confiaban en Macri fue comenzar a escuchar frases como: “Aerolíneas Argentinas seguirá en manos del Estado, pero debe ser mejor administrada”, “YPF no será privatizada”, “En un eventual gobierno del PRO no corren peligros los planes sociales y los subsidios” y “No habrá una privatización del sistema jubilatorio que maneja la Anses”.

Como se sabe, el PRO votó en el Congreso de la Nación en contra de la estatización de Aerolíneas Argentinas y de YPF, y se opuso en el 2009 a la estatización de los fondos en poder de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), que pasaron a ser administradas por la Anses, y no estaba de acuerdo con mantener planes sociales y subsidios a las tarifas.

Pero el cambio discursivo de Macri no fue el inicio de esta nueva corrida cambiaria. Esta comenzó el 17 de julio pasado por un cambio de las expectativas que generaron una dolarización de los activos de las empresas y de los agentes económicos. Ese día Daniel Scioli anunció que su compañero de fórmula, tal como se lo solicitó la Presidenta, sería el actual secretario Legal y Técnico Carlos Zannini. A partir de ese momento y hasta ahora el valor del dólar blue o ilegal no dejó de subir y pasó de 12,80 a los 15 pesos actuales. Ese fue el primer golpe para el mercado financiero, que comenzó a descontar que con Zannini a su lado Scioli no podría hacer modificaciones a la actual política del Gobierno. Entonces solo quedaban Macri o Sergio Massa como los candidatos del cambio. Pero ahora Macri modificó su discurso y Massa, según los encuestadores, por ahora sigue sin despegar.

El cambio discursivo vuelve a aparecer en medio de una campaña presidencial, como ocurrió en mayo del 1999. En aquel entonces fue el húngaro George Soros el que obligó al candidato por la Alianza, Fernando De La Rúa, a modificar su discurso, en cambio ahora es el economista de ECO, Martín Lousteau. Soros había dicho que la Argentina tenía que abandonar la convertibilidad, porque el tipo cambio estaba retrasado. De la Rúa, que luego le ganó con más del 48 % de los votos a Eduardo Duhalde, salió a defenderla y cimentó gran parte de su triunfo en primera vuelta al apoyar el modelo económico de Carlos Menem, que sufría un gran desgaste. El concluyente triunfo de De la Rúa mucho tuvo que ver con su apoyo a la convertibilidad, de la que ni siquiera tuvo que salir, ya que abandonó el poder antes de que la convertibilidad finalizara, el 7 de enero del 2002, con el gobierno de Eduardo Duhalde, que realizó la mayor devaluación histórica del peso frente al dólar, cuando el atraso cambiario golpeaba diversos sectores de la economía, como ocurre en la actualidad.