Los tres mosqueteros de Macri para convencer a los empresarios

Los ejecutores de las decisiones que comenzó a tomar desde la semana pasada Macri son sus dos vicejefes de gabinete, los economistas Mario Quintana, ex CEO del fondo Pegasus y Gabriel Lopetegui, ex CEO de la aerolínea LAN. Estos dos funcionarios, junto al ministro de la Producción, Francisco Cabrera, fueron quienes lograron convencer a los empresarios de la UIA, AEA, CAME, por las pequeñas y medianas empresas, la CAC, ABA, ADEBA, de firmar un acuerdo.

El compromiso: no despedir trabajadores en los próximos 90 días y tomar empleados en caso de que haya reactivación económica. El objetivo: dinamitar la ley antidespidos. Con este acuerdo el Gobierno trata de bajar el costo político de un potencial veto que interpondría Mauricio Macri de la ley antidespidos que la oposición busca sancionar en Diputados. El trío —Quintana, Lopetegui y Cabrera— consideraba, hasta antes de anunciarse el acuerdo, que era una estupidez que los empresarios no se hubieran involucrado en la discusión legislativa y además les reclamaban en las reuniones un compromismo, por escrito y que dieran la cara. Al final, los convencieron.

El Gobierno logra, por ahora, una especie de paraguas protector empresarial que denota una gran contradicción. El Estado tiene piedra libre para despedir. Ha cesanteado a unos 15 mil trabajadores y tiene en carpeta a otros 45 mil más hasta fin de año, pero les solicita a los empresarios que no despidan trabajadores. La primera señal la dio el presidente del banco HSBC, Gabriel Martino, quien ha manifestado: “En lo que va del año contratamos a casi doscientas personas y tenemos más de sesenta búsquedas activas en este momento para distintos roles, que serán nuevas incorporaciones”. Continuar leyendo

La pelea de los ministros de Macri por las inversiones

Luego de la salida del default, el presidente Mauricio Macri buscará materializar ese hito en la historia argentina con un fuerte ingreso de dólares, lo que daría gran énfasis a las inversiones extranjeras directas, que son las que pueden generar más fuentes de empleos en el futuro. Macri confía en la canciller Susana Malcorra y en el ministro de Producción Francisco Cabrera para encarar el trabajo, pero a su lado hay varios ministros que pelean por las inversiones. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Argentina fue en 2014 el único país con inversión extranjera negativa en América Latina y pasó al puesto 13 entre 2013 y el año pasado. En una reunión con los empresarios de IDEA, Cabrera anunció que hay identificados proyectos de inversión por unos veinte mil millones de dólares.

La puesta en marcha de una agencia para captar inversiones es crucial para que se consoliden los planes de inversión extranjera. Pese a anunciar su lanzamiento en tres ocasiones, todavía no se publicó un decreto del Poder Ejecutivo para crearla. El 23 de marzo pasado, en el AmCham Argentina Sumit 2016, Cabrera declaró que se crearía la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional (AICI). Continuar leyendo

Alfonso Prat-Gay, el superministro gradualista que deslumbra a los empresarios

Por más que no les guste a algunos ministros del Gobierno de Cambiemos, el de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, se ha consolidado como el más exitoso del gabinete de Mauricio Macri y el preferido de los empresarios en estos primeros cuatro meses. En su entorno se comenta: “Con la reciente operación de colocación de deuda, con ofrecimientos mayores a los 68 mil millones, de los que se tomaron 16.500 millones de dólares a tasas promedio del 7,5%, mató tres pájaros de un tiro y también hirió a algún pajarón que no confiaba en él”.

La salida definitiva del default del 2001, el abandono del default del 2014 que dejó Axel Kicillof y los siete mil millones de dólares adicionales que se consiguieron para el programa financiero del 2016 son los tres tiros que menciona el ministro, quien en los últimos diez días ha comenzado a eclipsar a algunos ministros del gabinete económico que conforman Rogelio Frigerio, Francisco Cabrera, Juan José Aranguren y Guillermo Dietrich.

Prat-Gay consiguió en sólo cuatro meses unificar el mercado cambiario, eliminar el cepo, obtener unos 16.500 millones dólares en el mercado internacional de capitales para pagar a los holdouts y sacar a la Argentina definitivamente del default. Es un logro que ningún ministro en la historia había conseguido. En las principales reuniones de empresarios, estos señalan una gran diferencia con la tarea de otros ministros y su imagen de gradualismo. “Prat-Gay sólo ha dado buenas noticias a la sociedad, mientras que otros fueron encargados de anunciar despidos en la administración pública, aumentos de las tarifas de luz y gas y de los boletos del transporte público”, comentan muchos de ellos. Continuar leyendo

Expectativas con los Estados Unidos y preocupación por Brasil

Los resultados que genere la nueva relación política comercial y financiera con los Estados Unidos luego de la visita del presidente Barack Obama, junto con el incierto futuro político y económico de Brasil marcarán el ritmo por el que transitará la política económica local hasta fin de año. Pasados los primeros cien días del Gobierno de Mauricio Macri, la salida del cepo cambiario, la eliminación de las trabas comerciales, la fuerte fuga de capitales y la maxidevaluación del peso son pasado. La inflación, el desempleo, el déficit fiscal y el financiamiento externo, fantasmas del futuro.

La llegada de Obama el miércoles marca, entre otras cosas, el apoyo a la reinserción financiera y comercial de Argentina en el mundo. El punto de partida es cerrar el acuerdo con los holdouts, donde se observa un gran respaldo del Gobierno de los Estados Unidos. La mayoría de los fondos de inversión que le ganaron los juicios a la Argentina o tenían demandas pendientes son norteamericanos. Si es exitosa la colocación de unos 12.500 millones de dólares en bonos en el mercado internacional, que se utilizarán para pagar a los holdouts, los Estados Unidos se transformarán en un prestamista de última instancia y acelerarán los créditos de organismos financieros internacionales. El reciente anuncio de préstamos del Banco Mundial por más de cinco mil millones de dólares va en esa dirección. Continuar leyendo

La morenización de Cambiemos

Una de las grandes sorpresas que ha deparado el Gobierno de Mauricio Macri es su coincidencia con el kirchnerismo en los métodos para combatir la inflación. La reivindicación del ex senador Ernesto Sanz de los aprietes de Guillermo Moreno a los empresarios para que bajen los precios, junto a las declaraciones del director nacional de Defensa al Consumidor Fernando Blanco Muiño solicitando que los consumidores hagan un boicot para que bajen los precios van en esa dirección. Esto se suma a la decisión de la secretaria de Comercio de mantener el programa Precios Cuidados, con el agregado de la posibilidad de controlar los precios de mil productos por medio de una aplicación para teléfonos celulares que comenzará a funcionar a partir de abril. Además, se les ofrece a los jubilados que no tengan celulares pasar por los locales de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) para saber los precios de los productos en distintos supermercados.

“Algunos empresarios argentinos se merecen un Moreno y no les basta con pedirles, hay que hacerles caer todo el peso de la ley”, dijo Sanz en un reportaje esta semana. Agregó: “Este es un Gobierno que no puede hacer la de Moreno, que era de prepo, tiene que actuar con la ley”, pero fue más allá al afirmar: “Para mí, hay que ser más duros con los empresarios que no han entendido el rol que tienen ahora y en lugar de ayudar a combatir la inflación, aprovechan el río revuelto con demarcaciones; en el rubro alimentos, hay quienes no están a la altura de las circunstancias”. Por su parte, Blanco Muiño manifestó: “En un contexto como el actual, donde algunos sectores subieron precios injustificadamente, el boicot es una herramienta válida”. Continuar leyendo

Los dos errores económicos que debe pagar el kirchnerismo en el Congreso

Esta semana el Gobierno enviará al Congreso —la iniciativa entraría por la Cámara de Diputados— el proyecto de ley para derogar la ley cerrojo y la ley de pago soberano para poder acordar con los bonistas que no entraron a los canjes de 2005 y 2010. La derogación de estas dos leyes es fundamental para salir de un problema que Argentina arrastra desde que cerró el canje II, en septiembre de 2010.

Considerando los acuerdos que ha logrado el Ministerio de Hacienda y Finanzas con gran parte de los acreedores que no entraron a los canjes, el Gobierno necesita la derogación de esas dos leyes para reestructurar definitivamente la deuda en default originada desde el 2001 y que le ha traído grandes problemas a la Argentina, como los que detalló el presidente Mauricio Macri en su discurso para abrir las sesiones del Congreso de la Nación.

La ley cerrojo, aprobada en febrero de 2005, impide que el Estado argentino les ofrezca a los acreedores que no entraron en los canjes de 2005 y 2010 mejores condiciones que a los tenedores de bonos que habían aceptado la reestructuración de deuda. Establece además que el Poder Ejecutivo no podrá reabrir el proceso de canje de bonos después del 25 de febrero de 2005 ni efectuar cualquier tipo de transacción judicial, extrajudicial o privada respecto de esos bonos, y aquellos papeles que no se hayan canjeado hasta ese día serán retirados de todas las bolsas y los mercados de valores en los que estuvieran cotizando. Con esta ley, el Poder Ejecutivo se reservó también la potestad para negociar la deuda en razón de la delegación de facultades cedida por el Congreso de la Nación.

Lo curioso es que fue suspendida en octubre de 2010, cuando el ministro de Economía, Amado Boudou, logró la aprobación de un proyecto de ley enviado al Congreso para suspenderla transitoriamente y lanzar el canje II de la deuda con el que la Argentina llegó a un 93% de aceptación por parte de los bonistas, pero dejó un 7% afuera. Estos bonistas, los holdouts, empezaron a litigar contra la Argentina y lograron ganar un juicio en la Corte de Nueva York que condenó al Estado argentino a pagar unos 1.330 millones de dólares por la aplicación de la cláusula pari passu que implica un trato igualitario para los acreedores que no entraron en los canjes I y II.

El gran inconveniente es que, con esta ley, el Estado argentino trabó las reaperturas de canjes de deuda y es la principal culpable de los juicios originados por los holdouts a la Argentina, la mayoría iniciados en la Corte de Nueva York, en el Juzgado del juez Thomas Griesa. En caso de haber quedado abierto el canje II, más bonistas hubieran entrado, pero por orden de la presidente Cristina Fernández de Kirchner el canje se cerró definitivamente en octubre de 2010. Este fue el primer error del kirchnerismo en la reestructuración de la deuda iniciada con el canje I del 2005. Esto provocó que de una deuda no canjeada original de unos seis mil millones de dólares pasara a un valor de unos veinte mil millones de dólares.

No conforme con eso, el kirchnerismo logró, en septiembre de 2014, aprobar en el Congreso la ley de pago soberano, el segundo gran error del kirchnerismo. En particular, porque agravó el problema original. Esta ley autorizó al Gobierno el reemplazo del Bank of New York (BONY) por Nación Fideicomisos para el pago en Buenos Aires de la deuda reestructurada, pero fue un fracaso total. Ese reemplazo fue ideado para evitar una orden del juez Thomas Griesa que le impedía a la Argentina pagar a los bonistas en el exterior. Lo que se logró fue que quedaran depositados en la Argentina en cuentas del Banco Central unos tres mil millones de dólares que no pudieron ser pagados a los bonistas.

El cambio de la sede de pago y la salida del BONY, una idea del ex ministro de Economía, Axel Kicillof, no resolvió el  litigio que Argentina tenía con los holdouts. Muy por el contrario, lo agravó. Provocó que los bonistas que habían entrado a los canjes I y II, que estaban cobrando los intereses y las amortizaciones, los llamados holdin, dejaran de cobrar por no aceptar el cambio en la jurisdicción extranjera que establecía las condiciones de los bonos reestructurados en lugar de la jurisdicción local. Fue una iniciativa innecesaria, porque cambiar la jurisdicción y el banco pagador no resolvió el problema original, que es una sentencia definitiva para pagarles a los bonistas unos 1.300 millones de dólares por la aplicación del pari passu ordenada por el juez de Nueva York en noviembre de 2012. Por lo tanto, para resolver el problema que generó, una ley debe ser derogada por el Congreso de la Nación.

El experto del FMI en quien confía Mauricio Macri para aumentar el ingreso de capitales

En los próximos días, el Gobierno de Mauricio Macri lanzará un plan para luchar contra el lavado de dinero con eje en el financiamiento del narcotráfico y donde será clave la figura del arrepentido, la sanción de leyes, como la del decomiso de bienes de narcotraficantes, y la reanudación de la cooperación en la materia con Estados Unidos.

Las moficaciones en la Unidad de Información Financiera (UIF), con el nombramiento del abogado Mariano Federici, de 42 años, que se desempeñó hasta el año pasado en el departamento de Asuntos Jurídicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) como abogado senior, resultan clave en ese sentido. Macri, de acuerdo con las opiniones de algunos de sus colaboradores, tiene centradas muchas expectativas en este funcionario, no solamente en los temas que están a cargo de la UIF, sino también con respecto al futuro ingreso de capitales a la Argentina. Continuar leyendo

Los primeros diez mil millones de dólares para Mauricio Macri

Las recientes declaraciones del titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Etchevehere, quien reconoció que una futura rebaja en las retenciones y un dólar único podrían generar confianza en caso de ser verdad el rumor sobre una suspensión hasta marzo de las retenciones a la soja, da el indicio de que el futuro Gobierno de Mauricio Macri podría conseguir de entrada hasta unos diez mil millones con el cepo cambiario cerrado. Esta aclaración no es un tema menor, ya que sería un error abrir el cepo antes de que ingrese una cantidad importante de dólares sin sacar del mercado financiero unos doscientos mil millones de pesos que sobran. De lo contario, se podría generar una corrida cambiaria. Por lo tanto, esos pesos deberían sacarse del mercado a través de la colocación de un bono como el que propone el economista Javier Milei.

El dato de los diez mil millones de dólares que podrían ingresar surge de sumar el equivalente a unos siete mil millones de dólares en granos sin liquidar que tienen las principales cerealeras agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC). El resto provendría de líneas de prefinanciación de exportaciones que están atrasadas por unos tres mil millones de dólares. Ese número no coincide con el dato de trece mil millones en granos sin liquidar guardados en silo bolsas que calcula la AFIP, pero está cerca de los 8.800 millones de dólares que manifestó Etchevehere que el campo puede liquidar en mejores condiciones que las actuales. Continuar leyendo

El agujero negro económico que amenaza al próximo Presidente

Los agujeros negros son fenómenos cósmicos que se originan cuando una estrella de cierto tamaño colapsa. El resto de su materia queda limitada a una pequeña zona, que luego da paso a un inmenso campo gravitacional. “Si caes en un agujero negro, no te rindas”, dijo Stephen Hawking, quien agregó que si el hoyo fuese lo suficiente grande y estuviese rotando, podría tener un pasaje a un universo alternativo, y que hay una salida.

Pues bien, la economía argentina muestra una especie de agujero negro del que ninguno de los asesores económicos de los candidatos habla y que no han mencionado nunca Mauricio Macri ni Daniel Scioli cuando abordan el tema económico, pero hay una salida. Ese agujero negro económico tiene nombre y se denomina money overhang. En realidad, se trata del dinero sobrante que hay en la economía argentina, que, por la cantidad de trabas existentes, restricciones para comprar dólares, envío de utilidades al exterior, pagos de importaciones, no se ha podido transformar en dólares, pero que podría ocurrir si el próximo Gobierno decide levantar el cepo cambiario sin primero eliminar ese sobrante de liquidez que en la actualidad se calcula en unos doscientos mil millones de pesos.

La novedad es que en el escritorio de uno de los asesores de Mauricio Macri está para ser analizado el trabajo que explica cómo sacar esos pesos del mercado financiero sin que se produzca una corrida cambiaria luego de abrir el cepo. El trabajo fue realizado por el economista Javier Milei, que fue el primero en advertir sobre este tema del sobrante de pesos en la economía. Continuar leyendo

El economista que enamora a los asesores de Mauricio Macri

En los últimos días, circula en el mercado financiero un trabajo que es considerado por los voceros económicos de Mauricio Macri como una alternativa para salir del cepo cambiario a través de lo que llaman una devaluación indolora. El autor es el economista Andrés Neumeyer, director del Departamento de Economía la Universidad Torcuato Di Tella e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

El trabajo El dólar y los precios: anticipando el fin del cepo llega a las siguientes conclusiones: “Liberar el cepo y dejar flotar el peso, aun con una devaluación del tipo de cambio oficial igual a la brecha entre éste y el dólar blue, no implicaría necesariamente un aumento en el valor en el precio los bienes, porque estos ya están valuados al tipo de cambio libre o ilegal anticipado por el mercado”. Agrega: “Cuanto más claros sean los líderes políticos acerca de la fecha en que liberen el cepo y acerca de su programa monetario y, por ende, fiscal y financiero, más suave será la transición de un régimen cambiario a otro”. Sostiene, también: “La decreciente credibilidad del cepo indujo a los agentes económicos a valuar los precios de los bienes al dólar libre o ilegal a un dólar superior que el oficial, por lo tanto si hay una devaluación del peso, esta no se trasladará a los precios y no generará inflación”. Continuar leyendo