Lo que no se resuelve, retorna

La sociedad argentina está enferma y desorientada. El kirchnerismo y algunos sectores del Gobierno nacional se equivocan fieramente. Sus actos revelan inconsistencia y vaguedad. Y no hablo de economía, del aumento de los servicios ni de ganancias, que dejo para especialistas y ecónomos. Hablo de conductas antisociales llevadas adelante por el kirchnerismo, que la autoridad tenía la obligación de impedir y no lo hizo por temor, más que por prudencia.

Las escenas de la toma de Comodoro Py evocan los tiempos del Gobierno de Héctor José Cámpora, cuando la Juventud Peronista aliada a montoneros asaltaba oficinas y edificios públicos. Cuarenta y nueve días de espanto que el kirchnerismo evoca como el paraíso a recuperar. No ha sido un tema menor que Kirchner adoptara el nombre del ex Presidente para bautizar su creación juvenil. La sociedad ya debería darse cuenta de que el revisionismo histórico de estos gandules no es incoloro ni inodoro, ni siquiera un devaneo intelectual. Conlleva el peligro de la repetición de viejos errores que la inteligencia, la intelectualidad peronista y los políticos del mismo espacio dejaron correr como si fuera una simple travesura juvenil. Ahora, con las escenas de la toma de Comodoro Py, es tarde, el mal está hecho. El futuro se anuncia borrascoso. Continuar leyendo

El sentido político de Cámpora

Ser cristiano y simpatizar con Judas es una decisión incomprensible. No sé si alguna vez pasó. Creo que no. Pero si hubiera llegado a ocurrir, se trataría de un desquicio moral de proporciones gigantescas con ribetes demoníacos.

Algo parecido ocurre, naturalmente, salvando la distancia, los hombres y el contexto, con el merengue de asumirse como peronista y reivindicar la figura de Héctor Cámpora, hasta el límite de bautizar con ese nombre a una agrupación juvenil que hace de la militancia y del peronismo una vocación cuasi religiosa. En este último caso me refiero a los jóvenes, incautos e inocentes, que han creído en la honestidad de una causa. No en sus jefes, que se han enriquecido de manera inmoral. Inmoralidad similar a la de identificarse con el peronismo y llamarse camporistas.

Continuar leyendo

La insoportable agonía del kirchnerismo

Como el gobierno kirchnerista no ha sido ni es una revolución, entonces tampoco, ante su derrota, habrá contrarrevolución. Se trata de algo más sencillo, la descomposición de un gobierno mediocre que con sus más y con sus menos, toca sus límites.

Es probable que conserve, después de octubre, la mayoría en ambas cámaras. Pero eso lo conseguirá sólo con aliados y no con tropa propia, lo cual le confiere a esas “mayorías” una debilidad extrema. Si a esto le adicionamos que el gobierno en octubre, posiblemente, se plante en el 26% de los votos, la pregunta del millón es ¿como se gobierna un país con tan escasos sufragios? Similares ha los que tuvo el presidente Illia. Verdaderamente será un rompecabezas.

OCTUBRE

Continuar leyendo