En Italia hay musulmanes que disparan y otros que rezan

Claudio Zin

Las cosas siguen peor aquí en la vieja Europa. Cada vez hay más pruebas de la profunda infiltración terrorista de ISIS en Francia, Bélgica, convertida en el núcleo de concentración extremista islámica más importante de Europa, Italia, donde hay cerca de mil musulmanes, de los cuales 65 fueron ya expulsados, identificados entre los que disparan y no rezan. Así, cada país europeo tiene su núcleo de criminales que, en nombre de una antojadiza interpretación religiosa del Corán, mata inocentes, hombres, mujeres y niños.

Los servicios de inteligencia del mundo occidental y judeocristiano desesperan, sobreactúan y se reprochan no haber hecho caso a situaciones de alarma advertidas en su momento. Por ejemplo, el servicio secreto turco y el iraní avisaron sobre la célula terrorista de Bruselas, que más tarde atacaría París, pero su par de Bélgica y de Francia no hicieron caso.

Hoy el FBI, vía una denuncia de la Agencia Antidrogas Americana (DEA) —muchos “soplones” son adictos-traficantes que no quieren en el negocio a terroristas que trafiquen—, advierte al Gobierno italiano que San Pedro, en Roma, La Scala de Milano (el teatro lírico más importante de Italia, junto con el San Carlos de Nápoles) y el Duomo, la catedral católica de Milano de estilo gótico más importante y más linda del mundo, están en la mira del ISIS y podrían sufrir atentados.

Pasó de probable a posible, por ende, estamos en alerta de seguridad 3 de 4 niveles. Esto significa una nada sutil limitación de las libertades individuales en aras de la seguridad pública. Sufriremos muchos controles en aeropuertos y estaciones de tren.

Limitar y controlar con más ahínco no significa ceder al miedo por el ISIS, por el contrario, implica tomar contacto con la realidad e intentar preservar la integridad de la gente que tenemos que cuidar. Si mal no recuerdo, algún presidente sudamericano subestimó la importancia de ISIS y sugirió que sólo se trataba de una excusa, propaganda y marketing político para controlar a la población. Ese es uno de los problemas más serios de los Gobiernos de nuestra región, negar la realidad, casi como un hábito. Aquí muchas veces se sobreactúa, o se subestima, pero nunca se niega.

Vuelvo a Europa para contarles dos hechos, el primero: el asalto de los “cabeza de cuero” (así se llama por estos pagos a las fuerzas de asalto policiales, francesas y de otros países, porque usaban cascos e cuero) en Saint-Denis (norte de París) para desbaratar otra célula terrorista, ligada a las que provocaron el estrago en París, que tenía como objetivo dañar el aeropuerto Charles de Gaulle y el barrio parisino de La Défense.

¿Pero cómo lo supieron? Tuvieron los datos del lugar exacto donde buscarlos a través de la información que encontraron en un teléfono celular que un civil encontró en un tacho de basura público en las cercanías de Le Bataclan y lo entregó a la Policía. Algún terrorista de los muertos antes de ir a matar a gente inocente lo tiró allí.

Suerte, gente advertida y colaboración de la población, no sólo trabajo de inteligencia, es lo que puede hacer la diferencia.

Segundo: el 13N en París generó nuevas alianzas internacionales de variada especie. Por ejemplo, París y Moscú son aliados en los bombardeos a Al-Raqqa, Siria, cuartel general del Estado Islámico, en la frontera entre Siria e Irak.

De hecho, para corroborarlo hay imágenes y audio oficiales rusos donde el presidente Vladimir Putin, ayer, en una sala de mando de situaciones de crisis, ordenó a uno de sus acorazados (la nave almirante, en verdad) en el mar Mediterráneo que se ponga en contacto con los mandos del portaviones Charles de Gaulle que se está acercando a la zona para coordinar el bombardeo con misiles mar-tierra contra el ISIS, ya que son “nuestros aliados”.

Pensar que hace solamente unos meses, Francia negó la venta de armas (portahelicópteros Mistral) a Rusia por el conflicto de Ucrania y las sanciones pertinentes que Europa aplicó, muy a pesar de Italia, que nunca quiso hacerlo, porque entendemos que sin Rusia, Irán y Turquía no hay forma de combatir el ISIS.

Uno de los blancos de estos bombardeos por mar y aire (fuerzas conjuntas Francia, Australia, Turquía y Estados Unidos) son los camiones cisterna que circulan por las carreteras de Irak transportando petróleo de los territorios ocupados que se vende en el mercado negro a 12 dólares el barril contra 42 o 44 que cuesta hoy.

El ISIS lo vende y alguien lo compra, para financiarlo, ¿extraño mundo, no?