La rebelión de la audiencia

Las nuevas tecnologías modificaron el comportamiento de lectores, oyentes y televidentes.

La revolución está en marcha. Pero nadie puede predecir quién será el vencedor.

Los medios de comunicación viven hoy una transformación que nadie hubiera podido predecir veinte años atrás. La prensa tradicional ya no influye como solía hacerlo. Cuando este 2014 termine, unas 3000 millones de personas –el 40 por ciento de los habitantes del planeta– estarán conectados a Internet.

En los países más desarrollados, ese porcentaje se duplica. Y aun en países como el nuestro, que en la última década se caracterizó por la desinversión en materia de telecomunicaciones, no paran de crecer los medios digitales.

La expansión de las redes de alta velocidad (LTE) y la disponibilidad de smartphones con acceso a Internet ha ayudado a conectar a miles de millones de personas a la Web, incentivando el crecimiento de las redes sociales y de los sitios para compartir videos.

¿Quién hubiese podido imaginar el 4 de febrero de 2004 –el día de su fundación–, que Facebook superaría los 1350 millones de usuarios? ¿O que 284 millones de personas se comunicarían a través de una cuenta de Twitter ? ¿Y que el 80 por ciento de estos últimos lo hiciese desde un teléfono celular? Hasta Weibo, el Twitter chino, cuenta con 200 millones de usuarios.

Que YouTube haya alcanzado los 1000 millones de visitantes únicos al mes nos permite inferir al menos dos conclusiones.

En primer lugar, que la gente no solo quiere consumir videos, también quiere crearlos. Y en segundo lugar, que el usuario elige cuándo y dónde ver algo que le interese.

La insurrección del público es imparable. El lector que retiraba el diario de papel en un kiosco –que solo abría por la mañana– pasó a mejor vida. Se cansó de ser un usuario pasivo. Se rebeló. Y hoy, con sus cuentas en redes sociales, cuestiona, opina e informa en un plano de igualdad con los viejos medios.

Quizás sirva una frase del profesor Denis Porto Reno, de la Universidad Estadual Paulista, para entender mejor el fenómeno: “Los usuarios dejaron de ser objetos de manipulación para transformarse en sujetos que manipulan”.

Traducido, esto significaría que durante años, los grandes medios emisores transmitían el mensaje. Los receptores –pasivamente– leían, escuchaban o veían. Hoy, con las nuevas tecnologías, los lectores, oyentes y televidentes contestan y replican a los grandes medios. Y cuando se aburren, o no creen el mensaje, se comunican entre ellos.

Las nuevas generaciones consumen medios a través de cinco pantallas, y en este orden: teléfono celular, tableta, notebook, PC, televisión. Y esta última se asocia más al entretenimiento y al deporte que a la información.

Los que hacemos medios, antes que cualquier otra cosa, debemos entender el nuevo escenario, las nuevas reglas del juego. El público pasivo esta en vías de extinción, hay que interactuar con el usuario activo. Ir por él. El periodismo, ante tanta información desperdigada, ahora es más necesario que nunca.

Buscar la verdad, ser riguroso con la información y determinar qué es noticia y qué no es el imperativo de la hora.

Este artículo apareció originalmente en la edición 100 de la Revista DEF.

Nos merecemos un debate presidencial

Nos merecemos un debate presidencial. Pasaron treinta años desde el ansiado retorno a la democracia y no pudimos presenciar aún una discusión intelectual entre aquellos que se postulan para liderar la Argentina.

Tal vez no vale la pena mirar hacia atrás para explicar por qué se frustraron los debates del 83, 89, 95, 99, 2003, 2007 y 2011. Pero hoy es el momento de obtener el compromiso público de que aquellos que sueñan con presidir el país a partir del 10 de diciembre del 2015, luego de las PASO, se sentarán con sus contrincantes a discutir y a defender con argumentos el modelo de país que tienen en mente.

En Europa y gran parte de América, los debates presidenciales televisados son una condición sine qua non para legitimar cualquier contienda electoral. E inclusive logran -algunas veces- modificar las preferencias del electorado. Allí el candidato tiene la posibilidad de exponer sus condiciones de estadista, de líder. Allí puede anunciar a su futuro gabinete.

Aprovecho esta breve y humilde columna para sugerir algunas ideas:

1. Elegir una Universidad como terreno neutral para el debate.

2. Que participen de la discusión los cuatro candidatos más votados en las PASO.

3. Que el -o los- moderadores sean elegidos por la Academia Nacional de Periodismo, Fopea o algún colectivo de prensa, luego de una encuesta nacional que muestre los comunicadores preferidos por la gente.

4. Que debido a la trascendencia institucional se aplique el artículo 75 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y sea transmitido en Cadena Nacional por todos los medios de comunicación.

5. Que la noche del miércoles 21 de octubre del 2015 se realice el debate, y si hay balotaje, que el segundo sea cuatro días antes de la fecha de la elección definitiva.

Esta es solo una propuesta. Seguramente veremos otras y mejores. Lo único que realmente importa es que el próximo presidente nos demuestre que terminó el tiempo de los monólogos sin interrupciones. Que no le teme a la discusión pública de ideas.

Nos lo merecemos.

El nuevo Infobae

Hace once años nació Infobae. Fue el primer diario argentino ciento por ciento digital. Desde el 2002 hasta hoy el crecimiento no se detuvo. Siempre apostando a la innovación, al desarrollo tecnológico y a la calidad informativa.

Hace muy pocos días estrenamos un nuevo Content Management System (CMS), la arquitectura del sitio. También presentamos un nuevo diseño. En dos semanas estarán disponibles las nuevas aplicaciones para IOS 7, Android 4.3 y para todos los modelos de BlackBerry.

Entendemos que se terminaron los tradicionales lectores pasivos. Sabemos que, así como durante doscientos años la prensa libre fue el cuarto poder de las democracias republicanas, hoy las redes sociales se transformaron en el quinto poder. Y -también- hacia esos millones de nuevos e inquietos actores va dirigido el esfuerzo y la creatividad del joven equipo de Infobae.

No nos conforma ser uno de los dos diarios más visitados en la Argentina y uno de los principales referentes en América Latina. Podríamos definirnos como insatisfechos permanentes. Quizás por eso, en pocos días, pondremos on line una nueva experiencia en video social. Serán ocho horas -en principio- de contenidos en vivo, apostando, una vez más, a la diversidad, el disenso y la pluralidad de ideas. Se podrá ver desde cualquier PC, tableta, smartphone o smart TV.

Un nuevo desafío. Y -una vez más- la última palabra la tienen los lectores.