Un adelanto del futuro

Trece fórmulas presidenciales es una exageración. Pero en la Argentina de estos días todo es posible. La sociedad no ha seguido, sin aliento como se dice, las peripecias de nombres o las formas de hacer política que se fueron dando, especialmente en la última semana. Muchísimos prefirieron estar más atentos al fútbol y a la suerte de la Selección Nacional que a tratar de visualizar que futuro nos espera.

Trece fórmulas es disgregación ¿ O no? De abajo para arriba, la izquierda va con cuatro fórmulas, algo inexplicable pero que muestra hasta qué punto en ese ámbito cuentan nombres o intereses parciales. En cuanto a proyectos de gestión no tienen diferencias substanciales. Los cuatro candidatos proponen salidas similares.

Este cierre de listas para la pugna de las PASO están configurando un futuro que no está asegurado para nadie.

La Presidenta se aleja del barro del poder -todos esperaban que se presentara a un cargo hasta el último minuto del sábado- pero deja como candidato a la vicepresidencia a un hombre de su total confianza, el mismo que diseñó el enfrentamiento del matrimonio Kirchner contra los medios, el mismo que combatió contra los sectores adversos de la justicia. Zannini es el creador de la muralla elevada detrás de la cual se parapetó Cristina Fernández, quien decidió el destino actual y futuro de los que la rodeaban. Y del mismo modo del intento de destrucción de sus opositores.

Zannini es un abogado de muy buen nivel con una formación política que nada tiene que ver con el peronismo clásico ni con las innumerables variantes que presentó en las últimas décadas el movimiento peronista. Se sospecha que no ha dejado a un lado su devoción por la figura de Mao Tse Tung, el líder chino movilizador de las masas, el del personalismo a ultranza, el hombre dispuesto a aplastar a sus opositores creando una guardia verticalista decidida a cortar en pedacitos a quien negara la trascendencia de su figura y sus ideas. Si gana su fórmula, Zannini será el ángel protector de la Presidenta, que en estos días está cercada por eventuales juicios que pueden arrinconarla a ella y a parte de su familia. Zannini es el funcionario que más cerca de la Presidenta está, es casi un miembro más de su tribu. Es el que lleva todos los papeles legales.

Scioli cumpliría su sueño desaforado por ocupar el trono a cualquier precio. Entregando lo que fuera. Cediendo a todo lo que le pidieran con tal de no quedar excluído de la historia. Todos dirán que es una cuestión de temperamento. Es algo más que eso. Es la política, que apareja ambición sin límites e impide ver los propios defectos.

Macri eligió a Gabriela Miccheti como ladera. Sólo se conoce su decidida aseveración que derrotará al cristinismo. Pero no ha explicado cómo, sin tener respaldos en el interior, podrá convertirse en un temor valedero para los oficialistas actuales. Y hasta ahora no se conocen sus propósitos, su programa, sus intenciones. Ser presidente implica tener a disposición 500 personas bien entrenadas para ocupar los principales puestos de la administración pública. Y un equipo económico que desarme la bomba que está dejando el cristinismo. Hace algún tiempo prometió que se salía enseguida del encierro del cepo, de la falta de dólares en las arcas oficiales. Luego lo corrigieron. Ese deseo no se puede cumplimentar en un corto plazo, si no se cuentan con promesas de inversión muy adelantadas y seguras, sin mejorar la perfomance del comercio exterior -la manera genuina de incorporar divisas .

Tampoco se pueden combatir los problemas económicos en todos los frentes, al mismo tiempo. Si no se decide por la devaluación tendrá que elegir el camino de los cambios graduales, cuidadosamente elegidos, huyendo de las terapias de shock. Dispone un trío de economistas (Melconian, Sturzeneguer y Frigerio) que preferirían cortar por lo sano en una sola maniobra, pero para hacerlo se produciría un desgaste fenomenal y muy rápido de Macri.

El más blindado económicamente es Massa, con un equipo de muy buenos profesionales consecuentes con su causa. Y es Massa quien conoce y domina gran parte de un territorio que es el que más votos aporta. Muchos intendentes del Gran Buenos Aires se escaparon del ámbito de Massa y fueron a pedirle perdón a los que habitan la Casa Rosada. Pero Massa no ha perdido otros contactos y otros lazos que permitiría aportar con Felipe Solá como candidato a gobernador un caudal de apoyo importante. Para conseguirlo deberá doblegar el entusiasmo con que Julián Dominguez del cristinismo se presentará en la arena electoral. Como se sabe, Domínguez no está solo y por sus contactos pasados con el cardenal Bergoglio ahora tiene la bendición papal y no la oculta.

Todos los que tuvieron que ver en la última década con responsabilidades oficiales a su cargo han buscado inmunidad. Los ex gobernadores quieren ser diputados o senadores. En eso no se quedó atrás Máximo, el hijo de la Presidenta y mentor de la Cámpora. Posiciones donde no los corran con las exigencias de los tribunales por causas pendientes o reclamos de terceros.

La oposición sigue sin exhibir unidad ni consensos, ni acuerdos parlamentarios. Todo eso irá en su contra, si es que no lo comprenden antes que sea demasiado tarde.

Frente a una oposición donde el dinero no sobra, el Gobierno va a reaccionar poniendo millonadas en publicidad para sus candidatos. Dinero de los contribuyentes, no de los bolsillos de los que apetecen el poder. Clara injusticia.

Se ha visto en estos días muchas corridas de algunos que quieren ser representantes argentinos en el Palasur, el Parlamento del Mercosur. ¿De qué se trata tanta energía? El Parlamento Europeo, por ejemplo, decide muchísimas cuestiones de la vida de un mercado millonario como es el viejo continente. ¿Pero qué se debatirá en el Palasur, el foro de un Mercosur que está sin oxígeno y en terapia intensiva? Tan poca vida tiene que Dilma Roussef, disgustada con el proteccionismo reiterado de la Argentina, le ha propuesto a Uruguay y Paraguay un frente común para negociar como bloque, sin Buenos Aires, con otros megamercados y especialmente con Europa y Asia.

Las movidas de la Presidenta vienen a dar por nulas las hipótesis que hablaban de una mujer vencida que ya preparaba la valijas para un largo viaje. De ninguna manera. Se harán sentir sus bajadas de línea hasta su último día en el poder. Ella hace y deshace en una corte casi versallesca donde quien no obedece es crucificado, maltratado, vilipendiado. Que lo diga Randazzo, que rechazó la oferta del primer puesto en la gobernación de Buenos Aires.

Una “argentinada” francesa

En todas partes se cuecen habas, como dice el refrán. Pero no en todas partes hay castigos y reprimendas. En muchos países, por ciertas travesuras incomprensibles de algunos funcionarios, que usan los fondos públicos para divertirse, no hay perdón. En determinadas circunstancias pueden ser motivo de expulsión del poder.

Me refiero al caso Manuel Valls, autor de una “argentinada”. El día del partido, en Berlín, entre Barcelona y el Juventus, Valls, primer ministro francés, abandonó una Convención del Partido Socialista, al que pertenece, se fue a París y embarcó en un avión oficial, rumbo a la capital de Alemania, junto con sus dos hijos. No le pidió permiso a nadie, rompió con total impunidad un elemental código ético. Hasta ahora, la sociedad, enterada por los medios de comunicación, no lo ha perdonado. Ni creo que lo perdone fácilmente. En especial por la crisis que golpea al país, donde el Partido Nacional de Marine Le Pen viene ganando votos, muchos de izquierda, que ya no soportan más cierto estado de cosas. Valls es también autor de un Plan de Austeridad Pública de magnitud, muy severo en el uso de las cuentas del Estado, que ha quitado del trabajo a numerosos empleados gubernamentales, ha dado vuelta el sistema administrativo francés y se lo conoce por sus rápidas reacciones y desmesuras. Y es, además, un experto en “comunicación política”.

¿Cómo solucionó la ofensiva social? Dijo que pagaría el viaje de sus dos hijos. Esa salida no conformó a nadie. El daño ya estaba producido.

Parece que pisar la alfombra roja vuelve loca a cierta gente, la marea, la desconecta de la realidad, le da vuelta la cabeza, se sienten dueños del mundo. Todos los más altos funcionarios argentinos en la actual administración cristinista y en la anterior kirchnerista han violado normas elementales de ética pública. Jorge Capitanich, cuando era gobernador del Chaco, se hizo llevar en el avión oficial de la provincia a Panamá, junto con sus hija-. Explicó que les había prometido vacaciones porque las había desatendido por sus funciones. Muchos nos preguntamos : ¿A Panamá, cuya mayor atracción es la zona vieja de la ciudad y visitar las esclusas del Canal de Panamá, una obra gigantesca, obra de ingenieros norteamericanos en 1905?¿ O acaso a la Panamá que es paraíso fiscal? No hubo investigación periodística al respecto.

Fue un clásico en su momento. Cada vez que la Presidenta va o visitaba Calafate se hacía llevar por el avión presidencial los diarios del día. Y viaja de manera constante al sur en la aeronva oficiales o usando aviones alquilados a un costo colosal. Para ir a un encuentro internacional, los ministros Kicillof y Timerman usaron un avión oficial por un monto multimillonario. Boudou, el vicepresidente ha utilizado los mismísimos aviones oficiales para concurrir a actos políticos partidarios en el interior provinciano. Poco se sabe cómo viajan los ministros en estas semanas cuando concurren a abrazar a los candidatos del Frente para la Victoria en las provincias donde ganan las elecciones. En cierto momento se cuestionó a Karina Rabolini por usar indebidamente el helicóptero provincial.

Estas acciones tienen un nombre: impunidad. Como dijo el empresario Yabrán en su momento, en un diálogo televisivo, “impunidad es el poder”. O, si se quiere traducir ,” para tener impunidad hay que tener poder”.

¿Hay actos parecidos en otros países latinoamericanos o del Tercer Mund ? Los hay, pero eso no exime nuestros pecados.En Brasil el periodismo vigila e investiga. Así fue como cayeron ocho ministros por corrupción a partir de informaciones e investigaciones suministradas por el periodismo. El ex presidente Menem también usó los aviones y las infraestructuras de transporte estatales para movidas particulares. Es exactamente lo mismo de aquellos que confunden lo público con lo privado. Que se meten los fondos públicos en los bolsillos particulares. Desde el retorno de la democracia el único que se privó de esos usos y costumbres fue el ex presidente Alfonsín. Y en las décadas del sesenta las administraciones de Arturo Frondizi y Arturo Illia.

En algunos países el uso indebido de los bienes del Estado es castigado con penas extremas. Aquellos que hayan visto la primera temporada de la serie dinamarquesa ” Borgen” -que recomiendo muy especialmente para aprender cómo hacen política en los países nórdicos europeos- recordarán que un primer ministro danés pierde el poder inmediatamente que se supo que usó la tarjeta de crédito oficial para pagarle unas compras a su mujer en Londres. En el juego político el que publicó y se regodeó con la noticia fue el director de un medio periodístico amarillo. Pero la denuncia no pudo ser desmentida. Ese premier en caída no fue apartado de la política, siguió trabajando en ella, pero con la carga dolorosa de aquel traspiés.

Lo doloroso es que la sociedad argentina no reacciona o reacciona en pequeña dosis frente a tanta ruptura de normas de convivencia con la sociedad que son básicas.

El culto a la personalidad en su máxima expresión

No es solo un centro cultural, como pretende el Gobierno llamarlo, sino una obra de características monumentales, una experiencia única, en homenaje al kirchnerismo, al ex-presidente santacruceño y a los elementos que constituyeron su vida. A tal punto que se llama Kirchner y se aclara que este ex-titular del Ejecutivo Nacional era hijo de “un trabajor postal”. Una osadía que costó 3.800 millones de pesos en medio de mishiaduras fiscales y con un 26 por ciento de pobreza r0ndando la culpa o la vergüenza de los que constatan a diario esa realidad de contar un argentino pobre cada tres. A pocos meses de concluir su gestión, Cristina Fernández se da el gusto e impone a la sociedad este trabajo arquitectónico de enorme esfuerzo para las arcas estatales que ella pretende será eterno.

El colega Pablo Gianera describe lo que ve como periodista e invitado en el ex edificio de Correos hoy Centro Cultural Kirchner”. Escribió : “Es un artefacto de evidente complejidad política y estética”. Lo principal construído es la “Ballena Azul”, que Gianera llama “la vedette”. Se trata de una sala sinfónica considerada entre las más grandes del mundo, pero de dimensiones menores a algunas ya conocidas como la de la Filarmónica de Berlín, por ejemplo.

Está claro: el Teatro Colón, concluido en 1908, queda echo un poroto. Todo está acompañado por un órgano imponente, por pianos que costaron 250.000 dólares cada uno y de diversos instrumentos que deberían haber sido adquiridos en la Argentina a muchísimo menor valor que lo que figura en el presupuesto.

Ninguna capital del mundo tiene algo semejante al Centro Cultural Kirchner. Sus lugares de conciertos y grandes actos son en sitios que compiten con modernas arquitecturas, no en presupuestos para hacerlos. Y no se jactan de ser enormes. Un caso es el de Sydney ,en Australia, otro es el del Metropolitan o el Carnegie de Nueva York, el de Oslo (donde la madera del país juega un papel principal en la acústica), el Kennedy de Washington o las Óperas de Paris y la de Milán. Quizás quiera igualarse o superar en dimensiones a la del centro parlamentario de Moscú o al sitio de encuentro del Partido Comunista chino en Pekín.

Pero en la Casa Rosada se defienden y aseguran que tiene dimensiones parecidas al Centro Pompidou de la capital francesa. Habría que hacer los cálculos pertinentes y eso está en manos de especialistas.

Hay mucha historia detrás de la cáscara externa de la ex planta de cemento del Correo, que fue casi un “modelo” en su tiempo. El Correo original tardó casi 40 años en construirse (empezó en 1889 y concluyó en 1928), donde se mezcló el clasicismo francés y el art-decó. Fue el primer edificio público argentino diseñado según los principios de la Ecole de Beaux Arts de Paris.

Cuando en el 2003, producto de la privatización, quebró la empresa Correo Argentino en manos de Mauricio Macri, el edificio fue entregado bajo la responsabilidad del Ministerio de Economía. y se decidió hacer “algo importante y significativo” en ese sitio para el año del Bicentenario. Contrataron a distintos arquitectos hasta que el emprendimiento pasó a manos de Julio De Vido, Ministro de Planificación , quien confiesa ahora que los trabajos tuvieron un costo de 301 millones de dólares. Cálculos privados no aceptan esa cifra y señalan que se gastó bastante más.

Quizás en mejores tiempos la obra hubiera sido aplaudida, siempre y cuando no se computara el exhibicionismo de las salas dedicadas a Néstor Kircher, con grabaciones de su madre y el resto de su familia. O al espacio donde reina todo lo referente a su hijo, Máximo Kirchner. Mejor hubiera sido que el Gobierno se ocupara de todo lo que hace falta : escuelas, hospitales, guarderías, urbanizaciones, agua potable donde no hay, cloacas.

El “culto a la personalidad” del que hizo gala este Gobierno ha llegado, con el Centro Cultural Kirchner, a su más alta expresión. Hay calles, avenidas, centros deportivos y para otros innumerables fines que llevan el nombre de Néstor Kirchner. No los he contado en toda la nación, pero posiblemente iguale su mención a la de los máximos próceres de la Historia.

La utilización de los nombres presidenciales es típico de gobiernos autoritarios-totalitarios. Los gobiernos que los permiten creen igualarse, en importancia, a la jerarquía misma de la patria. Fue característico en el mundo soviético y en sus naciones satélites donde desfilaban las estatuas de Lenin y las de Stalin (hasta 1956, cuando se lo derribó de los pedestales), en cada ciudad, en cada parque, en cada instituto, en la Alemania hitleriana, en la Italia fascista, en la China maoísta y en la China actual donde sigue imperando la veneración por el “líder” de la Larga Marcha.

¿De quién depende la autorización para colocar nombres a los lugares públicos? ¿De los municipios locales, de los caprichos de los intendentes, de los Parlamentos que votan democráticamente o de la decisión unipersonal de quien gobierna la nación?Compleja la realidad política nacional.

El caso Nisman en veremos

Que algunos funcionarios del Gobierno están empeñados en embarrar la cancha y demorar o postergar o archivar la “causa Nisman” es un hecho. Desde el punto de vista de la comunicación, esa actitud siembra más sospechas, porque no tienen la perspicacia de facilitar las cosas. Impiden develar de una vez por todas esa muerte que es una tragedia, un magnicidio.

Sorprendió -a muchos no- que Aníbal Fernández, jefe de Gabinete, una persona de pensamientos rápidos y buenos reflejos para las respuestas a los interrogantes periodísticos, haya definido al fallecido fiscal como “un sirvengüenza que salía con minas y pagaba a ñoquis” en su oficina. Y luego lo haya acusado de “malversación de fondos” porque no tuvo tapujos en “usar dinero del Estado “. La pregunta es si el Jefe de Gabinete tiene acceso a las actuaciones judiciales, lo cual es una ruptura del secreto del sumario. Y, además, si esas diligencias judiciales están más empeñadas en trazar el modo de vida de Nisman -siempre y cuando fuera cierto lo que se dijo- y no las razones de su suicidio, aniquilación inducida u homicidio.

Pero por otra parte ¿importa si Nisman salía con lindas modelos o participaba de una misma cuenta con su asesor en computación? Lo único que interesa es por qué ese tiro pocas horas antes de presentar su denuncia que incriminaba a Cristina Fernández. Y quién dio la orden. O por qué Nisman se derrumbó para suicidarse.

Por supuesto que desde el Gobierno, como es su costumbre ya histórica, se cuestiona al periodismo como causante de estas desviaciones. Pero lo único cierto es que los periodistas indagan donde pueden y tratan de encontrar la mayor cantidad de indicios de una trama siniestra.El que los usa sin límites ni moral es un practicante del oficio “amarillo” , ese que no le importa usar bajezas con tal de ganar lectores. Que los hay, los hay. Pero no hace a la cuestión que estamos tratando, que es correr el telón e iluminar la escena de la muerte y comprobar si hubo o no un asesino y, esencialmente, por qué y quién lo envió.

Hasta ahora sabemos que las pericias de los peritos que convocó la ex mujer de Nisman no coinciden, en absoluto, con los colegas que trabajaron para la fiscal Fein, la encargada de elevar las actuaciones a la jueza de este resonado y trágico episodio de la vida argentina. Pero junto con ello aparecieron fotos íntimas, sospechas desaforadas e inauditas y hasta acusaciones de prácticas homosexuales en boca de un innombrable parlamentario. Los hechos se tradujeron en una gran tirantez entre las fiscales.

El gran desafío es que este magnicidio no se diluya, no quede abandonado en un rincón, por algún u otro interés o por desidia de la Justicia.

La muerte de Nisman no queda en soledad. Se suma al atentado a la Embajada de Israel y a la Mutual AMIA. Esos actos criminales destruyeron la vida de bastante más de 29 ciudadanos en la Embajada y 85 en la AMIA. Y esas destrucciones no son sólo un problema serio para la comunidad judía sino para toda la República. Nos ha pegado en el corazón de todos y, pasados los años, seguimos sin saber ni los nombres ni los rostros de los asesinos. Ni las causas. Ni los mandantes de los criminales. Por lo que no hay castigo. Esas muertes han sido impunes. ¿Cómo se puede dimensionar la frustración colectiva? ¿ A qué lleva la frustración sino a la impotencia y a la depresión?

Quizás eso es lo que ha llevado al filósofo Santiago Kovadloff a reflexionar en público diciendo que Nisman, que ya no está sobre la Tierra, sigue vivo. Como siguen vivos los que sufrieron las consecuencias de los explosivos en la Embajada y en la AMIA. Siguen reclamando justicia.

Está claro que el Gobierno nacional no puede desatenderse de estas realidades. Mucho se ha cuestionado que la Presidenta no haya enviado sus condolencias oportunamente, cuando podía y debía hacerlo de acuerdo a los parámetros de la convivencia en sociedad. Y también la crítica se eleva con las denostaciones -sin prueba contundente, por ahora- de funcionarios como Aníbal Feránadez, que se están equivocando porque, en su momento, vieron a Nisman como un atacante de la sobrevivencia del oficialismo.

En el exterior las preocupaciones sobre el caso son crecientes, en relación paralela a la caída de la imagen de la Argentina. Estados Unidos propuso enviar un experto, pero fue rechazado. El ministro de Agricultura de Israel, Yair Shamir, en un reciente acto en la embajada de su país en Buenos Aires, afirmó sin dudas que los asesinos fueron financiados por Irán. Y con respecto a Nisman acotó: “Pagó con su vida el intento de llegar a la verdad”.

“Sicarios mediáticos”

En los últimos días, la Presidente de la Nación y el ministro de Economía se han ocupado de denostar al periodismo. Esta actitud no es nueva ni en Cristina Fernández ni en Axel Kicillof ( “vení, vení chiquito”, lo convocó en la tarima del acto del sábado pasado). Es bueno recordar que, en vida del ex-presidente Kirchner, el matrimonio se solazaba utilizando el atril en la Casa de Gobierno para atacar a periodistas con nombre y apellido y plantarles su pasado (notas antiguas,
episodios desconocidos, trabajos, militancia o ideología) sin ningún tipo de pudor ni precaución. Atacaban a medios y los que en ellos trabajan con especial saña.

En esos casos utilizaban las carpetas en poder de los Servicios de Inteligencia para fundamentar mal o bien el ataque a las víctimas. Es decir, no sólo abusaban del poder sino que ponían a la luz, frente a todos, asuntos confidenciales en manos del Estado. En la mentalidad del matrimonio los periodistas mienten, son serviles obedientes de sus jefes. Digamos que los rechazan con especial furia. Sólo hablan, si es que hablan, con los periodistas obedientes.

Por eso se dijo durante mucho tiempo, en los diez años que nos preceden, que libertad de expresión hubo, pero lo que faltó fue el trato de cortesía elemental, la subestimación, a veces el insulto gratuito y el castigo vedándole a los que tenían entre ojo y ojo toda ayuda en materia de publicidad oficial cuando de manera paralela tenían programas de radio o de TV. Es decir que era una libertad de expresión recortada, bastardeada. Carecían de las consideraciones y montos espectaculares de publicidad (dinero del Estado ) que sí reciben los medios oficialistas (que son los menos leídos, los menos escuchados, los menos vistos). A falta de algunas críticas por parte de los partidos políticos de la oposición, los periodistas ingresaron en la categoría de “enemigos”. No hubo pruritos. Porque los militantes kirchneristas tomaban al pie de la letra y patotearon o despreciaron, o pegaron o escupieron de manera increíble, a los profesionales que no aceptaban bajadas de línea de la Casa Rosada.

Todo absolutamente diferente a Chile o Brasil . La titular del Ejecutivo de Brasil ha venido aceptado las investigaciones periodísticas para poder expulsar a ministros, banqueros y ahora empresarios de Petrobras. Eso no había ocurrido con Lula da Silva, que se erizaba cuando en algún medio ponían a sus funcionarios o a miembros de su familia en evidencias ilegales. La presidenta Bachelet no conoció el ” pacto de consideración y silencio ” de los medios en su primer año de gobierno y avanza en su camino o retrocede sin descalificar a los periodistas.

En el programa radial de Víctor Hugo Morales el lunes se despachó Kicillof, quien todavía no ha aclarado problemas serios generados en su gestión .

Dijo: “Los argentinos estamos cansados de tanta mala onda y tanta mala leche. Ver estas tapas de diarios enloquece. Son títulos repugnantes, estamos acostumbrados a las profecías de catástrofes que no ocurren”. Pero no explicó que el país está ahogado, necesitando dólares. Que la colocación de Boden fue un fracaso rotundo, que los vencimientos de la deuda externa en 2015 escalará hasta los 15.000 millones de dólares, poco más del 40 por ciento de las reservas totales que dispone el país. Que el cepo cambiario está produciendo desajustes importantísimos en la producción, que el empleo privado está paralizado, que sigue la emisión descontrolada y cubre numerosos subsidios, que la inflación cierra el año con casi 40 por ciento, que la pobreza llega al 10 por ciento de la población… Ahora bien, ¿ qué pueden hacer los periodistas más que informar? ¿ Creer acaso en las estadísticas del INDEC que viene mintiendo desde enero del 2007 ? ¿ O basarse en datos de consultoras privadas de confianza, que en su momento fueron castigadas injustamente por el ex-Secretario de Comercio Guillermo Moreno, por aportar información distinta a la del gobierno. Ahora Moreno -un especialista en el maltrato a los periodistas- deberá enfrentar a la Justicia por esas multas y su decisión arbitraria.

En el acto oficialista del sábado pasado la Presidente subió el tono en el cuestionamiento al periodismo y a los jueces. Los calificó de “sicarios mediáticos” a unos y a los jueces de  ”secuaces”, a su criterio, impertinentes por inmiscuirse en
los negocios privados de los funcionarios y en los actos de corrupción. No personalizó. Sí generalizó.

La histórica filóloga María Moliner, en su “Dicccionario de Uso del Español” define así al sicario: “es el asesino asalariado”. Impresionante y sintética definición. El término es muy usado en la actualidad en el mundo del negocio de la droga, donde están en juego cifras millonarias. Sicarios son los dependientes de los Grandes o Pequeños Jefes, que matan por encargo. Aquí, en la Argentina, por venganza, los sicarios se cobraron la vida de colombianos indeseables, que no habían devuelto algunas cobranzas o competían por la apropiación de determinado territorio. Hace no muchos años, en Colombia, sicarios de 13 o 15 años mataban sin contemplación y por encargue por no más de 50 dólares. En México los sicarios son los dueños del territorio del Distrito Federal hacia el norte y en la frontera con Estados Unidos no hacen diferencias entre sus víctimas, les da lo mismo mujeres que hombres. Varios de ellos son ex-policías o miembros de las fuerzas que combaten a los narcotraficantes.

En definitiva, y no por demagogia, la Presidente igualó a los periodistas críticos con asesinos a sueldo. Lo hizo por rechazo a las investigaciones que rozan el poder. Por hablar de la economía real, no la ideal. ¿Lo dice por cuenta propia o por los machetes que le pasan sus asesores? ¿ No mide la proyección de los calificativos que utiliza? Es un asunto preocupante porque los límites de una política activa no son respetados.

 

¿Vamos a la guerra?

Está bien, se entiende: negociar con los fondos buitres produce escozor. Pero en esta instancia, en la de estas horas, se ha juntado todo. La decisión de la Corte Suprema, las pretensiones de los fondos buitres, el reclamo de los holdouts, las declaraciones del Juez Thomass Griesa y por último, la decisión, por despecho, de la Argentina, de no enviar una misión a negociar con Griesa.

¿No es bueno pensar que en casos como éstos, cuando se está viviendo al filo de la navaja, se actúe con prudencia, con cabeza fría y al mismo tiempo con una delicadeza extrema?

Pero no, esas posibilidades y actitudes no se ven, no asoman.

Muchas cosas sorprenden en estas horas. ¿Por qué se ha dejado avanzar tanto decisiones claves sin reaccionar? ¿ Por qué Argentina no tenía guardadas estrategias aptas para el caso  siempre posible) de que la Corte Suprema ratificara decisiones anteriores del juez Griesa? ¿Ineptitud, mala praxis, negligencia, soberbia, omnipotencia,despiste total…?  ¿O todo ello junto?

Lo que ha quedado claro en medio de los remolinos es que Argentina no fue ni es un “paraíso desendeudado” como quiso hacer creer el kirchnero-cristinismo en todos estos años. Que la tendencia a pensar que todo lo que viene de afuera es una conspiración contra nosotros es un absurdo. Que es imposible, definitivamente, “Vivir con lo Nuestro” porque nuestros activos no pueden modificar estructuras y lograr un país mejor. Que tenemos compromisos pendientes y que si no cumplimos vamos a parar a otro default, de consecuencias muy graves. Que cargamos con una deuda pública de 200.000 millones de dólares. Que en 2014, entre intereses y capital, vencen 10.000 millones de dólares. Que entre 2015 y 2019 hay que enfrentar compromisos por 70.000 millones de dólares. Y en esto no abarcamos la deuda interna.

Los optimistas aseguran que no nos debemos preocupar porque un país cuyos ciudadanos tienen guardados fuera de sus fronteras más de 240.000 millones de dólares no debe sentirse en un callejón sin salida. Cabe preguntarse qué tiene que ver una cosa con la otra; pero bueno, así procede el optimismo. El pesimismo es una cosa distinta: es un optimismo “muy bien informado”. Habida cuenta de los hechos con los que nos enfrentamos prefiero quedarme con los pesimistas.

Hasta ahora, algunos voceros del oficialismo aseguraban que las buenas cosechas nos salvarían. Como un reflejo directo, las reservas siguen intactas. Poco más o poco menos merodean los 28.000 millones de dólares. Esas son nuestras espaldas, aunque las de libre disponibilidad son menos. No es para estar tranquilos. Porque las reservas vienen cayendo desde el 2010, cuando llegaban a 52.145 millones de dólares. En el 2012 bajaron a 43.290 millones y en el 2013 a 30.600 millones.

Es sorprendente el intercambio de reacciones entre el Juez Griesa y la Casa de Gobierno en Buenos Aires. Tras el discurso de Cristina Fernández de Kirchner, el lunes, el Juez Griesa dijo, de manera cortante: “El discurso de la Presidente es un problema y no me genera realmente confianza de un compromiso de buena fe, para pagar todas las obligaciones”. Y agregó, con firmeza: “Argentina, en los últimos doce años se ha reído de las sentencias judiciales. No quiero que se vuelva a reír de una sentencia judicial”. Muy terminante el magistrado, que ya sabíamos es hombre de pocas pulgas y de afirmaciones sin dobleces.

¿Y como reaccionó frente a ello la Argentina? Durante la mañana del miércoles, se consideraba enviar una misión de especialistas para tratar de dialogar con el juez Griesa. A última hora del día se cambió todo. Hubo una marcha atrás, vivida como de emergencia. Nadie va a Estados Unidos. Así lo decidió la Presidente, tras las críticas del Juez Griesa.

¿No es éste un juego peligrosísimo? Porque la cosa está clara más allá de las “ofensas” y de los narcisismos. Si a fin de mes Argentina no paga los 900 millones de dólares a los que se la conminó, entramos en default. ¿Se imaginan? Si ya teníamos la imagen internacional por el suelo por el anterior default (el de comienzos de 2002), éste agravará nuestra condición de “leprosos” ante todo el sector financiero mundial y ante los gobiernos. Pero no todo es imagen. Lo trascendente es el daño económico y social que se infligirá a la República. Todas las promesas de cumplir con el mundo, de arreglar civilizadamente, después del acuerdo con el Club de París y con Repsol, todo se derrumba con la rapidez de un rayo.

El jueves 19 por la mañana, en su disertación diaria, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó algo que convocó al humor. En primer término reivindicó la voluntad de pago. Pero inmediatamente agregó que “no se puede violar lo previsto en la Constitución Nacional, en cuanto a que es el Congreso el que debe arreglar la deuda interior y exterior”.

Por supuesto que es así. ¿Pero por qué entonces no se consultó al Parlamento el Acuerdo con el Club de París y el Pago a Repsol? Y más: todo se resolvió desde el Poder Ejecutivo y en términos secretos porque las cláusulas de lo tratado no fueron divulgadas y se pidió silencio a los firmantes.

Tenemos la soga al cuello, y surgen “ofensas” personales. Eso es no vivir en la realidad.