Que 2015 sea un año de tres semanas

Esta nota es una mezcla de buenos deseos y opinión. No es cuestión de tirar pálidas solamente, de modo que detallaré mis esperanzas para el nuevo año con todo optimismo.

Empiezo entonces resumiendo con el título. Anhelo que, en términos de acción de gobierno,  este sea un año de tres semanas: las que van del 10 al 31 de diciembre.

El resto del año espero que el gobierno no haga nada, o, si fuera necesario, que no le permitamos hacer nada, entre la ciudadanía, el periodismo libre, la oposición y la justicia.   

Estos son mis deseos: 

- Que no se tome ninguna medida que aumente el gasto: nombramientos, designaciones, contrataciones, tercerizaciones y compras de cualquier otro tipo. Si fuera posible que se subejecuten todas las partidas presupuestarias. Continuar leyendo

Enero 2016: desenredando la madeja K

En mi nota anterior sugería que el nuevo gobierno debía fijarse un objetivo de país a 4 años vista, y proponía que esa meta fuera la reinserción – o inserción – en el comercio mundial. (Cliquee aquí si la quiere leer, Señora.)

La meta parece poco ambiciosa. Sin embargo, si se aplicase, el concepto sería, en mi opinión, revolucionario.

Pero ahora vamos a  los temas que a usted lo angustian y que son de corto plazo, urgencia o terapia intensiva, como quiera llamarles.

Cepo cambiario 

Este punto se divide en dos. La prohibición  y paralización del mercado de divisas, y el nivel del tipo de cambio. Justamente para no tener que devaluar ni perder reservas se creó – inútil y lamentablemente – este sistema. Debo decir que desecho todo intento de usar el tipo de cambio como ancla inflacionaria, en especial ante el nivel de circulante falso que se ha generado, lo que inhabilitaría cualquier solución. Continuar leyendo