Europa no logra afianzar un crecimiento sustentable

Darío Epstein

El Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no innovó en la reunión de política monetaria finalizada el día jueves.

El segundo trimestre del año no fue nada bueno para la economía de la Eurozona, mostrando un desempeño peor al esperado. En el 1ºT14 la economía de la Eurozona creció tan sólo 0,2% respecto al último trimestre del año anterior, mientras que en el 2ºT14 no se habría acelerado. Para todo el año se estima un crecimiento de 1,1%, acelerándose a 1,9% en 2015.

Por el lado de Alemania, se conocieron decepcionantes datos de las órdenes de fábricas, cayendo a su mayor ritmo desde 2011 dado que algunas tensiones políticas y la desaceleración de la economía a nivel global amenazan la recuperación del bloque.

Mucho tuvieron que ver los conflictos geopolíticos que amenazaron con quebrar la confianza del bloque y afectar la recuperación de su economía: el bloque de la Eurozona ya lleva 5 trimestres desde que logró salir de la recesión. Pero la recuperación es muy lenta, lo que implica que el mercado laboral no logra tomar el dinamismo necesario para reducir la tasa de desempleo, que se ubica en niveles sumamente elevados y que afecta en gran medida a la población joven.

Más bajas las tasas no pueden estar, salvo que se decida tornarlas en cero como lo hizo la Reserva Federal de los EEUU, hecho que descartamos por el momento.

Los gobiernos de los países que componen la Eurozona muestran un elevado nivel de endeudamiento en relación a los PIB, mientras que el sector privado se ve dificultado para acceder a canales adecuados de financiación. Los conflictos geopolíticos amenazan los flujos del comercio internacional y pesan en las encuestas de confianza. El desempleo cercano al 12% de la población económicamente activa y de 24% para los menores de 25 años actúa como un ancla, que limita la expansión.

A todo esto hay que sumarle el impacto de la baja inflación y los crecientes riesgos de deflación, que requieren de atención. El último dato conocido reveló que en la Eurozona los precios al consumidor se desaceleraron en junio y crecieron 0,4% en términos interanuales, muy por debajo de la meta del BCE de 2%. Esto le ha dado impulso al euro y se acercó a valores máximos frente al dólar de casi 2 años y medio.

Los activos de las hojas de balance de los principales Bancos Centrales han ido engrosándose a lo largo de los últimos años. Estimamos que lo seguirán haciendo dado que resabios inflacionarios no hay en Europa (sino todo lo contrario) y que la actividad muestra claros síntomas de recaída.

activos de los principales bancos centrales

De no mediar shocks externos adicionales que compliquen aún más las cosas y con la ayuda adicional y más firme del Banco Central Europeo, las perspectivas apuntan a un mayor ritmo de crecimiento durante la segunda mitad del año y en 2015.

Caso contrario, de darse alguna situación negativa adicional, la economía del bloque podría recaer en una nueva recesión y conducir también a una deflación. De darse este último escenario el BCE siempre tendría la posibilidad de aplicar medidas aún más agresivas, como podría ser un programa de compra de activos a gran escala.