Japón, ¿del optimismo a la capitulación?

Luego de dos trimestres de crecimiento negativo, que estuvieron relacionados con el aumento del impuesto sobre las ventas en abril de 2014, la economía japonesa ha logrado crecer a un ritmo anualizado de 1,5% del Producto Interno Bruto real en el 4ºT14, pero para todo el año 2014 cayó (-0,06%). Se trata de la cuarta contracción de la economía en los últimos siete años.

Pero eso es historia. Japón ha tomado cartas en el asunto el año pasado anunciando un plan para duplicar (sí, leyó bien, duplicar) su base monetaria en un plazo relativamente corto para semejante inyección de dinero. El Banco de Japón anunció en ese entonces su intención de elevar la inflación a 2% en un plazo de dos años.

La política agresiva de compra de bonos ha presionado por otro lado a la tasa de interés a 10 años a niveles cercanos a cero (0.352% al cierre de este reporte), lo que debería incentivar a la demanda de préstamos, a menos que Japón este inmerso en una trampa de liquidez, donde por más esfuerzos de política monetaria que se hagan, éstos serán estériles e inútiles. Continuar leyendo

El impacto de los estímulos financieros

Desde la crisis del año 2008, los bancos centrales de los países desarrollados fueron imprimiendo a sus economías una impronta única y nunca antes vista a sus políticas monetarias expansivas, en un esfuerzo histórico para apuntalar a sus alicaídas economías.

Pero, en una menor o mayor proporción, es sabido que el esfuerzo en bajar tasas de interés y emitir dinero como nunca antes lo habían hecho para comprar todo tipo de bonos soberanos y cuasi soberanos, termina derivándose hacia otros destinos, distintos a los del objetivo de la política económica original.

Y los mercados se han vuelto adictos a alguna forma de inyección de liquidez para poder seguir incrementando los precios en los propios mercados, siempre y cuando esta acción se vea acompañada con los resultados corporativos o el flujo de caja, como para no inflar los precios en forma desconectada de los fundamentals de las empresas. Sólo para acompañarlos.

El dinero abundante y barato termina siendo sinónimo de subas en los activos de riesgos. El problema es cuánto. Es una pregunta que muchas veces uno se hace, así como uno quisiera a ciencia cierta saber cuántos contratos de barriles de petróleo son comprados o vendidos en forma genuina, para entregar o comprar el commodity, y cuántos son los restantes contratos que son pura especulación del mercado. JP Morgan se animó a afirmar que el 32% del actual nivel del S&P 500 tiene su origen en las políticas expansivas de la Reserva Federal.

El múltiplo de precio a ganancias por acción (price to earnings) del índice S&P 500 forward 12 meses hacia adelante aumentó 5 puntos, es decir pasó de 10,5x a finales de 2008 a 15,5x del año pasado. Se llama “expansión de múltiplos” cuando el mercado está dispuesto a convalidar mejores ratios y expandir los precios más allá de sus fundamentos. Y eso es lo peligroso, es decir saber cuánto se aleja ese ratio de lo normal, o cuánto se expande por encima de los niveles de otros años atrás.
Se trata de un “efecto riqueza” que sería responsable de 650 puntos de índice, es decir 32% del nivel actual del índice S&P 500, si tomamos en cuenta que existe en torno a USD 29 Billones de valor. Actualmente en acciones, la expansión de múltiplos habría implicado un impulso de la riqueza patrimonial de USD 9 Billones.

Aunque debemos mencionar dos cosas. Que el punto de partida era muy bajo y que parte de ese efecto riqueza no es más que recuperación del terreno perdido y que otros efectos contribuyeron para que eso sucediera. Es decir, que gran parte de esa expansión o convalidación de múltiplos representa una mejora y consolidación en las condiciones macroeconómicas de EE.UU., por lejos la mejor zona para invertir en acciones debido a la situación comparada con la Eurozona y Japón. Actualmente el indicador de precios a ganancias por acción (price to earnings) del S&P 500 es de 16.78x.

price to earnings
El dinero barato y abundante también se derivó a inflar (o recomponer en parte) los precios de las viviendas  en EE.UU. Se estima que incrementó 10% el precio de las viviendas y 20% las propiedades comerciales. Siendo el universo de viviendas de EE.UU. de USD 22 billones  y un mercado de propiedades comerciales de USD 2.3  billones el incremento debido a la ayuda de la Fed sería de USD 2 billones.

Y ahora que terminó el QEIII, ¿qué pasará? A menos de dos días de anunciarse el final del tercer programa cuantitativo de dinero de la Reserva Federal de EE.UU., el Banco de Japón elevó su propio programa de monetización. Si había alguna duda de que el dinero abundante y barato iba a seguir estando presente, el Banco de Japón se encargó de reafirmar las expectativas. Esto calmó los ánimos y las dudas, y proveerá de otro justificativo como para seguir impulsando el precio de los activos de riesgo en todo el mundo, acompañado por los esfuerzos del Banco Central Europeo en darle un punto final al peligro de entrar en recesión y deflación en la Eurozona.

Reporte 2013-2014: qué pasó y qué vendrá

Hasta los inversores más agresivos se han visto sorprendidos este año con el rendimiento en acciones norteamericanas, el mejor que se había visto en los últimos 12 años. Y también es cierto que hacía mucho tiempo que no se veía tal disparidad entre acciones de países centrales y países de la periferia: los emergentes debieron soportar caídas en promedio en los precios medidos en dólares.

¿Qué podemos esperar para el año que se inicia la semana que viene? La economía mundial está mostrando una continua mejora en términos de crecimiento y se espera que en 2014 la economía mundial crezca a una tasa de 3,7%, luego de registrar una expansión estimada de 2,9% este año. Sin embargo, se espera que el próximo año se extienda una de las características del crecimiento de la segunda mitad de 2013: las economías desarrolladas se acelerarían mientras que los países emergentes reducirían su ritmo de expansión.

Y una de las características dominantes seguirá siendo la prácticamente nula inflación en el G10. Y hasta con riesgo de deflación, un elemento inentendible a la luz del ritmo de emisión de países desarrollados en los últimos años y del aumento del consumo de los norteamericanos. La tasa de inflación núcleo detrás del consumo (PCE core) en la economía más grande del mundo es de apenas 1,1% interanual y la inflación minorista del 0,8%. En la raíz de este enigma está la baja inflación de costos medida por los costos laborales (uno de los factores explicativos con una alta correlación con la inflación total), el aumento de la demanda de dólares por parte del comercio mundial, además del aún bajo uso de la capacidad instalada (en la web de la Reserva Federal se puede ver que fue de 79% en noviembre, casi dos puntos porcentuales mayor al de hace dos años atrás, y de 80,2% de promedio de 1972-2012 con picos del 85%).

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