Argentina con dudas de mercado

 Los activos financieros se anticipan a los ciclos económicos. Ocurrió siempre, y tanto en los mercados internacionales como en los mercados domésticos.

Y si no, ¿cuándo fue el mejor momento para comprar acciones norteamericanas en el pasado reciente? El 9 de marzo de 2009, cuando la economía de Estados Unidos se encontraba sumida en una profunda recesión, de las más profundas que se recuerde desde la crisis de los años treinta, en el valle del ciclo económico.

¿Y en Argentina? ¿No fue acaso el 28 de junio de 2002 que se vio el Merval en 75,34 dólares? El segundo fue el peor trimestre de un año en el que el PBI cayó 10,75 % según las cifras oficiales del Indec. El peor de toda la historia del país.

¿A qué se debe la violenta suba de acciones y bonos que hubo desde inicios del año 2013? El Merval ha tenido un rally importantísimo de 292 % en pesos y de 110 % en dólares respecto al precio actual. Dicha suba se corresponde con la evolución de muchos bonos en Argentina medidos en dólares en el exterior, con sus altibajos en los últimos trimestres por los problemas a nivel legal con los holdouts y por las turbulencias dadas por Grecia y China en los últimos meses.

Es evidente que la apuesta es por el final de un ciclo político y vientos nuevos en materia de política económica.

Si pensamos que las transformaciones que sufrirán los activos financieros son creíbles y anticipatorias del ciclo, entonces estas se trasladarán a los activos reales, que se revaluarían en dólares y tendrían un efecto derrame a toda la economía. Continuar leyendo

Pagar o no pagar, ¿ésa es la cuestión?

Antes de comenzar con el artículo, quiero dar mi posición frente a este tema: creo que Argentina debe honrar el fallo de la justicia de EEUU; por supuesto que si puede negociar mejores condiciones sería muy bueno.

Dicho esto, debo señalar que no parece lógico, el 93 % de los afectados aceptó los canjes propuestos (2005 y 2010), y en un país (EEUU) donde el principio que rige en los casos de concursos y quiebras es el de favorecer la continuidad de la empresa en marcha, se perjudique a esta inmensa mayoría para favorecer a tenedores que, con menos del 1% de la deuda con sentencia en firme, han logrado poner en riesgo la reestructuración de la deuda y por consiguiente los derechos del 93% que aceptó el canje en forma voluntaria.

No obstante, Argentina emitió deuda en el pasado y para conseguir mejores condiciones (plazo, tasa y montos) renunció voluntariamente a la Jurisdicción Argentina para la resolución de conflictos y aceptó la de Nueva York. Convengamos también que es una práctica estándar que utilizan la mayoría de los países del mundo cuando quieren acceder a fondos en los mercados de capitales internacionales. Pero nadie ha exigido o forzado a Argentina a aceptar el cambio de Jurisdicción. Esto ha sido totalmente voluntario.

Es cierto que este Gobierno (a través de Néstor Kirchner y Cristina Fernandez de Kirchner) asumió en 2003 y no fue quien emitió la deuda en cuestión. Pero también es cierto que, al postularse para la Presidencia de la República, conocían claramente la situación y el escenario que deberían enfrentar.

Nos encontramos con un caso donde no existe normativa, esto es, no hay regulación que indique cómo tratar con un default soberano. De hecho, recuerdo que en los 90, cuando el FMI quiso establecer una agenda para intentar regular este tema, tuvo tanta resistencia que terminó en la nada.

Intentar cambiar la Ley aplicable de la deuda restructurada, existiendo sentencia firme en contra, equivale a cerrar las puertas del financiamiento por muchos años, para el país y sus empresas. Argentina se sometió en forma voluntaria al cambio de legislación y cambiar las reglas de juego cuando el resultado no nos favorece nos alejaría del mundo en forma inmediata.

Por otro lado cumplir con el fallo, sería el corolario de un proceso que incluyó los acuerdos con el CIADI, el Club de Paris, Repsol y hasta ordenar los índices del INDEC. Nos daría acceso a los mercados financieros en forma total.

Es cierto que los fondos buitres habrán realizado grandes ganancias. Y es cierto que este fallo podría costar hasta 15.000 millones de dólares, si el resto de la deuda que no entró al canje se presentara a cobrar. Es un sapo difícil de tragar, pero es lo que nos toca.

Nos han hecho un gol y estamos 1-0 abajo. No perdamos el partido.

Nota: No asesoro a ninguna de las partes en conflicto. No tengo bonos de la República Argentina en ninguna de sus formas. No tengo intereses financieros atados en forma directa a la decisión que vaya a tomar el Gobierno Argentino