Argentina niega sus tradiciones comunes

Si bien la consigna electoral era “continuidad o cambio”, cuando hablamos de las naciones, tenemos que referirnos exclusivamente a continuidad. Cambian las administraciones, las personas, las coyunturas, las tecnologías, las condiciones ambientales, los procedimientos y los protocolos.

Las naciones son una sucesión de acontecimientos que todos juntos son la historia de un pueblo, radicado en un territorio, que ha plasmado a lo largo del tiempo una personalidad compleja que tiene tradiciones y flexibilidades. Pero siempre debe tener, si pretende ser una nación madura, rasgos de previsibilidad y credibilidad que se van constituyendo en su signo de identidad.

Pareciera que a los argentinos nos sigue costando fijar esas características que sirven para entendernos entre nosotros y comunicarnos con los otros. Por eso inventamos la figura del péndulo, que puede girar de un extremo a otro en forma continua. Claro que ese péndulo, del cual hemos abusado tanto, no nos permite acumular energías en forma permanente y estable. Así, llegamos al año 2015 con índices sociales y económicos equivalentes a los de la década del setenta. ¡Han pasado 40 años y no hemos podido crecer! Es decir, hemos marchado para atrás usando el espejo retrovisor como si fuera el parabrisas delantero. Continuar leyendo

La Patria

Según la Real Academia Española, Patria es “la tierra natal o adoptiva ordenada como Nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos históricos, jurídicos y afectivos”.

Las naciones en formación o las colonias que buscaban su identidad nacional independiente utilizaron la “Patria” como la exaltación de valores diferenciadores de otros pueblos – vecino o lejanos – muchas veces en forma antojadiza o arbitraria.

Si San Martín y Bolívar se hubieran puesto de acuerdo, hubieran tenido el acompañamiento seguro de O’Higgins, Sucre y Artigas y la “Patria” hubiera podido ser una gran unión hispanoamericana desde 1810 en adelante.

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