El desalojo en Villa Lugano y la responsabilidad de “los que dan derechos”

En algún momento de los próximos días quizá se lleve a cabo el desalojo del predio en Villa Lugano, recientemente bautizado por los ocupantes como barrio “Papa Francisco”. Veremos en qué termina. Es difícil prever si logrará hacerse efectivo o no. Sea cual sea el resultado, de lo que quiero hablar es de los obstáculos que vienen poniendo al desalojo distintos referentes de la política. Me voy a referir a ellos como “los que dan derechos”. No es que dar derechos esté mal, pero en este caso pareciera que los derechos nunca conllevan responsabilidades ni deberes. El que da derechos tiene un antagonista histórico, que es el que quiere solucionar todo a los palos. Ambos, mal que les pese, se parecen mucho en que tienen respuestas de antemano para los problemas más delicados y dilemáticos del país. Cuando el que quiere solucionar todo a los palos dice “hay que reventarlos a todos y que se dejen de joder” el que da derechos dice “hay que integrarlos, no hay que reprimirlos”. Es obvio que nos gustan más los que dan derechos, es más lindo hablar de derechos que de palos, pero basta con que nos corramos un poco de ese lugar para notar que las respuestas prefabricadas, vengan de donde vengan, son solo cortinas de humo para no ver la complejidad real de los problemas.

Continuar leyendo

Ni senador ni funcionario

En estos días, el actual senador y postulante a renovar su banca Daniel Filmus nos sorprendió a casi todos con una serie de definiciones acerca de los ni-ni.

Vamos por parte, ¿qué son los ni-ni? Son aquellos que no estudian ni trabajan. En la Argentina son casi un millón de jóvenes las que están en esta situación.

A Filmus seguramente lo conocés. Es sociólogo, especialista en educación. Ocupa cargos públicos desde el año 1989. Fue funcionario de Carlos Grosso en la Ciudad, jefe de asesores de la ministra Susana Decibe (autora de la Ley Federal de Educación) durante el menemismo, secretario de Educación de Aníbal Ibarra y ministro de Educación de Néstor Kirchner hasta que asumió como senador en el 2007, cargo que detenta hasta la fecha.

Que quede claro, yo no digo que sea el único responsable de que el 50% de los chicos no termine el secundario, ni que de los que terminan el 50% no comprenda los textos que lee, ni siquiera de la parte de los “ni-ni” relacionada con la educación,  pero está claro que el actual senador algo que ver con todo esto tiene, ¿no?

¿Qué dijo Filmus? Que está “buenísimo” que haya más ni-ni. Y explicó: ”La mitad de las mujeres ni-ni tienen niños menores de 5 años”, y que “gracias a la Asignación Universal por Hijo, están en el lugar que tienen que estar, cuidando a los chicos porque tienen recursos para hacerlo ”.

Llamativo el lugar donde ubica a la mujer, cuidando a los chicos. Ese es su lugar según Filmus. Perspectiva de género a marzo. Si lo hubiese dicho cualquier líder de la oposición tendríamos programa de 678 por lo menos para una semana.

Complicado que a un ex ministro de Educación le parezca bien que haya más gente que no estudie. Supongo que lo plantea porque estos ni-ni pueden acceder a un plan social.

Ahí ya el problema es conceptual. Los planes sociales deben ser momentáneos, para salir de una contingencia. La apuesta sustentable en el tiempo es que a través de la educación -y posteriormente a partir del trabajo- podamos volver a integrarnos socialmente.

Si quien debe brindar la educación piensa que está bien no estudiar porque la persona tiene un plan social, lo que seguramente pase es que ni el beneficiario estudie, ni que sus hijos estudien. Sobre todo si tenemos en cuenta que ya estamos en la tercera generación de aquellos que recibieron el primer Plan Trabajar y se mantienen desocupados.

El chico que nació con el primer plan en 1999 no vio a su papá trabajar. El hijo de ese hijo no vio a su papá ni a su abuelo trabajar. Ese es el problema de fondo. Se transforman en temas culturales.

Evidentemente Filmus no lo entiende.

Humildemente creo que en esta próxima etapa, después de haber vivido del Estado durante más de 20 años con las responsabilidades que le caben en la materia, creo que tal vez sea el momento de que la sociedad le diga a Filmus que tiene que ser un Ni-Ni, ni senador ni funcionario.

¿Y si el villero va a Alvear y Rodríguez Peña?

El lunes pasado Cristina Kirchner relanzó la campaña porteña con sus candidatos en la Villa 21-24. Lo incomprensible del acto no fue la inauguración del centro cultural que estará ubicado en ese asentamiento de Barracas, sino el anuncio que hiciera después.

La Jefa de Estado adelantó que en ese espacio funcionará la sede de la Secretaría de Cultura de la Nación, que contará con un auditorio para 300 personas, aulas, talleres y un canal de televisión.

En la Argentina, el primer Plan Trabajar es del ’99. Catorce años después, los subsidios siguen conteniendo a una masa enorme de ciudadanos que nunca volvieron a reinsertarse en el mercado laboral. Muchas de esas familias, incluso, ya van por segundas y terceras generaciones desclasadas.

En el ‘99 todavía se podía hablar de trabajadores ocupados y trabajadores desocupados. Hoy no. El problema actual es que la clase trabajadora ya no cuaja en este segmento de la sociedad. No son trabajadores desocupados, son personas que directamente no saben qué es el trabajo. Para que quede bien claro: el hijo no conoció a su papá trabajando y ese padre tampoco lo vio al suyo. Abuelo, padre e hijo, presos de una misma problemática, que pasó de ser laboral a una de tipo cultural.

Yo no conozco la solución. Ahora, lo que es seguro es que la salida no puede pasar por acciones de gobierno tendientes a mantener el status quo social de desempleo y marginalidad dentro de las villas. Mucho menos en las condiciones en las que se mantiene.

Insisto, el Estado no puede creer y menos fomentar que la gente quiera vivir ahí; todo lo contrario, tiene que promover que la gente anhele salir de esa realidad. Es de suponer que el habitante de la villla quiera vivir como cualquiera de los funcionarios que se pasean por allí en las elecciones: con casa propia, más seguros y con empleo.

Inclusive esto no implica necesariamente erradicar la villa, siempre y cuando ella se convierta en barrio. Para eso, antes de una Secretaría de Cultura, los vecinos necesitan un empleo, tendido eléctrico, desagües, agua potable, calles asfaltadas, presencia policial.

Claro que cuando un puñado de personas de clase media recorre estas realidades, como los candidatos en épocas de elecciones, seguro que se les moverá una fibra sensible del alma. Ahora, el deber de los candidatos, y más cuando son gobierno, es generar las condiciones para que su gente sea libre.

Esa libertad sólo la da la cultura del trabajo, que implica el manejo de sus recursos sin la relación simbiótica con el Estado a través de planes y prebendas.

Para los que creemos en la integración social a partir del trabajo, en el valor cultural del empleo y de la industria, en la dignidad que sólo el trabajo produce, no podemos estar de acuerdo con esto.

A mí me enamoró el Kirchner del 2003 cuando quería reindustrializar un país diezmado y peleó para bajar la desocupación a un dígito. Y me provoca desazón esta Cristina que hace culto de la marginalidad.

Hay que tener claro que es mucho, pero mucho más caro generar un solo empleo que pagar 100 planes. Ahora, que nadie lo dude, es infinitamente más barato generar un empleo para pensar en un país integrado que tener miles de planes.

En síntesis, creo que sería mucho mejor para quien vive en la villa 21-24 poder tomarse un colectivo -pagado con el sueldo de su trabajo-, ir junto a su familia hasta la Secretaría de Cultura en Alvear y Rodríguez Peña, y finalmente averiguar cuál es la oferta cultural para poder disfrutarla. Eso, claro, a que lo sigan encerrando en su villa.