Qué hacer para superar la crisis de las economías regionales

Diego Lo Tártaro

Quien resulte electo presidente en el ballotage de noviembre próximo deberá afrontar, entre los muchos y serios problemas que deja el actual Gobierno, el insoslayable drama que hoy viven las economías regionales.

Las crisis que padecen son diariamente expuestas y publicitadas, pero aún no vemos propuestas serias y efectivas que apunten al corazón de las desventuras que este sector económico sufre, cuyas implicancias no se limitan a lo económico, ya que tienen un alcance más trascendente y preocupante, pues también en igual intensidad se encuentran involucrados el aspecto social, el educativo, el habitacional, el laboral y el político. Todos ellos hacen en su conjunto la realidad que hoy observamos.

Es justamente en este tema donde deberá ponerse todo el énfasis, la creatividad y la voluntad en lograr propósitos demorados e ignorados durante décadas. Entre las propuestas a atender y tratar están:

* Considerar la creación de un Consejo Federal de Planeamiento Regional que analice sus problemas, sus necesidades y sus soluciones.

* Crear un Banco de Desarrollo Regional o darle esta función al Banco de la Nación Argentina para que no sólo atienda sus problemas, sino que también se transforme en el gran promotor para atraer la inversión extranjera que desarrolle en forma equilibrada dicho sector. De igual forma, promover la apertura de bancos provinciales que atiendan específicamente las necesidades locales, y sí vale como ejemplo de esta necesidad y ventaja el Banco Provincia de Buenos Aires.

* Idear y desarrollar un plan integral de comunicaciones, tanto ferroviario como vial, entre provincias y a puertos. El ferrocarril fue desmantelado hasta su casi extinción. La red vial que hace décadas que no se incrementa y, peor aún, sin mantenimiento alguno, ha transformado en calamitoso el tránsito ferroviario. La inexistencia de propuestas que hoy evidencian estos sectores es alarmante, preocupante e inadmisible, máxime si tomamos en cuenta la extensión territorial de nuestro país.

* Dar solución de forma prioritaria e ineludible al drama que afecta a la provincia de Buenos Aires, que desde siempre padece en forma alternativa inundaciones y sequías, que no sólo destruyen su economía, sino que van deteriorando los suelos, solución que se demora inexplicablemente en el tiempo.

* Considerar la necesidad de una hidrovía que intercomunique a toda nuestra mesopotamia.

* Respetar el derecho que tienen las provincias con recursos mineros, gasíferos y petroleros a participar en la toma de decisiones, con capacidad de vetar y dar por inconstitucionales acuerdos con cláusulas inconsultas y secretas, tomadas, contratadas y firmadas por el Gobierno nacional.

* Tomar en cuenta la necesidad de una profunda reforma en todo el sistema impositivo que contemple y atienda la asimetría que existe entre las diferentes regiones, que permita un crecimiento armónico, parejo, sostenido y justo.

* Promover una Red de Bolsas Regionales interconectadas entres sí conjuntamente con las de Buenos Aires y Rosario, con el propósito de incentivar la instalación de nuevas empresas, el financiamiento más accesible, rápido, seguro y económico para las empresas locales existentes, la creación de una nueva alternativa de inversión para los ahorristas, la multiplicación de la creación de trabajo para evitar el éxodo de los jóvenes hacia las grandes ciudades.

Para lograr estos objetivos de equidad y justicia que establece la Constitución Nacional, volvemos a insistir en que es necesaria, urgente e ineludible la conformación de una liga o concordancia federal de provincias que sea el combustible que impulse y concrete el histórico anhelo y la obligación de ser una verdadera y no solamente declamada república federal. Confiemos en que los nuevos aires esperanzadores que resultaron de las elecciones del 25 de octubre sean el comienzo de un nuevo amanecer que concretará estos propósitos. Nos dudemos en que la vuelta a los principios republicanos nos hará retomar el camino abandonado que nos conducirá a la grandeza como nación.