Mar del Plata: atención, mujeres debatiendo

Diversos acontecimientos ayudan a demostrar que ciertos mecanismos de la historia se activan de manera muy potente cuando las mujeres deliberan y se movilizan. Sucedió así con la huelga de las obreras en el barrio de Viborg, en San Petersburgo, que abandonaron las máquinas de las fábricas un 8 de marzo (23 de febrero en el calendario ruso de entonces) de 1917 y salieron a las calles para “celebrar” el día de la mujer luchando; iniciaron así los acontecimientos que culminarían con la caída del zar Nicolás II. O, en nuestro país, la “huelga de las escobas” de 1907, que organizó a las mujeres de los conventillos por el derecho a la vivienda; fue el preámbulo a las huelgas generales de ese año. O la segunda ola del feminismo que atravesó Europa y los Estados Unidos desde mediados de los sesenta y por una década; reclamó el derecho al deseo y logró la legalización del aborto en varios países. En Italia, millones de mujeres se movilizaban bajo el lema: “col dito, col dito, orgasmo garantito” y lograron en un país que tiene al Vaticano dentro de sus fronteras la legalización del aborto en 1978, ley que se consiguió en los Estados Unidos en 1973. O las huelgas de hambre de las esposas de los mineros bolivianos —mujeres que acompañaban a la par a la fuerza proletaria de sus maridos—, como la que inició Domitila Barrios de Chúngara a fines de diciembre de 1977, a la que pronto se sumaron miles de personas e impulsó el paro general que determinó la caída del dictador Hugo Banzer, que convocó a elecciones para julio de 1978. Continuar leyendo