Holdouts: todos votaron pagar (y cómo pagaremos todos)

El Senado de la Nación aprobó el marco jurídico exigido por el juez neoyorquino Thomas P. Griesa para destrabar el pago de la deuda a los holdouts, popularmente conocidos como “fondos buitre”. De esta manera concluyó uno de los episodios más polémicos acerca de la deuda externa nacional mediante el voto de unidad del oficialismo y la oposición kirchnerista a favor de su pago y del inicio de un nuevo ciclo de endeudamiento con los organismos financieros internacionales. Notable es el voto de los senadores del Frente para la Victoria, que revela además la impostura k de quienes dos semanas atrás seguían levantando en la Cámara de Diputados el lema: “Patria o buitres”.

El pago a los fondos buitre muestra un estatuto colonial en cuanto a la trastienda que devino tal acuerdo: como nunca antes, es un juez de un distrito estadounidense —no ya su Estado— el que estableció las condiciones para su rúbrica. Un estatuto al que todas las fracciones del oficialismo y la oposición k se sumaron bajo la excusa de que tal pago habilitaría el ingreso de capitales que hoy serían retaceados al país. La visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, es el último eslabón requerido para el establecimiento de este gran acuerdo nacional. Sin embargo, las esperanzas de los promotores del pago para recibir empréstitos que ayudarían a la nación se sustentan sobre falsas expectativas. Continuar leyendo

Final de juego

La literatura —como cualquier arte narrativa— registró a lo largo del tiempo evoluciones en la estructura que brindaba a sus historias. De ese modo, si en cierto momento todo lo contado precisaba de un comienzo, un nudo y un desenlace, luego, durante la modernidad, se incorporó a las posibilidades de lectura y escritura el final abierto. Y tanto se incorporó a las posibilidades de lectura que una novela como El castillo, de Franz Kafka, se puede leer —con su final incierto, pero previsible— como un texto acabado, cuando en realidad su autor murió antes de poder terminarlo. Tal vez la imagen pueda explicar la situación argentina, en la que el fin de ciclo kirchnerista deja abiertas varias líneas de acción para el próximo período, que tendrá como presidente a Mauricio Macri, de la coalición Cambiemos.

Hay algunas certezas. Cristina Fernández de Kirchner cesa su mandato con un país con unas finanzas cercanas a la quiebra, casi sin reservas en el Banco Central y con vencimiento de bonos que deberán ser pagados en dólares en el futuro inmediato. Mientras tanto, el endeudamiento público —inexistente, según el ministro de Economía saliente Axel Kicillof y la ex Presidente— se eleva a 240 mil millones de dólares, con acreedores internos como el Banco Central, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y el Banco Nación. A esto hay que sumarle 11 mil millones de dólares que reclaman los fondos buitre. Continuar leyendo

Spots de campaña: PASO a la izquierda

Con la salida al aire de los spots de campaña, ha empezado la campaña electoral recargada. Bueno, quizás se deba hacer una aclaración, ya que la configuración de nuestra sociedad plantea una singularidad respecto a otras sociedades: el cronista Jon Lee Anderson señaló alguna vez que la Argentina e Irán son las naciones en las que la política es el tópico más recurrente en la vida cotidiana (debe advertirse que Anderson es un viajero de cinco continentes). Por lo tanto, los periodos electorales -que en toda sociedad incrementan la discusión acerca de la política- en nuestro país deberían llevar ese debate a niveles siderales.

El instante en el que la televisión empieza a mostrar los spots electorales de todos los partidos da comienzo al período en el que los argentinos, cual hombres lobo, se convierten en animales políticos por naturaleza hasta el día de las elecciones.

Esta campaña, tal acontecimiento sucedió el lunes 22 de julio de 2013, desde temprano por la mañana. El año electoral, en el que se renovarán las cámaras legislativas, empezó cuando la voz de algún locutor dijo: “Espacio cedido por la Junta Electoral”. Luego, los programas, los proyectos, los partidos en producciones de 36 segundos.

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