Malvinas: un nuevo camino

Si hay algo que caracterizó a la no política exterior del kirchnerismo, fue la constante pérdida de oportunidades para mejorar la relación con todos los países del mundo, ignorando la cantidad enorme de eventos que —cotidianamente— permiten ampliar diálogos y negociaciones. La diplomacia, como la política, es una suerte de archivo en el que se van depositando activos que en algún momento cobran valor para beneficio de ambas partes (o de quien sepa utilizarlos mejor). Desde pequeños gestos hasta grandes negociaciones, la buena diplomacia consolida relaciones, muestra confiabilidad, exhibe profesionalismo. Y ello incluye desde las relaciones con las grandes potencias hasta el país más pequeño (cuyo voto puede ser decisivo en el momento menos pensado).

Si esta forma de operar es corriente con países amigos, es vital con quienes tenemos conflictos latentes, como es el caso del Reino Unido —en la medida en que el objetivo sea solucionar, en lugar de confrontar.

Cuando Susana Malcorra afirmó que la esencia de la nueva política exterior argentina será tan simple como “hablar con todos”, planteó un nuevo paradigma que ordenó el funcionamiento de la Cancillería en ese sentido y obligó a encontrar oportunidades de interacción en la cotidianeidad.

El Reino Unido no es sólo Malvinas. Mas aún, la solución de Malvinas estará más cerca cuantos más asuntos de diverso tipo entren en la agenda. Continuar leyendo

Sostener un equilibrio virtuoso entre presente y futuro

Si a alguien la quedaban dudas que la historia se repite una y otra vez , los resultados de la primera vuelta deberían sacárselas.

Primera lección: las autocracias empiezan como utópicas y terminan como burocracias; esto es encerradas sobre sí mismas, escuchando solo su discurso y sorprendidas con el desagradecimiento popular. Algunas autocracias optan por la violencia para perpetuarse. Otras profundizan la división social en su intento por revertir el ciclo histórico. Pero los ciclos son irreversibles.

Segunda lección: el supuesto del PJ de que los símbolos partidarios permiten cualquier cosa (o puesto de otra manera, que cantando la marcha las personas siguen como ovejas a cualquier candidato y aceptan cualquier atrocidad en silencio) vuelve a demostrar su falacia. Ya lo mostró Antonio Cafiero cuando barrió a los violentos e inauguró la Renovación; y se confirma hoy con el caso de Anibal Fernandez y varios caudillos locales derrotados por jóvenes que ofrecieron “solamente” cercanía, honestidad y gestión. Un positivo avance hacia la plena incorporación del peronismo a una buena democracia.

Tercera lección: a la gente no le interesan las etiquetas ideológicas. La derrota histórica de Kicillof en la CABA y el triunfo de Cambiemos en las zonas pobres de la Provincia lo demuestran claramente.

Cuarta lección: la gente pobre no vota “por los planes sociales”, como dice alguna derecha reaccionaria. La gente pobre vota por razones muy complejas, que van desde la memoria de tiempos mejores Y los planes, hasta la empatía con un mensaje de esperanza. Si los pobres votasen “por los planes”, Alfonsín habría ganado con el PAN, Chiche Duhalde con las Manzaneras y Scioli habría arrasado en estas primarias. Y, en este mismo sentido, solo el consumo no alcanza para anestesiar a los votantes. Pero, peor aún, este intento de hipnotizar con consumismo tiene un enorme costo en términos de futuro para toda la sociedad.

Con estos aprendizajes, y asumiendo que Mauricio Macri será Presidente, cabe reflexionar acerca de los desafíos y posibilidades que se le presentan.

Sería necio negar que el nuevo Gobierno tiene por delante un desfiladero en lo económico que puede durar algunos meses; pero sería ficticio no reconocer que al fin de esos meses existe un “Jardín del Edén” que tiene enormes posibilidades para un mejor y mas estable futuro.

Pero para que ello sea posible el nuevo Gobierno deberá sostener un equilibrio virtuoso entre presente y futuro.

Corregir el rumbo inmediato al tiempo que se sientan las bases para una transformación económica e institucional y social irreversible sosteniendo y ampliando los derechos adquiridos y satisfaciendo demandas sociales postergadas, sobre la base de la calidad en los bienes públicos. Es notable ver como un Gobierno que se dice progresista ha abandonado los bienes públicos básicos, como la educación, salud, seguridad e infraestructura social. Recuperarlos con calidad será un eje de nuestra gestión.

Otro de los mayores desafíos es, a la vez, un riesgo y una enorme oportunidad, y tiene que ver con la consolidación de la gobernabilidad en un sistema político sin mayorías definidas. Es un riesgo pues puede condicionar un proceso complejo, pero una gran posibilidad para ensayar y consolidar una cultura política nueva, que incluya a lo mejor del peronismo y aísle a los mas reaccionarios.

La oportunidad pasa también por el hecho que durante los años de gobierno K se han tejido en la oposición muchos acuerdos que servirán de base para avanzar rápidamente en campos como lucha contra el narco, mejor justicia, reforma política, corrupción. Y, además de estos acuerdos preexistentes, resulta difícil pensar que haya oposición cerril a mejorar el funcionamiento del Estado, promover el valor agregado a nuestra producción primaria; acordar una política estratégica de uso del suelo y ocupación del territorio; reformar la educación acorde con las necesidades sociales y productivas. No nos cabe duda que en todo el arco político- incluyendo especialmente al peronismo y al movimiento obrero- hay buena voluntad para construir un país mas integrado y equitativo.

Estamos seguro que este equilibrio entre presente y futuro es posible lograrlo en una economía que encuentre los incentivos necesarios para lanzar un proceso de inversión inédito por su amplitud y complejidad. En cada sector de la producción hay oportunidades hasta hoy desaprovechadas para generar empleo y aumentar la competitividad.

Frente a todas estas oportunidades, el kirchnerismo esta lanzando una campaña francamente ridícula de miedo, con amenazas que van desde la desaparición de la AUH y las jubilaciones, hasta el cierre de universidades y liberación de represores presos, cuya extravagancia solo puede explicarse por el terror a un futuro negro para burócratas y corruptos.

Nuestra respuesta es simple. Asistimos a un fin de ciclo y la historia no vuelve atrás.

Fuerza

Minutos antes de empezar la marcha, cuando comenzó a diluviar, una persona a mi lado dijo: “Qué suerte que tiene Cristina”; y otra dijo: “¡¡¡Qué suerte que tenemos nosotros!!! Con esta lluvia se demuestra que tenemos fuerza”. Y creo que esta señora tenía razón.

La marcha fue una fantástica muestra de cuánto puede la necesidad de la gente de expresarse por lo que cree, por sus valores, por su futuro.

Del otro lado, intelectuales y dirigentes K trataban de explicar lo inexplicable: cómo hacer para denostar a la gente en la calle, cuando se han pasado la vida aplaudiendo las manifestaciones populares (propias). Es una actitud propia de los burócratas, que proclaman la capacidad transformadora de la voz del pueblo mientras les conviene, y la denigran cuando los critica.

La “más maravillosa música”, de la que hablara Perón, puede convertirse en un aullido insoportable cuando los autócratas se alejan del Pueblo al que hasta ayer creían interpretar.

Lejos de los estereotipos que lanzó el oficialismo en los días previos, personas – ciudadanos de todas las clases sociales, edades y proveniencias– se sintieron hermanados en el reclamos de justicia, pasando del aplauso y el canto al silencio, con consignas simples, no agresivas, que sostuvieran el espíritu con el que fue convocada la marcha.

Todo ello mientras el agua, que no paraba de caer, actuaba como una suerte de aglutinador, incitando a la gente a estar más cerca unos de otros para protegerse en conjunto, pero al mismo tiempo para generar más energía conjunta.

El resultado político es el previsible. La Presidenta ya nos había advertido a la mañana que no aceptaría que le “marcasen la cancha”, por lo que podemos anticipar que solo habrá de parte de ella más encierro. Su mundo pequeño la incitará a seguir adelante, a ir por todo (o por lo que queda del todo) y aumentará el número de fantasmas que quieren frenar su misión mesiánica.

Pero por otro lado y poco a poco, la energía positiva de ayer irá limando las “convicciones” de muchos dirigentes K que saben hacer cuentas y comprenden que el camino que ella les propone los lleva al precipicio.

Sin duda, el mayor impacto de la marcha ha sido el respaldo a jueces y fiscales dignos que han decidido no dejarse apretar por el Gobierno y desarrollar su tarea con independencia y apego a la Constitución y a la leyes. Ellos, que convocaron a la marcha, pueden sentir que no habrá carpetazos, presiones, amenazas que puedan apartarlos del camino que marca su obligación.

Por eso, esta marcha ha sido un bumerang para CFK: la presión que ella puso contra la Justicia, gracias a la gente y a la lluvia, se vuelve contra ella.

Bisagra

La muerte del Fiscal Nisman es una bisagra para este Gobierno y para el funcionamiento de nuestra democracia.

Para este Gobierno, porque la sangre de Nisman ha de teñir lo que le queda aún en el poder. Las pruebas de su investigación sobre el caso AMIA y sus implicaciones para los funcionarios se potenciarán hasta niveles impredecibles, porque se relacionan con infinitas dimensiones de un manejo inmoral, autoritario y desordenado de la política local e internacional.

En la misma investigación sobre esta muerte, el Gobierno ya aparece obligado a probar su inocencia. No solo debe demostrar que no es autor directo, sino también por qué no funcionó la custodia que estaba obligada a proteger al Fiscal. Ya es vox populi en el país que estamos frente a un asesinato político.

Tampoco queda lugar alguno para las ironías, ni para los silencios soberbios, ni las culpas ajenas de un discurso absurdo. Para el Gobierno se acabó la posibilidad de construir la realidad propia y esconder la ajena recurriendo a la fábula de las conspiraciones golpistas y los medios de comunicación complacientes. La muerte de Nisman es una realidad que lo ha de marcar hasta el final y para la cual ya no funcionarán los perversos mecanismos de negación y agresión que hasta ahora han tratado de ocultar corrupciones, accidentes y malas políticas.

Pero la muerte de Nisman también debería ser una bisagra para el funcionamiento de la democracia y para los desafíos a futuro del sistema político. Los otros dos poderes y la oposición deberán tomar este tema como un eje práctico y simbólico de su trabajo. No solo en las responsabilidades fácticas para resolver esta muerte, sino también en la energía necesaria para construir una arquitectura democrática y legal que haga que la perversidad institucional del kirchnerismo se convierta, cuanto antes, en parte de la historia.

Argentina no puede seguir más tiempo en este camino de degradación. Un país en el que es concebible que el dislate que investigaba Nisman pudiera no tener consecuencias; en el que un Vicepresidente puede estar procesado y seguir en funciones; en el que los amigos del poder se dedican a construir la arquitectura de la corrupción con total impunidad; en el que se pretende cubrir todos los cargos de la Justicia con militantes políticos; en el que los servicios de inteligencia tienen total autonomía para violar la ley. Un país en el que puede utilizarse descaradamente la mayoría legislativa para vulnerar derechos e ignorar la Constitución.

La muerte de Nisman, sea suicidio por las presiones que recibió o asesinato por los implicados, fue posible por una democracia débil, fragmentada por la corrupción, contaminada por un autoritarismo que arrastramos desde hace décadas. Por todas esas grietas se cuela la bala que mató a Alberto Nisman.

AMIA: se confirmó lo que denunciamos en 2013

El grueso de lo contenido en este artículo fue escrito por mí y publicado en Infobae el 23 de Febrero de 2013, es decir, en la semana de la discusión parlamentaria del Tratado que el Ejecutivo argentino había firmado con Irán.

Ahora, la acusación y las pruebas del Fiscal Nisman agregan a lo que en él se decía una dimensión de amoralidad que intuíamos pero que no imaginábamos tan profunda. Porque no existió nunca en esa negociación la intención de abrir un nuevo camino al juicio -como se dijo en público-, para abrir luego el camino al petróleo -lo que no se dijo-. Lo peor de las escuchas que revela la justicia es que muestran una puesta en escena donde todo estaba decidido de antemano. Estaba decidida la impunidad mientras se lloraba en el palco de la AMIA cada 18 de Julio. Estaba decidida la impunidad mientras se participaba de la Comisión de DDHH de la ONU. Estaba decidida la impunidad mientras se recordaba que Nestor Kirchner había dicho que no dejaría sus principios en la puerta de la Rosada. Estaba decidida la impunidad.

A continuación, reproduzco lo que escribí hace dos años en Infobae, y dije en el Congreso: Continuar leyendo

Entre el autoritarismo y el fracaso

Si alguna duda quedaba acerca del rumbo que tomará la ecuación economía- política en el futuro inmediato de las decisiones del Gobierno, la aplicación de la ley antiterrorista a una empresa norteamericana y el proyecto de ley de abastecimiento, no dejan dudas.

Hace ya tiempo que es evidente que- como lo dijese Axel Kicillof en su tesis doctoral- el Gobierno cree que la idea de “equilibrios macroeconómicos” es un invento liberal que solo busca frenar la posibilidad de aplicar recetas heterodoxas. Concepto como “equilibrio fiscal”; “productividad” y aun “estabilidad” son para el kirchnerismo resabios de lo peor del conservadurismo, porque suenan a ajuste y recesión .

Cuando la economía- y la sociedad- se emperran en no funcionar como quiere el Gobierno, es necesario entonces aplicar recetas duras, como el cepo cambiario, el control de precios; prohibiciones de exportar e importar y falsear las cifras del INDEC.

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