Inquietud interna en el pensamiento económico oficial

¿Hay inquietud en las filas de referencia o pensamiento económico ligadas o afines al Gobierno? No hay pruebas concluyentes. Pero la declaración de Alfonso Prat-Gay del pasado viernes (“Si quisiéramos bajar la inflación en dos meses, la única receta es el ajuste”), no parece lanzada al Gobierno anterior y hasta contiene una pizca del discurso habitual de aquel. Suena, pues, como direccionada hacia el gran patio trasero interno.

Lo curioso es que, en contextos distintos, la inflación bajaba rápido con los shocks heterodoxos o con un proceso especial como el de la convertibilidad. Ahora, más bien, se trataría de algo así como una reducción de golpe a cero, o casi del crecimiento dinerario (experimentos examinados por Stanley Fischer, Olivier Jean Blanchard, Laurence Ball, entre otros). En general, se deduce que así la inflación caería, acompañada con un marcado declive de la actividad.

La verdad es que, dejando a un lado la suba de tarifas, el planteo de Andrés Neumeyer —recogido por Prat-Gay semanas antes del ballotage—, de que levantado el cepo, con un dólar a 15 pesos, la inflación final sería poco afectada en tanto los bienes no transables tenían implícito ese valor en sus precios (criterio atendible como orientación general), terminó rengueando bastante en los hechos, y se notaron las remarcaciones.

Quizás Neumeyer, cuando haga la retrospectiva, alegue que pesó al respecto la falta de una política monetaria (fiscal) bien estricta. Nosotros dijimos que, sin un gran margen operativo en ese frente, tanto más énfasis se debía otorgar a la política de ingresos (precios) activa. Continuar leyendo

Desafíos en torno al gasto público y el retraso cambiario

Las pymes se ven especialmente expuestas a la ardua situación económica que arrastra el país. Una de las instituciones que las representa, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), ha alertado sobre diversos aspectos: bemoles de rentabilidad, alza de costos, limitaciones para obtener insumos, retraso cambiario (pide alguna compensación al respecto). También se cita la presión impositiva, a la que su titular calificó de “insoportable”.

Vale entonces una referencia, advirtiendo sobre los duros compromisos que esperan al próximo gobierno. Alguno se liga con la presión recién aludida, pero según una óptica más amplia que la habitualmente considerada. Continuar leyendo

Restricción externa y oferta reprimida más que falta de demanda

En virtud de la errada matriz macroeconómica aplicada a partir de 2010 –contrastante con la de 2003(02)/07-, y dado el agudo retraso cambiario real que fomentó (más otros factores conexos), se reinstaló en el país la mórbida restricción externa o escasez de dólares, llevando al daño colateral del racionamiento interno de dólares, o “cepo cambiario”. En sustancia, el cepo, por su dinámica de gestión, alienta duras inhibiciones de oferta productiva, lo que, por lógica, ciñe la expansión de aquélla. La resultante de todo esto, es un estancamiento de base que se enraíza, con un mercado laboral expuesto, en el cual, prácticamente, sólo el Estado viene creando empleo; pero, claro, tendiendo a debilitar la productividad promedio.  Continuar leyendo