La responsabilidad de Occidente

Esos dos primos palestinos con los ojos llenos de odio y las manos llenas de armas de fuego y cuchillos que entraron en una sinagoga en Jerusalén, donde la gente estaba orando, con la intención de asesinar y descuartizar la mayor cantidad de presentes posible, no son desequilibrados, sino el resultado de una campaña cínica y fanática que tiene como epicentro la Mezquita de Al Aqsa y el Status Quo de la capital de Israel.

A sus acciones ayudaron, siento decirlo, la apatía y la actitud escéptica de Occidente. Es una gran hipocresía luchar contra las decapitaciones de ISIS, por un lado y, por otro, seguir examinando los ataques terroristas contra judios en las últimas semanas como una consecuencia casi lógica de la conducta israelí.

Las condenas que se escucharon en estos días fueron insuficientes y poco claras. Abbas no menciona en sus declaraciones la palabra terrorismo, se limita a condenar el incidente y lo vincula al odio religioso.

Es sorprendente la curiosa similitud entre la declaración de un miembro de la familia de los dos asesinos y las cosas que se dicen en estos días por parte de los representantes de los países europeos y sobre todo algunos líderes latinoamericanos, según los cuales el ataque tuvo lugar debido a la presión de las fuerzas de ocupación del gobierno israelí sobre el pueblo palestino, especialmente en la Mezquita de Al Aqsa, y que el ataque es normal para cualquier persona conectada a su pueblo, el coraje y el Islam.

Es impresionante cómo para muchos líderes occidentales la forma de detener la violencia en Jerusalén sea la sistemática condena a Israel por las construcciones en los territorios en disputa, en vez de centrarse en la enorme cantidad de mentiras propagadas incluso por el mismísimo  Abbas sobre la Mezquita Al Aqsa, que es que Israel quiere cambiar el status quo del Monte del Templo para expulsar a los musulmanes, falsedad descarada y desenmascarada ya que el gobierno israelí declaró en varias ocasiones que no tiene intención alguna de hacerlo. ¿Cómo es posible que a nadie se le ocurra pedirle a los palestinos que siguen perpetuando día tras día ataques terroristas mortales en Jerusalén que se abstengan de realizar actos que puedan empeorar la situación?

La no condena enérgica de Occidente convence a los palestinos de que las acciones agresivas serán comprendidas y justificadas y que podría llevar al nacimiento de un Estado palestino no como una forma de compromiso, sino como una forma de compensación. Este modus operandi fue confirmado en el pasado por gran parte de gobiernos latinoamericanos y lo está siendo ahora por algunos europeos con el reconocimiento del Estado palestino por el gobierno sueco, el Parlamento británico, italiano y español.

La elección de la defensa contra un mundo hostil y fanatizado y la decisión de Israel de no ceder a compromisos territoriales fáciles debe ahora ser claro incluso a los líderes occidentales que en estos días se limitaron a protestar y no a condenar. Si podemos comparar las reacciones de los familiares de los dos asesinos, con algunos líderes occidentales, entonces los ataques de hoy en día son en parte el resultado de la actitud complaciente y débil de nuestro mundo hacia los palestinos y Abbas, un compañero de fierro y fiel del gobierno de Hamas.

Irán intenta armar a Hezbollah a través de Siria

Según fuentes no oficiales, en la última semana de febrero presuntamente fue Israel quien atacó bases de Hezbollah en la frontera entre Siria y Líbano. La hipótesis más acreditada es que el objetivo fuese un convoy de camiones que transportaba misiles scud desde Siria hacia el Líbano. Los misiles en cuestión eran misiles de largo alcance, de precisión con cabezales muy grandes. Esta operación confirmaría lo que Israel viene declarando hace mucho tiempo, es decir, que no permitirá a las organizaciones terroristas en el Líbano tener armas de destrucción masiva o armas estratégicas que podrían alterar el equilibrio en la región.

El portavoz de Hezbollah confirmó que el ataque fue dentro de Siria, lo que podría ser tanto verdadero como falso ya que, si el ataque hubiese sido fuera del Líbano, la agrupación radical tendría menos responsabilidad en responder. Hezbollah, que declara ser una organización que defiende al Líbano de los ataques sionistas, hubiese tenido que responder si confirmaban que el ataque fue en territorio libanés. Hezbollah tiene otra razón para decir que el ataque fue en territorio sirio: obligar a Siria a responder a la agresión (recordemos que en los casos precedentes Bashar Al Assad se ha limitado a declarar simplemente que Siria responderá en tiempo útil y lugar apropiado).

En estos momentos el ejército sirio se encuentra luchando por su supervivencia y no tiene ninguna intención de entrar en un conflicto con Israel en un momento tan decisivo. ¿Pero cuál fue el objetivo del presunto ataque? Sin ningún lugar a dudas fue el contrabando de armas. El contrabando de armas estratégicas hacia el Líbano depende de dos factores: el primero está relacionado a Irán, Arabia Saudita e Israel. El segundo, a Al Qaeda y las organizaciones jihadistas salafistas, todos ellos actores principales del escenario que Hezbollah está preparando en la región según interpretaciones de Teherán.

Los iraníes están convencidos que Israel y Arabia Saudita preparan un ataque a sus instalaciones nucleares en el momento que las sanciones serán más leves, cuando el régimen teocrático se sienta cómodo y tranquilo para poder llevar a conclusión su proyecto nuclear militar. Según la interpretación iraní, Israel y Arabia Saudita sintiéndose traicionados por los Estados Unidos y por Europa, estarían preparando un ataque contra la República islámica de Irán. Uno de los medios para disuadir a Israel y Arabia Saudita de este ataque, y atacarlos si es necesario, es transferir misiles de largo alcance a las bases de Hezbolla, quien los apuntaría primero y principal contra Arabia Saudita y después contra Israel.

En los últimos tres años de guerra civil en Siria, Irán se dio cuenta que el enemigo principal no es Israel sino Arabia Saudita, es por eso que Hezbollah necesita nuevos misiles de mayor alcance que los 10,000 que ya dispone.

Otro motivo por el cual se están transfiriendo misiles de Siria al Líbano es impedir que, en caso que cayera el régimen de Assad, los misiles terminen en manos de organizaciones jihadistas salafistas sunitas como Al Qaeda. En caso que esto suceda, estas organizaciones podrían utilizar los misiles de largo alcance contra Hezbollah en el Líbano o contra sus aliados en Irak -y quizás contra el propio Irán- para proteger a sus propios aliados, es decir Hezbollah. Irán está intentando transferir estos misiles de largo alcance al territorio libanés.

Es importante señalar que en Siria existen todavía cantidades enormes de armas químicas que Hezbollah podría transferir al Líbano. Ni Estados Unidos ni Rusia ni la comunidad Europea ni Israel han sido capaces hasta este momento de bloquear herméticamente el traslado de estas armas hacia el Líbano. Arabia Saudita, quien está interesada que el conflicto en Siria continúe, provee a los jihadistas misiles anti aéreos para que puedan combatir en forma eficaz a los helicópteros de Assad que son utilizados para lanzar las terribles bomba-barriles sobre la población.

Rusia tiene una gran preocupación sobre lo que sucede en Siria y sobre los movimientos de Hezbollah, pero la crisis de Ucrania lo tiene aún más preocupado.  Turquía tiene un gran interés en la guerra siria pero no puede jugar un rol importante ya que la crisis interna que sufre el gobierno de Erdogan no le da cabida en esta batalla. Por eso es que Jordania se está convirtiendo en la principal base contra el régimen de Siria.

Un ataque perpetrado por Siria con el consentimiento de Irán a través de Hezbollah contra Jordania o alguno de sus intereses en el exterior no es una idea que se puede excluir. Irán ya utilizó esta metodología cuando perpetró los atentados contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y contra la sede de la AMIA en 1994. La famosa pista siria no es más que un pasillo que lleva directamente a Teherán. Los líderes de Irán y del Hezbollah conocen perfectamente el territorio sirio. Se están preparando para la próxima fase de la batalla, es decir, una guerra regional entre las coaliciones (Israel,Arabia Saudita, Jordania y Qatar de un lado e Irán y sus satélites Siria y Hezbolla del otro). El presunto ataque israelí tenía como objetivo asegurar una posición más fuerte en vista de un futuro posible escenario bélico.

Dentro del Líbano, Hezbollah  tiene que enfrentarse a un problema serio y grave que está surgiendo en estos días. Los grupos terroristas jihadistas salafistas quieren propagar dentro del Líbano una guerra fotocopia a la que está sucediendo ahora en Siria. El día que en Siria los combates cesen, sea por la victoria del régimen de Assad o por su caída, seguramente comenzarán combates internos en el Líbano, ya sea para vengar la victoria de Hezbollah y Assad o para festejar la victoria sobre Assad, Nasrallah y Jameini.