La punta del iceberg: “bloque dominante deconstruido”

El concepto de-construcción de los postestructuralistas nos permite siempre poner en perspectiva histórica lo que estuvo en juego en este 2014 pero que comenzó a emerger no sólo con la resolución 125 sino con la regulación del dólar de noviembre de 2012.

Justamente la regulación del dólar dio inicio a la desaceleración económica que coincidió con la profundización de la crisis internacional. La baja de las tasas de interés a nivel internacional, la contracción del comercio y la falta de recuperación de las principales economías puso sobre el escenario el rol de China para traccionar al resto de las economías.

En este contexto, la economía nacional comenzó 2014 con una devaluación del 24% -pasó de $6,5 a $8,1 por dólar- , la cual se estabilizó con un tipo de cambio que está cerrando este año alrededor de 8,5 mientras que el dólar “ilegal” se desplomó . Continuar leyendo

Qué puede enseñarnos León Trotsky sobre Griesa

La problemática de las divisas en los países periféricos atraviesa la historia del capitalismo y de las revoluciones socialistas. De esta realidad dejó constancia León Trotsky, al escribir hace casi cien años: “En 1926, cerca del 60% del trigo destinado al comercio estaba en mano de un 6% de los cultivadores. El Estado carecía de granos para el comercio exterior y aun para las necesidades del país. La insignificancia de las exportaciones obliga a renunciar a la importancia de artículos manufacturados y a restringir hasta el mínimo de las materias primas y máquinas. Impidiendo la industrialización y perjudicando a la mayoría de campesinos…”.

Este impedir la industrialización por falta de recursos externos, en el caso argentino, tuvo que ver con la fuga de capitales acumulado en el exterior, que se calcula en más u$s 200.000 millones (entre 2003 y 2012, se calcula se transfirieron unos u$s 90.000 millones). Esta fuga se transforma en activos en el exterior que es drenaje de los recursos que precisa el Estado para continuar su proceso de reindustrialización en la etapa de desarrollo -a partir de 2012- que precisa no solo de máquinas e insumos sino además de autoabastecimiento de energía para continuar la expansión económica y el desarrollo nacional.

Pero en esta etapa surgen restricciones internas. Al decir, de nuevo, de León Trotsky, “las contradicciones económicas hacen nacer lo antagonismos sociales que despliegan su propia lógica sin esperar el desarrollo de las fuerzas productivas”. El no continuar el desarrollo de las fuerzas productivas pone a la economía nacional en desaceleración porque no basta la obra pública sino que se precisa del acompañamiento del sector privado.

Esto plantea una disputa interna que sumando el plano internacional, el revolucionario ruso desarrolló acertadamente: “la solución depende de las lucha de las fuerzas vivas de la sociedad, no solamente en escala nacional, sino en escala internacional”. En la escala internacional, tanto el bloque norteamericano y BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y su expansión económica pone sobre la mesa el análisis de la expansión militar. El movimiento de los BRICS hacia la Argentina, sumándola a su órbita de influencia en sus relaciones sur-sur, puso en alerta a los intereses minoritarios en Estados Unidos y el American Task Force Argentina (AFTA) que mostró claro su interés, que no es justamente el fallo de Griesa sino que va más allá de ese juicio. La AFTA es el espacio que propaganda en contra de la economía Argentina.

El movimiento de Rusia y el grupo BRICS puede comprenderse como una posible respuesta al expansionismo militar que rodea el espacio euroasiático. Solo tres países no tienen bases militares (China, Rusia e Irán) en la zona euroasiática, donde existen unas 23 bases militares de la OTAN. Esta presencia en la zona de influencia rusa como Ucrania y Crimea motivó la aceleración de reunirse con Argentina para luego proponer, en este contexto de litigio con los buitres, la creación de un Banco de Desarrollo de los BRICS.

Esto pone en cuestionamiento al sistema financiero imperante donde, a través del CIADI, una empresa trasnacional puede enjuiciar a un Estado Nacional o un juez como Griesa, con jurisdicción en NY, puede poner en peligro el futuro de las reestructuraciones de deuda soberana.

Ante esa inestabilidad financiera y expansionismo militar, los BRICS, especialmente Rusia, fortalecen sus relaciones con Argentina y la UNASUR. Este interés se basa en la posibilidad de transferir tecnología e inversiones para la explotación de Vaca Muerta; zona que cuida con recelo Estados Unidos de cualquier influencia como Rusia.

Ejemplo de ese interés lo expresa Bernard Weinstein (economista y financiado por ATFA), el autor de una publicación que dice que nuestro país es “una administración impulsada ideológicamente que prefiere importar el combustible de calefacción a perpetuidad o tal vez hipotecar Vaca Muerta a China y Rusia que resolver sus disputas con los holdouts” ¿Por qué le preocupa que se hipoteque Vaca Muerta? Dicho yacimiento posee la tercera reserva mundial de petróleo y de gas no convencional. La agencia internacional de Energía estima que el potencial explotable asciende a 20.000 millones de barriles equivalentes de petróleo (70% petróleo y 30% de gas natural). Por ello, el fondo NML Elliot de Paul Singer, “consiguió la aprobación de la justicia de Estados Unidos para buscar información de los activos de YPF dentro y fuera del país, en espacial de aquellos localizados en la provincia de Neuquen”.

Para lograr evitar la influencia de los BRICS en la región UNASUR, están buscando la forma de forzar el default de la Argentina para que no lleguen inversiones que aporten al desarrollo económico luego de un periodo de crecimiento económico con baja de la tasa de desempleo. Hoy la escala internacional pesa y comienza a encontrarse con las restricciones internas en esta etapa de desarrollo que podría, con la explotación de Vaca Muerta, convertir a la Argentina en una potencia exportadora neta de gas y petróleo, logrando el autoabastecimiento energético.

David Ricardo, de los industriales a los fondos buitres

Según el economista inglés David Ricardo, lo importante en economía política  no era estudiar una obra de arte y su relación con la oferta y la demanda porque su “no reproducción” la hacía una pieza única. En cambio una mercancía, como las telas, entraban dentro de las mercancías reproducibles y este proceso de producción implicaba la utilización de los tres factores: tierra, trabajo y capital. De cada una se deriva la renta de la tierra, el salario y la ganancia.

En este último concepto está la clave de la crisis actual, la ganancia. Luego de la crisis del 29′ comenzó un periodo de regulación desde, el centro económico y financiero, Estados Unidos y Europa. Esto supuso distintos instrumentos de política económica que se adoptaron para evitar las consecuencias de la desregulación financiera previa a 1929. Pero la regulación por política económica incentivó el desarrollo y la acumulación de capital, lo cual permitió un desarrollo del capital fijo, o de las máquinas que fabrican otras máquinas, a su vez posibilitó que las nuevas inversiones de las ganancias obtenidas, luego de un año contable, no fueran solo a asientos de contingencias o previsiones; la misma regulación de la economía generó la acumulación de capital que mejoró los procesos productivos y se pudo fabricar nuevos productos con más tecnología y menos mano de obra, o solamente mano de obra para la supervisión de las máquinas, lo que fue creando espacios de exclusión; en cambio, durante el periodo 1933 y 1973 hubo avances para el desarrollo económico y social, en la esfera principal,  la de producción.

Las ganancias de la esfera de circulación tuvieron como correlato salarios acordes. Esto posibilitó la acumulación de capital, pero hacia los años 70′ comenzó a tomar mayor relevancia otro fenómeno: la transición de un capitalismo industrial a uno financiero, este último sostenido en el primero. Esto tuvo como necesidad la liberalización de la mayor cantidad de economías caracterizadas por la regulación estatal durante el periodo de oro del capitalismo. Especialmente en América Latina donde la regulación económica había generado empresas estatales o mixtas que a su vez eran competidoras de las empresas de las economías centrales. Por ello fueron necesarias dictaduras cívico-militares y desapariciones, en el caso de Latinoamérica, para implementar el sueño de “libre comercio” que proponían desde los centros económicos como EEUU y Europa.

Entre los años 70′y 80′ se montó una nueva ingeniería financiera que permitió evitar las crisis de la deuda en América Latina en los ochenta, el plan Volcker y el Brady lograron convertir los préstamos bancarios en títulos que comenzaron a pasar de mano en mano, esto fue posible por la necesidad de los EEUU de salvar,  una vez más, al sistema financiero. Es el principio de compra de títulos baratos y demandas por sumas irrisorias. El capitalismo posterior a los ochenta tienen las siguientes características: fondos de especulación y trasnacionales con un poder económico que a veces es superior al de un Estado Nación.

En el caso argentino, la dictadura cívico-militar en 1982 modifica y cede el espacio para resolver los diferendos entre Estados o privados, o sea nos pueden enjuiciar en un tribunal extranjero. De allí en adelante surge, acorde a las trasnacionales, el CIADI (Banco Mundial) y los tribunales de NY donde los “fondos buitres” tuvieron el apoyo de la corte suprema de EEUU en el fallo contra la Argentina, que la obliga a pagar unos u$s 1500 millones. Esta nueva ingeniería financiera internacional y nacional tiene como pecado original las modificaciones, en el caso argentino del periodo 1976-2001.

Lo que buscan imponer desde este fondos buitres y empresas trasnacional es que se les  aseguren  la igualdad de tratamiento de las empresas extranjeras y nacionales; seguridad de la inversión; y libertad, para la empresa, de transferir su capital. Esto fue otorgado durante el periodo de 1976 a 2001.

Estamos ante el poder financiero que acumularon los sectores de la economía real basados en la especulación desde mediados de los años setenta. Este poder económico ha posibilitado que la regulación de 1933 conocida como acta de bancos que separaba los fondos de inversión y ahorro en los bancos para 1999 durante el gobierno de Clinton fuera derogada y posibilitara la fusión del conocido City Group. Este poder financiero en el que 15 empresas trasnacionales concentran el 50% de la producción a nivel mundial ha generado estos distintos mecanismos que permiten a una empresas o fondo de inversión litigar contra un Estado Nación y ganarle o llevarlo a la bancarrota sin medir las consecuencias. Con la complicidad de las 10 economías que concentran el 50% de la riqueza del mundo.

Del poder y concentración económica tenemos algunos casos: en 2004, el grupo estadounidense CARGILL, por ejemplo, hizo pagar 90,7 millones de dólares a México, que fue declarado culpable por la creación de un nuevo impuesto sobre las gaseosas. En 2010, la Tampa Electric Company gano 25 millones  de dólares a Guatemala, cuando la emprendió contra una ley que establece un techo para las tarifas eléctricas. En 2009, el grupo público sueco Vattenfall denuncia a Berlín, reclamándole 1.400 millones de euros, con motivo de que las nuevas exigencias ambientales de las autoridades de Hamburgo vuelven “antieconómico” (sic) su proyecto de central de carbón (Le Monde Diplomatique jun-14).

No es sólo el fallo de la Corte Suprema o el fondo de inversión de Singer; es la nueva ingeniería financiera que busca reducir los tiempos de las ganancias a través de la especulación financiera a cualquier precio, aunque eso signifique dejar un Estado en la ruina, la pobreza y la exclusión social. Cuando la Argentina ha impulsado un modelo de desarrollo nacional (ver imagen) que hace ruido en el capitalismo actual.

Deuda externa y crecimiento