Y un día llegaron los narcos

Fabio Ferrer

Durante años la Argentina se jactó de ser un país de tránsito de la droga, no de consumo y mucho menos de producción. Pero como dice la canción, “todo tiene un final, todo termina”, y ese estatus privilegiado ya es sólo un recuerdo. Para sustentar esta afirmación y, sólo a manera de ilustración, permítanme recordar algunos datos y hechos relacionados con este tema:

  • Según un informe de la ONU, la Argentina está tercero entre los países de los que sale más droga, detrás de Brasil y Colombia como puerto de origen de la mercancía. El informe además alerta que el gobierno argentino hace ya cuatro años que no entrega información al respecto. El último dato oficial que se conoce es de 2009, cuando se secuestraron en el país 12.643 kilos de cocaína, una cifra récord. A partir de ese momento la Argentina dejó de colaborar con el informe anual de las Naciones Unidas.
  • El precio del kilo de cocaína en la Argentina es de 7.000 dólares mientras que en los países de destino europeo el promedio ronda los 50.000. Un incentivo más para que la droga se produzca en nuestro país y se exporte a Europa.
  • Esta semana detuvieron en Rosario a cuatro policías acusados de entregar armas y municiones a Los Monos, la organización narco más grande que opera en los últimos años en la ciudad. Uno de los uniformados trabajó hasta julio en la división inteligencia de la Dirección de Drogas Peligrosas.
  • También en Rosario, apresaron a una familia que fabricaba media tonelada de cocaína por mes en su casa de un country. Según los investigadores tenían protección policial.
  • El gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, tuvo que desintegrar la cúpula de la policía provincial acusada de proteger a narcotraficantes.
  • En los últimos 10 días en la Capital Federal se cometieron seis crímenes que estarían vinculados con el narcotráfico.
  • En Rosario, en lo que va del año, ya son 187 los asesinatos relacionados con el negocio de la droga.
  • En la noche del jueves 10 en un bar de la villa 1-11-14 de la ciudad de Buenos Aires murieron cinco personas en un tiroteo y no se descarta que haya sido un hecho con el sello del narcotráfico.
  • En el norte de la Argentina existen 1500 pistas clandestinas que recibirían unos 120 vuelos diarios con un cargamento de 600 kilos de droga por viaje.
  • Hay alrededor de 750 pasos clandestinos con Bolivia y unos 60 pasos con Paraguay. La cocaína pasa de Bolivia a Paraguay y de allí ingresa a la Argentina por la permeabilidad de esa frontera.
  • En Santa Fe la Gendarmería -la fuerza encargada de controlar rutas y pasos para evitar el ingreso de la droga- contaba con 500 efectivos pero por el traslado de gendarmes dispuesto por el gobierno nacional para combatir la inseguridad en el conurbano, hoy sólo quedan 70.
  • No hace mucho el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro, aseguró que “con respecto  al narcotráfico, la Argentina vive su peor momento”.
  • Un relevamiento del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina mostró que el 64% de los habitantes de villas de emergencias saben que en esos asentamientos operan vendedores de droga.
  • En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya se habrían instalado cuatro grandes organizaciones dedicadas al tráfico ilegal de estupefacientes: la de los dominicanos en Constitución y Montserrat, la de los paraguayos en Villa Soldati, la de los peruanos en la Villa 1-11-14 y la de los bolivianos en Liniers.
  • En Zárate-Campana estaría operando un grupo mexicano que desde ese lugar exporta cocaína a Europa.
  • En la isla del Cerrito, en el Chaco, una organización colombiana aprovecharía el río Paraná y el puerto de Rosario para enviar su mercancía a países europeos.
  • Y sin dudas, el hecho más grave, por su relevancia institucional, ocurrió la noche del viernes 11 de octubre cuando cuatro encapuchados balearon la casa del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti. El frente de la vivienda recibió 14 impactos de bala. Funcionarios provinciales recibieron amenazas a raíz de operativos de seguridad vinculados con el narcotráfico y el lavado de dinero.

La lista podría seguir pero no es cuestión de abrumarlos y asustarlos. Aunque duela tenemos que admitir que sociedad, Justicia y Gobierno estaban cada uno en la suya, pensando en sus intereses “y un día llegaron los narcos”.