¿Por qué no hay refugiados sirios en el golfo Árabe?

La portada de El País de España del 8 de agosto lo decía todo. Una imagen habla más que mil palabras, y lo que entonces se veía era desgarrador. Tal como leía el periódico, se veía “el caos” migratorio en el Mediterráneo. Decenas de personas luchando para mantenerse a flote y no ahogarse y quizás, con la gracia de Dios, llegar a salvo a territorio europeo. Se trata, en su mayoría, de desplazados que huyen de la guerra en Siria y buscan establecerse en la seguridad y relativa prosperidad del continente europeo. Por ello, con sus periodistas indignados por la situación, Al Jazeera expresó que dejaría de referirse a los damnificados como “migrantes”, para en cambio reflejar la realidad con el término “refugiados”.

También me llamó la atención una reflexión que se difundió por Facebook. En ella, apelando a la misma fotografía, un profesor de historia se confesaba avergonzado de la civilización o cultura occidental y cristiana, que, de acuerdo con el autor de la publicación, “pasará a la historia como la más cruel, sanguinaria y terrorista que jamás haya conocido la humanidad”. Si no, está Banksy, el famoso artista callejero satírico de Inglaterra, quien montó una imagen compuesta por cuerpos flotando en el agua, en un círculo que mimetiza la bandera de la Unión Europea, con el azul marino de fondo. Continuar leyendo

La otra crisis griega

Mientras la atención del mundo se centra en las negociaciones entre Atenas y sus acreedores, discutiendo la crisis económica helena y sus ramificaciones, en Grecia se está desarrollando otra crisis que no ha recibido suficiente atención. Se trata del drama de los miles de migrantes, sirios principalmente, que a duras penas logran cruzar el Egeo con la meta de rehacer sus vidas en suelo europeo. Desde Turquía se embarcan en balsas y en botes que fácilmente podrían zozobrar debido al sobrepeso con el que se adentran al mar. Amontonados y desesperados, no todos logran salir con vida de la arriesgada travesía. Los que sí llegan a destino dan fin a un calvario, pero solamente para comenzar a vivenciar otro.

Como consecuencia de la inestabilidad generalizada que sacude a Medio Oriente y África del Norte, se ha desatado una crisis humanitaria sin parangón en la región que, entre otras cosas, ha resultado en un aumento avasallante en la cantidad de refugiados que intentan llegar a las costas sureñas de Europa. En contexto, a raíz de los conflictos fratricidas y sectarios que se extienden desde Libia hasta Yemen, se estima que hoy existen alrededor de 15 millones de refugiados y desplazados en Medio Oriente, desamparados, a la espera de volver a casa, o bien esperanzados con encontrar un nuevo hogar. Con el detonante de la guerra civil siria y la aparición del Estado Islámico (ISIS) la crisis se ha acentuado. Dada su cercanía con el teatro de batalla, los países que lindan con Siria se han visto forzados por las circunstancias a dar cabida a un número creciente de refugiados. Según cifras oficiales del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), Jordania alberga a 629.128 personas, Líbano a 1.172.753 y Turquía a 1.805.255, aunque en condiciones que van de malas a deplorables, siendo que el elevado flujo ha colapsado la capacidad de respuesta de estos Estados. Continuar leyendo