Ejemplo de convivencia para aspirantes al gobierno

Hace poco más de una semana, mientras me “calzaba” mi uniforme naval para oficiar de moderador de un seminario de intereses marítimos en el auditorio del Congreso Nacional, un sentimiento de profundo temor cruzó por mi mente. ¿Estaba seguro de lo que iba a hacer? Una decena de gremios movilizados, en su mayoría enrolados en la CGT opositora al Gobierno, estarían atentos dentro y fuera del recinto a las palabras que pronunciarían otros gremialistas, empresarios, marinos y, como broche de oro, el secretario de la Comisión de Intereses Marítimos de la Cámara de Diputados, Gustavo Martínez Campos (Frente para la Victoria, Chaco), que presentaría dos leyes que, de aprobarse, incidirán de manera superlativa en la actividad marítima y en la industria naval de la Nación.

Llegar al Congreso no fue fácil, cientos de trabajadores del sector marítimo con bombos, banderas y petardos ofrecían el típico paisaje de las movilizaciones gremiales. Una vez dentro del auditorio, el paisaje no era menos pintoresco: Ingenieros navales se mezclaban con hombres luciendo las pecheras verdes de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), empresarios con pinta de serlo charlaban amistosamente con legisladores y muchos colegas de la Armada Argentina, más precavidos que yo, vestidos de civil, compartían la previa totalmente distendidos.

Y déjeme contarle, querido amigo lector, que me tocó conducir tres maravillosas horas de convivencia amistosa, amable, civilizada y alegre entre gente que no piensa de la misma manera, pero que se unió en torno a una idea que simplemente les insinúa un futuro mejor. Continuar leyendo

Mayday

Por esas curiosidades de la vida, los vocablos “may” y “day”, si bien pueden significar “día de mayo”, cuando se escriben juntos conformando la palabra “mayday” tienen un sentido totalmente distinto. Mayday es el vocablo unificado internacionalmente para realizar pedidos de auxilio. Deriva del francés m’aider y sintetiza la expresión “vengan a ayudarme”.  La repetición en tres ocasiones seguidas del vocablo mayday indica inequívocamente “riesgo inminente de vida” o una situación de peligro extremo del que no podremos salir por nosotros mismos.  Los marinos reservamos esta expresión para situaciones realmente gravísimas.

Perdón por mis desvaríos navales, querido amigo lector, a veces mis recuerdos de alta mar se entrometen en mis habituales diálogos con usted pensados para hablar de temas de actualidad. Por ejemplo, de  la penúltima cadena nacional y popular emitida desde el Chaco profundo para anunciarnos que se producía la primera soldadura de un nuevo gasoducto. (sí, hubo cadena nacional para una primera soldadura). Luego nos dimos cuenta que la Presidente nos hizo una trampita:  la obra no importaba, la idea era mandar un mensaje a su tropa con una clara indicación que se den “un baño de humildad”

Humildad… vendría a ser no sentirse por encima del resto, algo como no ser permanentemente autorreferencial, admitir por ejemplo que uno no es el centro del mundo y que hay otros puntos de referencia al margen de “Ella”, Él”, o el resto de la familia presidencial. Que no hace falta autodenominarse “abogada exitosa”, arquitecta egipcia”, ni tan siquiera “cinéfila”.  Mucho menos es necesario utilizar un atuendo distinto cada día de los últimos 12 años, ni apabullar con las carteras de súper lujo, las joyas exclusivas y los relojes de oro y brillantes.

Sabiamente y pregonando con el ejemplo, la líder política de la Nación estaba indicando a sus “generales” que tomando como guía sus enseñanzas, dejen de lado las vanidades personales y entiendan que los sillones de la presidencia de la Nación y de la principal gobernación del país no son para todos. Los aspirantes oficialistas aplaudieron la arenga pero tardaron varías días en darse por aludidos.

La oposición, por su parte, nos depara sorpresas día tras día.  “Quiero lo mismo que vos” rezan centenares de carteles que –contraviniendo la ley electoral- colman las principales rutas bonaerenses. La cara sonriente de Darío Giustozzi brinda un gesto amistoso que invita a seguirlo en su cruzada. Remata cada afiche el logo de campaña de Sergio Massa.

Pero antes que la intemperie desgaje esos hermosos afiches que declaman pertenencia ideológica, el sonriente señor, nos dice que su hasta ayer mesías electoral es un ser nefasto amigo del procesado vicepresidente Boudou y que no está preparado para gobernar al país. Desde el entorno del massismo le han propinado al renunciante jefe de bloque parlamentario de ese espacio todo tipo de epítetos para resumir sus bajas cualidades como soldado de la causa renovadora.  Mejor no analicemos las versiones que dan cuenta que el sonriente Darío amaga con volver al FPV, es decir el partido en el cual sigue militando el malo de Boudou, ese que según parece sigue siendo amigo de Massa…

No se queda atrás en esta onda de migración ideológica el ex gobernador Mario Das Neves,  amigo primero, funcionario nacional luego, menos amigo más tarde, opositor abierto después y adherente al sciolismo ahora. “La gente pide que en la boleta vaya Scioli” dice don  Mario, pero también nos dice que “ de su pertenencia junto a Massa no hay dudas. Para dejar más clara su postura en los últimos días se ha fotografiado sonriente junto a Darío (el díscolo).

Le dicen “El Negro” a don Jesús Cariglino, cuatro veces intendente del joven municipio de Malvinas Argentinas, de hecho es intendente desde que se creó el distrito que evoca a nuestras irredentas islas. Junto a su hermano Roque, emigraron también en las últimas horas del Frente Renovador para sumarse sin rubores al PRO. Porque al fin y al cabo Mauricio en el fondo también es un compañero de lucha…

La política internacional no es mi fuerte, querido amigo, pero me pregunto si será moneda corriente en el resto del mundo la migración ideológica espontánea. ¿Muchos republicanos se harán demócratas?  Laboristas mutaran a diario en Conservadores? Yendo más cerquita, los blancos se harán colorados y –en todos los casos– viceversa?

Cosas que pasan en esta Argentina de hoy, de un día del mes de mayo, es decir un “ may day” y que con toda justificación me permiten precisamente suplicar a quien me quiera oír:  mayday mayday mayday.