La desconexión entre competencias laborales y educación superior

Existe creciente evidencia sobre la desconexión entre las demandas del mercado laboral y el conjunto de habilidades y capacidades adquiridas en las aulas. Altos niveles de desocupación entre las personas entre 18 y 24 años de edad son acompañados por un alto número de vacantes laborales que no son cubiertas por falta de competencias a lo largo de todo el continente latinoamericano. El reciente trabajo ¿Qué buscan -y no encuentran- las empresas en los profesionistas jóvenes en Mexico?, realizado por Ernesto Garcia, del think tank mexicano CIDAC, confirma esta realidad.

Cifras mencionadas en el estudio muestran que las empresas rechazan a los candidatos principalmente por falta de conocimiento o competencias (en 70.5% de los casos) más que por falta de experiencia (2.3%) o por no tener la personalidad adecuada (24.8%), Es decir, de acuerdo con los profesionales y empresarios encuestados, la limitante de la mayoría de los candidatos es que carecen de las habilidades y capacidades requeridas por las posiciones laborales ofrecidos.

Consecuentemente, disminuir la tasa de desocupación entre los jóvenes, que en México es cercana al 9%, es muy difícil. Aun ante incrementos en la demanda laboral, la desconexión con la oferta de competencias impide que los empleos recién generados se ocupen rápidamente. En el mediano plazo, algunos de los trabajadores “calificados” que no encuadran con los perfiles (o competencias) requeridas por las empresas, se ven obligados a aceptar empleos no calificados, desplazando a trabajadores con menos preparación y dejándolos sin empleo.

Ni siquiera formar parte del menos de 20% de la población que se gradúa de la universidad en la región garantiza escapar de esta situación. Siguiendo en México, los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE 2014) del INEGI indicaron que sólo 40 de cada 100 profesionales tienen un empleo ligado a su formación universitaria; el resto, o está desempleado, o desempeña puestos que no requieren educación superior. Aunque la falta de oferta de empleos explica gran parte de este fenómeno, otra buena parte se debe a que los conocimientos adquiridos a través del sistema educativo son obsoletos o poco aplicables en el mercado laboral.

En pocas palabras, para las empresas es difícil encontrar los mejores perfiles para las posiciones vacantes en su organización y, para la mayoría de los aspirantes, es igual o más de difícil encontrar empleo.

Como Ernesto García afirma en el estudio: “No hay duda de que la dinámica oferta/demanda de competencias no está funcionando de una forma eficiente.” De hecho, de acuerdo con sus resultados, la brecha entre ambas es alarmantemente alta, pues alcanza el 26%. Es decir, más de una cuarta parte de las empresas encuestadas tienen dificultades para encontrar a trabajadores — especialmente jóvenes — con un perfil de competencias que satisfaga los requisitos del puesto, a pesar de haber entrevistado a candidatos para dichas posiciones.

Aunque las causas de la desconexión entre la oferta y demanda de competencias son diversas, el común denominador de casi todas es la asimetría de información entre el sistema educativo y el mundo laboral. Las empresas suelen ser más rápidas que las instituciones educativas para adaptarse a los cambios tanto tecnológicos como económicos y entender las competencias requeridas para el desempeño de los nuevos trabajos.

Ante este hallazgo, las soluciones propuestas por el equipo del CIDAC están – de forma acertada — estrechamente interrelacionadas entre sí. Las principales líneas de acción que ellos proponen incluyen reenfocar el sistema educativo hacia las competencias, y no únicamente en acreditaciones y diplomas, que la vinculación entre empresas e instituciones de educación superior sea más estrecha y que se genere más y mejor información en cuanto a las competencias que las empresas requieren.

En este sentido, el estudio concluye que muchas de las iniciativas para reducir la brecha de competencias “no requerirían de grandes cambios a nivel institucional ni de la inversión de grandes montos en infraestructura, sino simple y sencillamente de la generación de información suficiente, de calidad”.

La Alianza del Pacífico y el emprendimiento

La integración de la Alianza del Pacífico parece avanzar sin demoras. México, Perú, Colombia y Chile ya funcionan integrados en varios aspectos políticos, económicos y sociales y trabajan para profundizar los todavía pendientes, como el tema de emprendimiento e innovación, que se trató los días 5 y 6 de diciembre en Santiago, Chile, con la presencia de emprendedores de todo el continente, funcionarios y dirigentes de los gobiernos, líderes sociales y ponentes de 20 países.

“La Alianza del Pacífico cree y promueve el libre movimiento de personas, de bienes y servicios, de capitales, de estudiantes y profesores; una integración energética y comercial”, dijo el presidente Sebastian Piñera en sus palabras de inauguración. “Y muy principalmente”, continuo, “la promoción de la innovación y el emprendimiento como fuentes fundamentales de creación de riqueza”.

Las países conformados en la Alianza representan en su conjunto la sexta economía del mundo, con más de 200 millones de habitantes, más de la mitad del comercio de América Latina, y un tercio del producto bruto de la región. Los cuatros países tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos, dos de ellos pertenecen a la OCDE y uno está en camino, y todos miran a Asia para expandir su comercio. Los cuatros tienen un bono demográfico en términos de altos porcentajes de poblaciones jóvenes y crecientes clases medias. A su vez, sus dirigencias políticas y empresariales parecen enfocadas en seguir promoviendo dinamismo y crecimiento a sus economías, priorizando regla de juego claras, integración al mundo y el capital privado.

Continuar leyendo

Reforma educativa en México: lo más difícil está por venir

Lucía, una residente de la ciudad de México, se quejaba que estuvo parada en el tráfico por siete horas. Pedro, de Guatemala, no puedo volar a su casa luego de que la protesta forzara a cerrar el aeropuerto y cancelar la mayoría de los vuelos.

Estas historias le serán familiares a cualquiera que haya estado por México en las últimas semanas. El desorden que se vio en el centro de la ciudad fue ocasionado por diferentes manifestaciones y protestas de los sindicatos de maestros, contrarias a las reformas educativas promovidas por la administración Peña Nieto, que generaron intensos debates en todos los sectores de la sociedad mexicana.

El debate es ciertamente bienvenido, muy necesario, y un buen ejemplo para otros países de América Latina. Mejorar la calidad de la educación es fundamental para el futuro de México. En los indicadores internacionales, el país está casi 70 puntos por debajo del promedio de países de la OCDE en comprensión lectora, y todavía más abajo en matemática y ciencias. Menos de uno por ciento de los estudiantes califica como “excelente” en matemática, comparado con 30 % en Hong Kong. La mayoría de estudiantes mexicanos, un 54%, no terminan los estudios secundarios, y solo 10% se gradúan de la universidad.

Continuar leyendo

¿Donde trabajará el 50% de latinoamericanos sin estudios secundarios?

Entre 2013 y 2040 cerca del 40% de la fuerza laboral de América Latina no contará con título secundario. ¿Cómo podrá la región sostener el crecimiento económico de la última década cuando casi la mitad de su capital humano carece de las competencias básicas para competir en este siglo? ¿De dónde vendrá la innovación, el crecimiento de la productividad, la capacidad de emprender que todos los economistas destacan como el único camino para saltar al próximo nivel de desarrollo económico?

Si bien América Latina ha mejorado mucho en términos de acceso a la educación a nivel de escuela primaria e inicios del secundario, la deserción escolar sigue siendo muy alta. Según datos del Banco Mundial, sólo el 55% ha terminado la preparatoria en México, el 50% en Argentina, el 60% en Colombia y casi el 70% en Chile. A ello se suma el hecho que la población estudiantil que sí se gradúa, lo hace con indicadores de calidad bajos que los ubican en las últimas posiciones de todos los ránkings internacionales.

Continuar leyendo