El día después

Gabriel Solano

En los últimos tiempos, ocurrieron hechos que confirman el carácter irreversible del retroceso del kirchnerismo. Uno de ellos viene del mundo del espectáculo. Nos referimos al acuerdo que suscribieron Cristóbal López (uno de los empresarios del riñón del oficialismo) con Marcelo Tinelli y Canal 13, del archienemigo Héctor Magnetto. El empresario adquirió la productora Ideas del Sur del famoso conductor, quien seguirá protagonizando “Showmatch”. Este, junto a otros programas que elaborará la empresa de Cristóbal López, se pasarán por la pantalla de Canal 13. Uno de los programas sería entre Tinelli y ¡Lanata! Es difícil no percibir el retroceso que este acuerdo representa.

Sólo hace unos meses atrás, el gobierno quiso forzar la salida de Tinelli del Canal 13 de Magnetto. En parte lo lograron, porque en el crucial año electoral, Tinelli levantó su programa. Pero ahora, luego de la derrota sin atenuantes de agosto, es éste quien le “roba” al kirchnerismo uno de sus principales “burgueses nacionales”, al que ayudó a enriquecerse con la obra pública de Santa Cruz y el negocio del juego. Resulta obvio, además, que este acuerdo refuerza la posición del grupo Clarín para el fallo de la Corte sobre la Ley de Medios.

El PJ

No es sólo Cristóbal López el que está pensando en el post-kirchnerismo. Andan en lo mismo los gobernadores, intendentes y burócratas sindicales del PJ, quienes se reunieron bajo la batuta de Scioli en la sede del partido. La mira no estuvo puesta en el 27 de octubre, pues todos descartan una dura derrota del oficialismo, sino en la transición que deben armar hacia 2015 y en la forma de resolver quién será el candidato presidencial del partido. El planteo generalizado es que debe resolverse mediante una interna, lo cual supone quitarle a Cristina Kirchner la capacidad de digitar a su sucesor.

Pero una parte de quienes hasta ayer juraban fidelidad al proyecto “nacional y popular” fueron más allá. El sanjuanino Gioja, agente de los monopolios mineros, planteó “abrir de par en par las puertas del partido” para que todos participen de una interna. Los destinatarios del mensaje son De la Sota, los Rodríguez Saá, el santacruceño Peralta y, sobre todo, Sergio Massa -quien le lleva más de diez puntos de ventaja al candidato oficialista en la estratégica Buenos Aires. El guiño al intendente de Tigre, en vísperas de la campaña electoral, significa un acto de derrotismo político del PJ hacia su propio candidato, sin cuidar siquiera las formas. Los intendentes del conurbano andan en la misma, jugando por detrás con la lista de Massa para asegurarse el control de sus propios concejos deliberantes.

Los sectores que integran el núcleo duro de la camarilla K quedaron en minoría y hasta votaron el documento común. Si prospera lo de Gioja, los Kunkel y los Mariotto se deberían conformar con apoyar a Scioli contra Massa en una futura interna del PJ, echando mano al argumento de que, después de todo, el gobernador ha sido “leal a Néstor y Cristina”. La izquierda kirchnerista, la que durante años acusó al PO y a la izquierda de ser “funcionales a la derecha” por no apoyar al kirchnerismo, ahora termina siendo un cuarto violín del pejotismo y haciendo campaña electoral con la agenda de la derecha, reclamando la rebaja de la edad de imputabilidad y el planteo de una policía municipal, lo que es reclamado por la mafia pejotista del conurbano.

Ajuste

El trasfondo de estos movimientos políticos es el completo agotamiento de la política oficial, bajo el impacto de la inflación, el déficit fiscal producido por los subsidios a los capitalistas, el derrumbe energético y el pago de una deuda pública que ha colocado en situación de quiebra a todas las cajas del Estado. La oposición, así como también el peronismo, quieren que el gobierno se encargue de hacer el trabajo sucio del ajuste después de las elecciones y de proceder a una devaluación de la moneda, la cual permita levantar el cepo cambiario, darle libertad de movimientos al capital y avanzar en un plan de endeudamiento internacional, pero por, sobre todo, desvalorizar los salarios y el gasto social del Estado.

El gobierno ya está en ese rumbo, como lo prueba el endeudamiento que comenzó YPF, las gestiones para llegar a un acuerdo con los fondos buitres, la aceleración de la devaluación oficial, la vuelta a casi 10 pesos del dólar blue y el proyecto de Presupuesto 2014, la cual está diseñado a la medida de los intereses de los usureros internacionales. Ya circulan versiones de que luego de las elecciones, como parte de la transición hacia 2015, Cristina Kirchner procedería a un cambio de gabinete, eyectando a Moreno.

Elecciones

Cristina Kirchner, quien suele denunciar golpes de Estado y maniobras destituyentes, calló frente al viraje de su propio partido, porque prefirió ocultar las deserciones de las que es víctima. Pero unos y otros, más allá de sus divergencias, preparan un ajuste que será pagado con creces por el pueblo trabajador. Es en este contexto que hay que valorar el crecimiento de la intención de voto del Frente de Izquierda en todo el país. El voto a la izquierda avanza como expresión de la ruptura de una fracción muy importante de los trabajadores y la juventud con el kirchnerismo.

Si los capitalistas y sus políticos preparan “su día después” entre bastidores y contra las aspiraciones populares, los trabajadores debemos preparar “nuestro día después” con una gran elección del Frente de Izquierda. Un millón y medio o dos millones de votos para el Frente de Izquierda y un bloque de diputados de izquierda serán un pronunciamiento político claro contra el ajuste que se viene. Fortalezcamos en estas tres semanas que quedan la campaña del Frente de Izquierda con una gran movilización política.