El progresismo adulterado

George Chaya

La hipocresía ha resultado ser muy progresista en la Argentina. Sin embargo, su expansión y mala calidad rayana en la berretez, hace que uno piense que nos está haciendo falta “un chaleco a prueba de progresistas”.

La crítica y la descalificación con que se pretende la construcción de un relato que constantemente fragua la historia -aunque debo decir, honestamente, que yo no sé si hay más argentinos que comen salchichas o jamón, como dijo públicamente la señora Presidente-. Lo cierto es que las personas viven y actúan diferente en las mismas circunstancias y muchos de ellos actuarían peor, por lo que “la indignación oficialista selectiva” es verdaderamente repudiable.

¿Dónde estaban los progresistas cuando debían cuidar la seguridad de un Fiscal de la Nación que llevaba la investigación más importante de la historia nacional en materia de ataques terroristas en suelo argentino y acabo muerto, sea por suicidio o asesinato? ¿Dónde, cuándo deben explicar la desaparición y la suerte corrida por Jorge Julio López? ¿Dónde han quedado los progresistas defensores de los DDHH ante las violaciones y los crímenes que padece la comunidad Qom? ¿Dónde atienden los humanistas hoy día que no se los ve ante los crímenes de género? Están en algunos hashtags en twitter y luego a callar, misión cumplida.

Los medios y los periodistas progresistas-oficialistas se centran exclusivamente en denostar, con campañas y cortinas de humo al fiscal muerto que ya no puede defenderse, hacen silencio ante la tragedia del pueblo Qom y sobre Julio López, ya no se habla. Todo lo que tenemos es silencio o relato conveniente.

Lo cierto es que si estos intrépidos luchadores y buscadores de la verdad estuviesen verdaderamente preocupados por la impunidad, deberían reclamar a “sus nuevos amigos rusos” para que Putin dé explicaciones ante muchos de sus crímenes, por caso, el derribo del vuelo comercial de Malasia Airlines a manos de rebeldes pro-rusos, con misiles de ultima generación provistos por Moscú que asesinaron 250 personas inocentes, esto, por citar un ejemplo de los tantos existentes que los amigos nuevos del oficialismo han cometido o ayudado a cometer.

Sin embargo, a los progresistas les encanta hablarnos de las maravillas del régimen venezolano -que reprime con munición real a estudiantes desarmados y hambrea a su pueblo- o del liderazgo y la unidad regional latinoamericana frente a las “agresiones” imperialistas, sean ellas reales o imaginarias. Aunque a decir verdad a los matones y corruptos del patio latinoamericano nos les interesa hablar de libertad, sencillamente porque están luchando en contra de ella.

Con todo, cualquier periodista, analista o pensador que confronte el relato oficial es denostado a través de los “perio-militantes”. Así es como desde las más altas esferas del poder oficial se defiende el modelo, se construye el fraudulento relato y se pretende sostener un barco que, de mínima navega averiado y, cada vez con menos confianza de la ciudadanía al mes de Octubre “que aún no es Rojo” aunque se avizora un cambio de color cada vez más “claro”.