La revolución de los precios

Germán Messina

A mediados del siglo XV, pero principalmente en el siglo XVI, la población europea empieza a tener un crecimiento importante, es lo que se conoce como la segunda logística de Europa. Con el descubrimiento de América en 1492, comienza la expansión europea de ultramar, siendo los principales dominadores España y Portugal, durante todo el siglo XVI. Por parte de España entre los años 1520 y 1530, Hernán Cortés y Francisco Pizarro conquistaron el imperio Azteca (México) y el Inca (Perú). Los portugueses para el año 1515 tenían total dominio del océano índico, prueba de ello es que en 1505, Portugal tuvo su primer virrey en la India. Este es el contexto que nos ayuda a preparar el terreno para tratar de analizar el fenómeno de la revolución de los precios.

El continuo flujo de oro y plata, que se produce a lo largo de todo el siglo XVI, proveniente de las nuevas colonias, hizo aumentar por lo menos en tres veces los metales preciosos con los que contaba España. Esta situación junto al aumento de la producción de plata en Europa central y al oro proveniente de África, por parte de los portugueses, es uno de los principales motivos que provocan el aumento de precios. Ahora bien, ¿es ésta la única razón por la que los precios aumentan?

A nuestro entender se produce por una serie de factores, entre los que se consideran más importantes: la concepción mercantilista de la época (doctrina que afirma que la riqueza se basaba en la acumulación de metales preciosos) y el aumento de la población que hizo que las tierras y el alimento se tornaran insuficientes, con excepciones como Holanda, que sin duda alguna fue una de las zonas agrícolas más avanzadas de Europa durante los siglos XVI y XVII. Generalmente por inflación se entiende a una disminución del poder adquisitivo del dinero, medidos por un índice de precios.

Sin embargo esta definición no es del todo acertada ya que está confundiendo lo que es el fenómeno con uno de sus efectos. Es importante la distinción ya que si queremos comprender el término es necesario definirlo correctamente, para de esa manera tratar de descubrir las causas que lo generan. El correcto significado de inflación lo podemos tomar de la Escuela Austriaca de Economía que nos dice: por inflación se entiende al incremento de los medios de pago, o al aumento de la oferta monetaria por factores exógenos al mercado. Ahora sí en base a estas definiciones podemos tratar de explicar porque se da el aumento de precios en Europa.

El precio del dinero (su poder adquisitivo) se establece como el precio de cualquier otro bien, por su oferta y demanda. La oferta de dinero es el stock monetario que se encuentra presente en un momento dado. Mientras que la demanda de dinero tiene dos componentes: atesoramiento, y oferta de bienes y servicios. Es decir a mayor atesoramiento o a mayor oferta de bienes, la demanda de dinero aumenta, y si la oferta se mantiene constante el precio del dinero aumenta. Es en este caso que le es más rentable a la autoridad monetaria producir más dinero. Este aumento de la oferta monetaria es endógeno al mercado y no causa inflación, porque previamente hubo un aumento de la demanda. Es decir ante un aumento de la demanda, la oferta acompaña a dicho aumento.

A ningún empresario se le ocurriría decir que va a aumentar por su propia decisión la oferta de sus bienes, sin tener en cuenta a la demanda. Pero por otro lado, si se produce un aumento de la oferta monetaria siendo la demanda constante, esta si produce inflación, cuyo principal efecto negativo es la distorsión de precios relativos. Repasando lo acontecido durante el siglo XVI vemos que: hubo un incremento importante de los medios de pago pero por otro lado la oferta de bienes y servicios se mantuvo sin cambios (no aumentaron las tierras cultivables), y si bien pudo haber existido un grado mayor de atesoramiento, este fue insignificante en relación al aumento de la oferta monetaria. Gracias a la concepción austríaca de inflación podemos explicar que pasó en Europa, que pasa en Argentina y que puede pasar si las condiciones no cambian.