El frente externo: entre el apagón y la autonomía

Hernán Aruj

Después de un 2012 donde los países centrales tuvieron crecimientos reducidos, el uso de las políticas fiscales y monetarias expansivas de manera agresiva en el caso de Japón, un poco más moderadas de parte de los Estados Unidos, va permitiendo la recuperación. En el caso de la Unión Europea, en cambio, la imposibilidad de aplicar estímulos de política monetaria a causa del Euro lleva a un alarmante crecimiento de la deuda soberana.

El año pasado, Estados Unidos creció un tímido 2,2% y Japón un 1%. Europa continuó su recesión, con países con un pobre crecimiento cercano al 1% como Alemania y Gran Bretaña, y franca depresión como Grecia y España. La declarada utilización de estímulos keynesianos por parte del primer ministro de Japón, Shinzō Abe, está generando un aumento del consumo y la inflación, aun cuando el desempleo se ubica en el 4%. Incluso de China se espera un crecimiento del 7,75% debido a la potencia de su producción industrial.

Estados Unidos, con la mejora de sus indicadores de empleo y la continuidad de las recetas de estímulo por parte de la Reserva Federal, preanunciaba una mejora en el crecimiento. Pero en septiembre todo cambió: se llegó al cierre temporario o “shutdown” del gobierno federal, debido a la imposibilidad de republicanos y demócratas en la primera economía mundial de acordar un presupuesto equilibrado.

La misma situación sucedió en 1996, durante la presidencia de Bill Clinton. Tal como ahora, la Cámara de Comercio se ubicó en contra de la inflexibilidad de los republicanos, que perdieron las siguientes elecciones. Como telón de fondo, la imposibilidad de acordar la elevación del tope de endeudamiento sigue sin ser debatida. El flujo internacional de fondos que se estaban moviendo hacia los Estados Unidos podría revertir su tendencia. En los últimos tiempos, este desplazamiento generó la apreciación de las monedas de los países emergentes, una reducción en su crecimiento y la inestabilidad de los precios de las materias primas.

Y por el sur…

La nueva situación internacional impactará, lógicamente, en Sudamérica. Antes del shutdown estadounidense del 1º de octubre, los flujos internacionales de capital abandonaban los países emergentes, generando caídas en los precios de acciones, alzas en las tasas de interés y depreciación de las monedas. Brasil viene reduciendo su tasa de crecimiento esperada: si al comienzo de 2013 era del 4%, luego cayó a 3,5%, para pasar a 2,7% y en septiembre se proyectó un 2,5%. El Banco Central, responsable de estas cifras, también redujo el crecimiento esperado de la industria de 1,2% a 1,1%, resultante de una caída proyectada de 2,8% de la industria extractiva, un crecimiento de 1,9% en construcción civil y de 1,5% en la industria de transformación.

La situación de nuestro vecino impacta directamente sobre las exportaciones automotrices. Tengamos en cuenta que si en enero y febrero de 2013 se registraron cifras menores a igual mes del año pasado, entre marzo y julio las ventas al exterior fueron mayores comparadas interanualmente. Esto se quebró cuando en el último agosto se exportaron 33.528 unidades contra 35.853 del año pasado. El saldo positivo de la balanza comercial argentina se mantiene mes a mes, y alcanzó un acumulado de 6.292 millones de dólares de enero a agosto de este año. Esto representa, comparando los primeros ocho meses de 2012 y 2013, un crecimiento de las exportaciones del 4% y de las importaciones en un 12%.

Por el lado de las exportaciones, el gran salto lo dieron los productos primarios debido a una gran cosecha agrícola, lo cual explica el crecimiento del 13%. Tanto los despachos al exterior de las manufacturas de origen industrial como las de las manufacturas de origen agropecuario crecieron un poco más del 3%, y la gran caída (-19%) se experimentó en el rubro combustibles y energía. Del lado de las importaciones, las mayores expansiones se dieron en el rubro de vehículos automotores de pasajeros con un 37% y combustibles con un 27%. El crecimiento del 14% en los rubros bienes de capital y piezas y accesorios de bienes de capital muestran la vigencia de un proceso inversor vital hacia el futuro.

Conclusiones

La extraña situación vigente en Washington agrega complejidad a un panorama económico que tímidamente mejoraba después de la crisis iniciada en 2008. El ciclo de huida de los capitales internacionales en un “fly to quality” hacia la seguridad de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos puede revertirse de continuar el impasse legislativo. Si bien las fortalezas de la primera economía mundial pueden estar intactas e iniciando un nuevo ciclo de crecimiento debido a los incrementos de productividad asociados con las innovaciones tecnológicas, los últimos errores políticos habilitarían duras recomendaciones por parte de los organismos internacionales. Obviamente, las reprimendas de los ortodoxos no son para los poderosos.

Desde el alarmante incremento de la deuda externa, que comparten tanto Estados Unidos, la Unión Europea como Japón, hasta el actual debate por el presupuesto en el Capitolio, los errores en el manejo de la crisis económica están generando serios inconvenientes para el futuro. En ese contexto, Brasil puede experimentar inestabilidad debido a la rápida depreciación de su moneda y nuestro país acusar el impacto. Sin embargo, la firme conducción de la política económica está permitiendo mantener el saldo comercial favorable, que combinado con una buena cosecha y un cuidado del nivel competitivo de la moneda dan aire a las cuentas externas. Consolidar lo obtenido hasta el momento y continuar profundizando el modelo productivo con inclusión social a pesar de las turbulencias de los países centrales, es la clave de la mejora de los márgenes de autonomía nacional.