La verdad sobre los DNU

Horacio Minotti

Un grupo de noveles demócratas que adquirió en los últimos dos meses las virtudes del republicanismo constitucional desató una serie de críticas contra el presidente Mauricio Macri e intentó instalar la sensación de que el mandatario pretendía gobernar el país mediante decretos de necesidad y urgencia (DNU).

Sin embargo, transcurridos dos meses de gestión, la actual administración solamente emitió cinco de ese tipo de decretos. Los artículos de algunos medios, cuando el Presidente tenía apenas días en su cargo, giraban injustamente sobre la idea de que Macri había hecho uso de dicha herramienta constitucional con más frecuencia que todos sus antecesores. Comparaban la cantidad emitida en pocos días con el promedio anual de los anteriores presidentes, lo que configura un grosero error, porque es evidente que, cuando el Gobierno se ordena y las sesiones ordinarias del Congreso comienzan, el promedio desciende.

De hecho, no se observan notas que refieran a que hoy, a dos meses de administración, Macri sigue teniendo en su haber los mismos cinco DNU, con lo cual su promedio disminuyó a 2,5 por mes, la mitad que los emitidos, por ejemplo, por Néstor Kirchner, sacando el promedio total de su mandato, y un tercio de los que el mismo mandatario dictó en sus primeros dos meses.

Justamente, es posible comparar, por sus similitudes, el inicio de Macri con el de Kirchner; ambos de algún modo representaron un cambio de estilo de gobierno respecto a sus predecesores. De los cinco DNU emitidos por Macri, uno de ellos es la reforma de la ley de ministerios, algo que, con toda lógica, debe realizar un presidente para ordenar su administración y nuevo estilo de gobierno. De hecho, también lo hizo de ese modo Néstor Kirchner el 4 de junio de 2003. Otro de los decretos que se le contabilizan al actual Presidente es el que derogó uno dictado pocos días antes de que su predecesora dejara el cargo y que, a entender el nuevo mandatario, complicaba su gestión. La realidad en este caso indica que Macri no hubiese tenido que dictar dicha norma si la Presidente anterior, carente ya de legitimidad y a diez días del traspaso del mando, no hubiera tenido la mala fe de emitirlo. Un tercer DNU crea el nuevo Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), reforma así la ley de comunicación audiovisual; el cuarto posterga la vigencia del nuevo Código Procesal Penal, y el quinto traspasa de la Procuración a la Corte Suprema las escuchas telefónicas.

Para proceder con la comparación respecto al inicio de Kirchner, debe resaltarse una diferencia sustancial: el santacruceño empezó su mandato con el Congreso en plenas sesiones ordinarias y mayoría en ambas Cámaras. Sea por apuro o por puro gusto, decidió lanzarse a la emisión de DNU, a diferencia del caso de Macri, en que el Congreso está en receso.

Dicho esto y establecida la marca de los primeros dos meses del actual Presidente, hay que dejar sentado que Kirchner emitió, entre el 25 de mayo de 2003 y el 25 de julio del mismo año, 15 DNU, a un promedio de 7,5 por mes. Soslayando que a los 12 meses de mandato llevaba 55 (performance inigualable), debe considerarse que los actuales republicanistas que otrora abrazaron el kirchnerismo con entusiasmo sin par, o nos toman por tontos o han perdido la memoria. Es decir que, si bien el promedio total del mandato de Néstor es de cinco DNU por mes, si se consideran sus primeros dos meses, para hacer una comparación justa con el comienzo macrista, el promedio es de 7,5 por mes contra el 2,5 del Presidente en funciones.

Toda la información sobre aquellos DNU puede encontrarse en el “Dossier legislativo-Decretos de necesidad y urgencia, 1994-2014”, elaborado por la Comisión Administradora Bicameral de la Biblioteca del Congreso de la Nación, bajo la Presidencia de la senadora justicialista Roxana Latorre; comisión de la que participó, entre otros, la diputada camporista Mayra Mendoza.

Cuando el actual Presidente asumió y debía ordenar los primeros días de su Gobierno con el Congreso en receso, llovían los pronunciamientos sobre el supuesto alto promedio de DNU emitidos. Hoy no he podido encontrar artículos sobre cómo ese promedio se redujo a la mitad, ni comparaciones con cierto rigor técnico con situaciones similares anteriores. Pero los números no pueden mentir, la aritmética es inobjetable y la parcialidad poco rigurosa en el manejo de la información, también.