Prerrogativas de sangre

El candidato kirchnerista Juan Cabandié sacó a relucir su abolengo ante la agente de tránsito que intentó que no siguiese circulando en su rodado, sin contar con un seguro. Las excepciones al artículo 16 de la Constitución. La joven que había conseguido trabajo como agente de tránsito en el municipio de Lomas de Zamora, lo perdió por no conocer las modificaciones constitucionales impuestas por desuetudo (simple falta de uso) en los últimos años, y que han implicado evidentemente, la derogación del artículo 16 de nuestra Carta Magna. El candidato a diputado nacional Juan Cabandié no solamente alegó su cargo para eludir las consecuencias lógicas de conducir sin un seguro, sino además esgrimió ser hijo de desaparecidos y haber luchado contra la dictadura, dos emblemas que la entonces agente no debió ignorar.

La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre ni de nacimiento, no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley”, explica el artículo 16 de la Constitución, en un norma en principio vigente, pero aparentemente en desuso.

Todo indica que asistimos, luego de la dictadura genocida, al nacimiento de una nueva generación de derechos, que no son para todos, sino para algunos, derechos sectoriales, que originan la reaparición de títulos nobiliarios, como el regreso al estadio previo a la propia Asamblea del año XIII, que desencadena en el escenario jurídico la aparición de un título nobiliario, una evidente prerrogativa de nacimiento. No es Duque, no es Barón, es “hijo de desaparecido”, cosa que en principio, habilita para casi todo, según puede observarse. Título de origen poco claro, se origina por el único hecho de haber nacido en el cautiverio aberrante e ilegal de los 70.

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