La meditación más científica

Si alguien me hubiera dicho hace unos años que la meditación iba a convertirse en un hábito de mi día a día, no le habría creído. Lo cierto es que es una práctica que he tardado en comprender y de la que ahora soy un total defensor. Como explicaba el escritor Og Mandino: “La meditación y la oración alimentan el alma”. Sus beneficios incluso son reconocidos por estudios científicos.

Por ejemplo, el psiquiatra Andrew Newberg denomina neuroteología a la disciplina que equilibra las neuronas y las religiones. En su opinión, ese proceso destaca la liberación de emociones trascendentales, gracias a la estimulación repetitiva de rituales como la oración o la meditación.

Newberg considera que la religión proporciona una conexión superior. Durante un estudio de la Universidad Thomas Jefferson, en Filadelfia, inyectó un rastreador radiactivo a un monje budista para descubrir el movimiento del cerebro con la meditación. Así, Newberg llegó a la conclusión de que nuestro cerebro es capaz de producir “espiriteria”, las experiencias trascendentales en un cerebro emocional.

La meditación no tiene por qué estar asociada a la religión. Este hábito puede suponer un cambio en nuestras vidas a nivel profesional y personal. El líder espiritual Osho destaca: “La meditación es vida, no es sustento. No tiene nada que ver con lo que tú haces, tiene todo que ver con quién eres”. Continuar leyendo

Sin fecha de caducidad

Yuichiro Miura es un ejemplo de vida. La cultura occidental nos lleva a pensar que cuando superamos los 80 años (a veces incluso antes), nuestras oportunidades y nuestras experiencias son limitadas. ¡Cuánto error! El japonés Yuichiro, precisamente con 80, consiguió llegar a la cima del Everest. Logró así entrar al Record Guinness, a pesar de una reciente operación de corazón y de una rotura de cadera pocos años antes. Como dice un proverbio chino: “Hay que subir la montaña como viejo para llegar como joven”.

Lo más trascendental no es que haya conseguido escalar la montaña más elevada del planeta, sino que a su bajada aseguró: “Soy el hombre más feliz del mundo”. La felicidad no es cosa de edades. La alegría se consigue cumpliendo las metas que nos vamos imponiendo en la vida.

Un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, ha determinado que la felicidad en los seres humanos varía dependiendo de las edades. Según la investigación, la alegría comienza a descender a partir de los 20 años y vuelve a aumentar a los 65. Las preocupaciones se olvidan y podemos disfrutar de nuestros logros.

El único límite al que nos enfrentaremos, en el día a día, es la salud. Debemos mantener el equilibrio del cuerpo y la mente para potenciar nuestra vitalidad, manejar el estrés y mantener esa salud perfecta que practicamos con Deepak Chopra. Continuar leyendo

Equilibrio ineludible

Amarse a sí mismo no es una manifestación banal de narcisismo, sino una necesidad del ser humano. Hay quienes dicen que es imposible evitarlo, sobre todo cuando la existencia transcurre en medio de condiciones psíquicas estables.

A pesar de estos puntos de vista, algunos son incapaces de amarse. No porque les importe poco su existencia material, sino porque no comprenden el significado de del concepto. Amarse a sí mismo es dar al cuerpo, a la mente y al espíritu lo que reclaman y merecen.

Según Osho, “la naturaleza se encarga de muchas acciones vitales del cuerpo”, pero es injusto dejarla sola en tal empeño. No se equivoca el gran pensador indio: abandonar a la naturaleza en las funciones esenciales que redime nos convierte en seres débiles y desagradecidos. Y un ser así no resiste los embates de la vida, porque no conoce el amor por sí mismo, ni por los demás.

Autoamarse es saber escuchar al cuerpo, obedecerlo, consentirlo, brindarle la atención que merece y ponerlo en línea con la mente para lograr el equilibrio ineludible. Cuando el cuerpo y la mente entran en línea, cuando trabajan en conjunto y se apoyan mutuamente, el espíritu se fortalece. Continuar leyendo

Gula: ciencia y religión coinciden

Muchos siguieron recientemente el reto #MesSano, 30 días de +nutrición, +bienestar y +salud que realicé en redes sociales junto al doctor Eddie Armas y al entrenador José Fernández. Nuestro objetivo fue relacionar a los participantes con la necesidad de comer sano.

Se habla muy a menudo de las consecuencias negativas de la mala alimentación. La salud se esgrime como el argumento más sólido, más convincente a la hora de promover lo perentorio de saber alimentarse por cuanto de la salud no solo depende la calidad de vida, sino la vida misma.

Sin embargo, pocas veces hacemos énfasis en la parte espiritual, ética y hasta religiosa que acompaña a ese afán de comer irracionalmente, con instinto baconiano, sin pensar en sus malas consecuencias.

Una valoración ético-religiosa muy profunda emana del cristianismo, que ubica a la gula -glotonería, consumo excesivo de comidas y bebidas- dentro de los considerados siete pecados capitales, al mismo nivel de la envidia, la pereza, la ira, la soberbia, la avaricia y la lujuria. Continuar leyendo

Un mal de estos tiempos

El estrés es un sentimiento común en la realidad moderna. Podemos padecerlo eventualmente, en momentos de mucha tensión, o de manera crónica y vivir siempre bajo su influjo. Esto último es muy dañino, pues atenta contra la salud.

Una de sus consecuencias más directas es la ansiedad. Sin embargo, a pesar de vivir bajo un estrés inevitable, existen técnicas que nos evitan un estado ansioso, sin necesidad de ayuda especializada. Les sugiero las más efectivas: Continuar leyendo