El respirador artificial del intervencionismo

Un respirador artificial es, según Wikipedia, una “máquina diseñada para mover aire hacia dentro y fuera de los pulmones, con el fin de suplir el mecanismo de la respiración de un paciente que físicamente no puede respirar”. Como se lee, se trata de una herramienta vital para tratar a pacientes que corren riesgo de vida.

Ahora bien, una vez que el paciente supera ese proceso, asumiendo que así lo hace, el respirador artificial deja de ser importante. De hecho, una buena noticia para el paciente, los familiares y el equipo médico llega el día en que dicho respirador deja de ser utilizado. Así, podemos coincidir en que lo bueno es dejar de utilizar respiradores artificiales, no comenzar a hacerlo.

Si trasladamos este análisis a la economía argentina, sin embargo, vemos que está sucediendo precisamente lo opuesto. Recientemente, como medida de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, el Gobierno anunció la extensión de líneas de crédito con tasas negativas con respecto a la inflación. Además, el banco público BICE, de Inversión y Comercio Exterior, se comprometió a otorgar siete mil millones de pesos en créditos para microempresas y empresas medianas. Ambas medidas constituyen un primer respirador artificial, destinado en este caso al sector pyme. Continuar leyendo

La ley antidespidos aumentará el desempleo

Como siempre sucede con estas iniciativas, el resultado será totalmente contrario al esperado.

En Argentina no existen estadísticas oficiales. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que terminó el 10 de diciembre del año pasado, intervino el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) con el objetivo de disfrazar la cruda realidad que se vivía en el país en materia de inflación, crecimiento económico y pobreza.

En términos de empleo, los datos siempre mostraron buenos resultados. El último informe publicado mostró un 5,9% de desocupación, el guarismo más bajo en 28 años. Dudosa credibilidad.

En la actualidad, el INDEC está en proceso de reconstrucción, por lo que no hay datos oficiales de desempleo. Lo que sí hay, sin embargo, son datos de la evolución del empleo en el sector privado, provistos por el Ministerio de Trabajo, que revelan que la situación tiene un estancamiento desde hace al menos cinco años.

grafico iván carrino

Otro dato relevante lo ofrece el Fondo Monetario Internacional, que prevé que el desempleo en Argentina trepará a 7,8% en 2016 y luego se reducirá a 7,4% en 2017. No es un dato para alegrarse, pero nada parecido a una crisis o emergencia ocupacional.

Sin embargo, algunos políticos y comunicadores se empeñan en repetir que el país está atravesando una profunda crisis del mercado laboral, con una ola de despidos que parece crecer día a día y hora tras hora.

En respuesta a ello, el Senado le dio media sanción a una ley “antidespidos” que prohibirá los despidos sin causa por seis meses, también las suspensiones, e impondrá dobles indemnizaciones para cada empleado que deba ser desafectado de la plantilla.

Ahora bien, como siempre sucede con estas iniciativas, el resultado será totalmente contrario al esperado. Finalmente, de aprobarse esta legislación, el desempleo, lejos de caer, subirá.

A ningún empresario le gusta despedir empleados. Después de todo, despedir a una persona (si no es por cuestiones de desempeño personal estrictamente) refleja que la situación económica de la empresa es delicada y que necesita hacer un ajuste para intentar sobrevivir.

Lo más deseable para el empresario, entonces, es contratar, no despedir personal.

En este marco, si una empresa se ve en la necesidad de despedir a un trabajador, lo mejor que puede pasar es que esa decisión sea tomada con el mínimo de restricciones posibles. Es que si lo contrario sucede, y el costo de despedir se eleva o directamente se transforma en una violación a la ley, la decisión que tendrá que tomar el empresario será la de cerrar su fábrica.

El resultado, finalmente, será no sólo que la ley no pudo evitar el despido de esa persona en particular, sino que terminó generando el desempleo de todos los trabajadores de la empresa. Un verdadero “tiro por la culata”, como suele decirse.

Los mercados libres se caracterizan por lo que Joseph Schumpeter definió como “destrucción creativa”. En ese proceso, abren las puertas nuevas empresas y cierran otras todo el tiempo. Sin embargo, el resultado no es el masivo desempleo, sino la continua mejora de los procesos productivos y el aumento de la producción de los bienes y servicios que consumimos.

A la vez, se terminan generando nuevos puestos de trabajo y mayores salarios reales.

Prohibir despidos, encarecerlos y dificultar los procesos de mercado no sólo es malo para las empresas, sino que también es directamente perjudicial para todos los trabajadores a quienes supuestamente se quiso beneficiar en primer lugar.

En conclusión, prohibir los despidos generará desempleo. Por tanto, la medida no protege, sino que destruye las fuentes de trabajo. Lo mejor que podemos hacer en esta coyuntura es cuidarnos de las “buenas” propuestas de ciertos legisladores y recordar que de buenas intenciones está lleno el camino al infierno.

Cuatro problemas que Uber vino a solucionar en Buenos Aires

En la ciudad de Buenos Aires hay 38 mil taxis registrados. Cada uno de ellos tiene una licencia otorgada por el Gobierno municipal que les permite operar legalmente. En Nueva York, la cantidad de este tipo de vehículos circulando por las calles es mucho menor. Son alrededor de 14 mil.

Otra diferencia es que la población de Buenos Aires ronda los cuatro millones, mientras que la de Nueva York es del doble. Es decir, taxis no faltan en Buenos Aires y Uber no viene a resolver un inexistente problema de escasez de vehículos de transporte.

Sin embargo, no por ello Uber deja de ser una empresa necesaria. A continuación explicaré cuatro problemas que Uber viene a resolverles a todos los habitantes de la ciudad del tango. Continuar leyendo

#PanamaPapers: reacción a las legislaciones fiscales

Recientemente se conoció una filtración gigantesca de datos que recoge cómo miles de personas buscan ocultar su patrimonio armando sociedades offshore.

Los Papeles de Panamá, como se ha llamado a esta investigación conjunta de más de trescientos periodistas, ponen el ojo sobre un sinnúmero de personalidades que habrían utilizado la benevolente legislación fiscal de Panamá para defraudar al fisco o bien ocultar lo obtenido gracias a la corrupción.

A raíz de esto, me parece oportuno divulgar, como anticipo exclusivo, un extracto de mi próximo libro, Estrangulados, a publicarse este 20 de abril, en donde me refiero específicamente a esta cuestión.

A principios de 2015, Thomas Piketty, autor del famoso libro El capital en el siglo XXI, pasó por Buenos Aires. Además de presentar su obra, se tomó un tiempo para reunirse con la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner y también para compartir un almuerzo con Axel Kicillof y Alejandro Vanoli.

Consultado sobre el estado de la desigualdad en el mundo, Piketty cargó contra el enemigo de moda de nuestra época: los paraísos fiscales, esos “países que roban las bases tributarias de sus vecinos”. Continuar leyendo

El populismo siempre termina mal

Recientemente se dieron a conocer los resultados de una encuesta que determinó que “siete de cada diez personas responsabilizan al Gobierno anterior por los problemas actuales”. Según el sondeo, el 68,3% de los encuestados atribuyó al Gobierno de Cristina Fernández los padecimientos económicos de hoy, mientras que el 19,5% asignó responsabilidad a la administración de Mauricio Macri y otro 10,1% consideró que la responsabilidad era compartida.

Entre los problemas actuales, podemos señalar la aceleración de la inflación, la suba del precio del dólar oficial, la caída del salario real y un muy posible escenario de recesión en el primer semestre con un incremento del nivel de pobreza. Evidentemente, la situación no es nada confortable. Sin embargo, los resultados de la encuesta deberían alegrarnos. Lo que indican es que el relato k va perdiendo combustible a medida que pasan los días. Esto significa que la realidad comienza a ser comprendida por un número cada vez mayor de personas.

¿De qué se trata esa realidad? Como hemos dicho en otras oportunidades, si una persona llega a la casa que alquiló para las vacaciones y a la semana se encuentra con que la bomba de agua se rompió, los tapones saltaron tres veces y la humedad está comiéndose las paredes, difícilmente pueda pensarse que el culpable de todos estos padecimientos sea el nuevo inquilino. Continuar leyendo

Ñoquilandia

El que encendió la mecha fue el ministro Alfonso Prat-Gay, quien, en ocasión de su presentación de las metas fiscales y de inflación, se refirió al derroche del gasto público como la “grasa de la militancia”. El comentario hacía referencia a la cantidad de empleados que consiguieron su puesto en el Estado producto de sus vínculos políticos, en lugar de hacerlo por su capacidad técnica o por una verdadera necesidad de mayor personal.

El debate que siguió se centró en la cantidad de empleados “ñoquis” que, según un estudio de la consultora KPMG, se ubica entre 200 mil y 250 mil personas. Se suele llamar ñoqui al empleado que, sin función aparente, todos los días 29 pasa a retirar su cheque pagado por alguna dependencia u organismo estatal.

En aras de ordenar este derroche, el Gobierno comenzó a revisar todos los contratos de los últimos tres años. Para el ministro de Modernización, los despedidos ascienden a seis mil. Otras informaciones, sin embargo, ubican el número de despidos en 25 mil, si se suman empleados municipales y provinciales.

La cifra no debería generar alarma. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el Estado nacional, provincial y municipal hay 1,7 millones de empleados en relación de dependencia. Si a esto se añaden los contratados y quienes gozan de menor formalidad laboral, la cifra se aproxima a los cuatro millones. Es decir, la reducción de plantilla, tomando la cifra más elevada, es de solamente el 0,6% del total y del 10% de los supuestos ñoquis que cobran del Estado. Continuar leyendo

En defensa de Easy Taxi

“Aunque se asocia el liberalismo con la defensa de los intereses empresariales, lo cierto es que el liberalismo termina enemistándose con casi todos los empresarios, porque tarde o temprano estos terminan perdiendo sus ventajas competitivas frente a otras compañías”. La frase anterior no es mía, sino que corresponde al economista español Juan Ramón Rallo e ilustra a la perfección la temática de lo que queremos expresar hoy.

Ya pasaron unos cuantos años desde que Joseph Schumpeter, economista oriundo de Austria, popularizara su concepto de la destrucción creativa como proceso inherente al capitalismo. La destrucción creativa no es, ni más ni menos, que el proceso por el cual los empresarios van encontrando mejores formas de hacer las cosas para satisfacer las necesidades siempre cambiantes de los consumidores.

La innovación tecnológica juega un rol clave en este asunto, ya que logra reducir los costos de manera considerable, brindándonos servicios de una calidad cada vez mayor. Los aparentes problemas de esta irrupción no son tales, ya que luego de décadas de revolución tecnológica tanto el empleo como el nivel de vida han ido aumentando.

Sin embargo, las nuevas tecnologías, así como cualquier negocio innovador, sí perjudican directamente a todos los que ahora tienen que competir directamente con dicha innovación. Continuar leyendo

El mercado celebra el fin del kirchnerismo

Los resultados de las elecciones del pasado domingo fueron sorprendentes. En la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, politóloga de la Universidad Católica Argentina y vicejefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, derrotó al experimentado jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en la contienda para ver quién se quedaba con la Gobernación. Luego de 28 años, la administración de la provincia más importante del país no estará en manos del Partido Justicialista.

En el plano nacional, si bien se esperaba una amplia victoria del oficialismo e incluso el cierre del proceso electoral en la primera vuelta, Daniel Scioli sólo pudo imponerse por 2,5 puntos porcentuales por encima de Mauricio Macri, por lo que dejó abierta la posibilidad de que el 22 de noviembre el candidato de Cambiemos se convierta en presidente de Argentina.

Este nuevo escenario no fue indiferente para los mercados. Hasta el jueves pasado, la Bolsa porteña había subido un asombroso 7,7%, con aumentos de algunas acciones que superaron el 30 por ciento. Por otro lado, el dólar blue cayó 24 centavos el día después de la elección y se mantuvo en esos niveles durante toda la semana.

El riesgo país, un indicador del riesgo que implica prestarle dinero al Gobierno argentino, también cayó con fuerza (más de cincuenta puntos) y quedó por primera vez desde principios de 2011 por debajo de los quinientos puntos. Continuar leyendo

Facebook y Twitter contra las creencias argentinas

Hace poco se conoció un estudio que revelaba la opinión que los argentinos tienen, en promedio, acerca de los compatriotas más ricos de la sociedad. Los resultados fueron alarmantes. Más del 40% de los encuestados respondió que para ser rico hay que ser corrupto o bien haber heredado la fortuna familiar.

Por el contrario, solamente el 16% indicó que la mayor fortuna dependía de la mejor educación y únicamente el 13% afirmó que ser más rico tiene relación directa con el esfuerzo personal.

La respuesta de la corrupción se entiende en un país como el nuestro. Gran parte de la dirigencia política combina, por un lado, un enorme patrimonio y, por el otro, cantidades industriales de denuncias de corrupción y enriquecimiento ilícito. Además, es innegable que existe un entramado empresarial que se enriquece gracias a licitaciones poco transparentes y los contratos amigos, lo que contribuye a la malversación de los fondos que el Gobierno toma de los contribuyentes.

En tanto, la percepción acerca de que la herencia es una de las principales fuentes de la riqueza es una mirada con amplio consenso no sólo en nuestro país, sino también en muchos ámbitos académicos a nivel mundial. El francés Thomas Piketty, de hecho, sostiene que vivimos en un mundo cada vez más desigual en el que los ricos se vuelven cada vez más ricos, ya que al ser poseedores de capital pueden invertirlo a una tasa de retorno superior a la del crecimiento de la economía. En este marco, la herencia de ese capital se convierte en una ventaja fundamental en el inicio de la “carrera” hacia la riqueza y el bienestar, lo que genera desigualdad entre los distintos competidores. Continuar leyendo

Nepotismo: ni para todos ni para todas

En la semana que pasó, se volvió viral el caso de Delfina, la hija del ministro de Defensa Agustín Rossi, quien, con solo 26 años y una escasa experiencia laboral, fue designada directora del Banco Nación. El Nación es el banco estatal más importante del país y, al cierre del año pasado, administraba activos por 380.881 millones de pesos, un monto superior al total de las reservas del Banco Central.

Uno pensaría que para ser miembro del directorio de un banco, nada menos que la posición de mayor responsabilidad dentro de la institución, no solamente hace falta haber estudiado, sino también contar con experiencia en el sector. Por ejemplo, en la misma página web del Nación puede verse un espacio donde jóvenes estudiantes y jóvenes graduados pueden dejar su CV para comenzar su carrera laboral en la entidad. Y de eso se trata, de comenzar la carrera, desde los puestos de menor jerarquía hacia los de mayor jerarquía, de manera de ir conociendo no solo el funcionamiento del banco, sino también las características de la industria, los clientes, etcétera.

Pero nada de eso sucedió en el caso de la hija de Rossi. El expediente, tal como explicó Aníbal Fernández, llegó al escritorio del jefe de gabinete y este lo firmó “con mucho orgullo”. Continuar leyendo