El ejemplo del padre Lucho

Jesús Cariglino

El padre Lucho es un tipo muy humilde, como debe ser un religioso, pero además está muy involucrado con los problemas de la sociedad. En el lugar en donde predica, come, duerme y vive, la localidad de Pablo Nogués.

En una de las tantas charlas que hemos tenido me ha dicho que su intención era “escrachar” con los feligreses las casas donde se venden drogas que “arruinan a la juventud”.

Él sabe que nosotros desde el municipio llevamos una batalla sin fin contra el flagelo del narcotráfico, ya que hemos puesto buzones para que los vecinos, anónimamente, denuncien los lugares de expendio de estupefacientes, y, una vez constatado que efectivamente en el lugar se lleva adelante esa modalidad delictiva, iniciamos un expediente que lleva mi firma y se eleva a la Justicia y a las autoridades policiales.

Ayer, finalmente, el padre Luis Luna, así es su verdadero nombre, peregrinó junto a sus fieles y aprovechó para “escrachar” las casas denunciadas en las que se venden drogas a niños y jóvenes.

No es la primera medida que Lucho toma contra la venta de drogas. Muchas veces se lo ve charlando en la calle con chicos, advirtiéndoles sobre los peligros que conlleva el uso de narcóticos y mucho más si se los utiliza para vender drogas.

De la marcha participó el especialista en adicciones Claudio Izaguirre, que se desempeña en Malvinas Argentinas dirigiendo programas de rehabilitación y contención de adictos. Él indicó que el padre Lucho tiene una postura hostil contra los vendedores de drogas y una actitud paternal, contenedora y rehabilitante con los niños y jóvenes que la consumen.

Mi lucha es permanente: no queremos que las nuevas generaciones se vean condenadas a vivir bajo el poder de la droga y el narcotráfico. Es una pelea que estamos dando y estoy dispuesto a dar por el resto de mi vida.

Nuestro futuro depende de generaciones sanas, nuestro país no resiste más esta situación.

Desde el Estado deberían existir políticas concretas con respecto al tema, que, como evidentemente no lo consideran dentro de “su mundo ideal”, no está entre los problemas a enfrentar.