Reforma del CBC y crisis institucional de la UBA

Jonathan Gueler

El proyecto de reforma presentado por los estudiantes

En agosto del año pasado, los consejeros superiores de La Mella presentamos un proyecto por el acceso y la permanencia en la Universidad de Buenos Aires.

Este se enfocó en el Ciclo Básico Común, que se ha establecido hace ya 30 años y requiere de manera urgente una reforma.

El CBC es hoy la unidad académica más grande de la Universidad de Buenos Aires, contando con casi un cuarto de los estudiantes que forman parte de esta casa de estudios. Asimismo, es el CBC el que cuenta con los mayores índices de deserción, oscilando entre un 50% y 60% en el primer año. A la vez, aproximadamente el 80% de los estudiantes no logra completar este ciclo en un año. Vemos así cómo el acceso irrestricto constituye una condición necesaria aunque no suficiente para contar con una universidad verdaderamente masiva.

Por eso entendemos que debe eliminarse la llamada correlatividad “en bloque”. Este sistema impide que los estudiantes accedan a cursar materias de primer año de las carreras hasta tanto aprueben todas las materias del CBC. Esto no sigue ningún criterio pedagógico ni académico, sino que constituye una traba estrictamente burocrática que hace que haya estudiantes que deban permanecer seis meses o un año cursando tan solo una materia. Esa situación de frustración lleva a que muchos terminen abandonando la universidad. Creemos por eso que la contraposición de “Excelencia vs. Masividad” constituye en realidad un falso debate, que en realidad pretende mantener un statu quo en el que muchos estudiantes terminan siendo expulsados de la universidad.

Frente a esto proponemos que la correlatividad sea “por contenidos”, permitiendo que por ejemplo un alumno que en el CBC aprobó Principios Generales del Derecho Latinoamericano pero adeuda Introducción al Pensamiento Científico, pueda empezar a cursar en la Facultad de Derecho las materias de primer año de Abogacía.

Otro aspecto importante que propusimos es el de la implementación de un programa de tutorías en el cual los estudiantes avanzados, siendo debidamente remunerados por su tarea, puedan dar apoyo a los aquellos que dan sus primeros pasos en la universidad. Hay experiencias de este tipo muy auspiciosas, como la realizada en la Facultad de Ciencias Exactas.

Asimismo, entendemos que las condiciones de cursada son centrales en esta discusión, por lo que propusimos la instalación de comedores universitarios que permitan a los estudiantes -el 56% somos además trabajadores- poder comer en la facultad con menúes al costo sin que esto implique un gasto que les impida continuar sus estudios. En el mismo sentido está la discusión por la implementación de un Boleto Educativo, que consideramos de gran relevancia.

El rector Alberto Barbieri dio muestras de querer avanzar en una reforma del CBC aunque de espaldas a la comunidad universitaria, sin presentar cuál es en realidad su proyecto.

La crisis institucional de la UBA

Resulta por demás interesante el contexto en el cual se desarrolla este debate, que es el de una verdadera crisis institucional en la UBA.

La reciente renuncia del vicerrector Darío Richarte, ex nº 2 de la SIDE abrió una grieta en el bloque de conducción de la UBA, que continuó con la renuncia del ahora ex decano de Económicas, José Luis Giusti.

Giusti ha sido denunciado en distintos medios periodísticos por sus supuestas vinculaciones con la droguería que provee a los hospitales universitarios Clínicas y Roffo, además de contar con un patrimonio que sería incompatible con sus ingresos como funcionario de la UBA. 

Las denuncias periodísticas apuntan también a otros funcionarios de alto rango, como el Secretario de Hacienda y presidente de la UCR CABA, Emiliano Yacobitti y hasta al propio rector Alberto Barbieri, quienes deben dar explicaciones por estas acusaciones, que de comprobarse implicarían un agravamiento casi sin precedentes de la crisis que hoy atraviesa nuestra universidad.

El debate por esta reforma del CBC expresa modelos opuestos de universidad, encontrándonos a los estudiantes nuevamente defendiendo a la educación pública y al acceso irrestricto.

El problema de fondo sigue siendo la discusión de quiénes gobiernan la universidad. Este verdadero escándalo deja aún más claro que de continuar este régimen en el cual unos pocos profesores definen los rumbos de la UBA, la universidad va a seguir siendo noticia por estos hechos lamentables. Es hora de conquistar la democracia en la UBA.