Michoacán y Vietnam

Yo no sé si el gobierno federal tiene una respuesta al desastre de Michoacán. Más aún, no sé si exista tal respuesta. Por mi parte me parece prudente en este momento no lanzar propuestas u ocurrencias simplistas, superficiales, o envenenadas. Sí creo, sin embargo, que para llegar a una respuesta es preciso contestar a una serie de preguntas que, por ahora, dan la impresión de permanecer sin contestación. Las dividiría en cuatro grupos.

La primera: ¿de qué viven de verdad y en qué proporción las agrupaciones del crimen organizado en esa zona de Michoacán? Zetas, La Familia y Los Caballeros Templarios ¿hoy y ayer se alimentan del negocio de la marihuana y la amapola, o de los laboratorios de metanfetaminas, o de la extorsión a pequeñas y gigantescas empresas comerciales, mineras y siderúrgicas, o del secuestro, o all of the above? Y en este último caso ¿cómo reparten su tiempo y sus ganancias entre todas estas actividades? No da lo mismo, ya que no hay solución al problema sin saber cuál es el problema.

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Siria: policía y rayas rojas

En la crisis de Siria están involucrados varios elementos y, obviamente, permanece incierto el desenlace. Pero podemos adelantar un par de consideraciones, una de principio y otra de índole geopolítica, que hace de este nuevo conflicto en Medio Oriente un auténtico laboratorio de evoluciones futuras.

Por lo menos desde el Tratado de Versalles y la creación de la Sociedad de Naciones, se sabe que no hay ni derecho ni sistema jurídico internacional sin algún tipo de policía, también internacional. La decisión del Senado de Estados Unidos de no permitir el ingreso de Washington a la organización basada en Ginebra la condenó a la irrelevancia, pero su estructura tampoco hubiera permitido un funcionamiento eficaz, ya que carecía de elementos disuasivos contra los violadores del derecho internacional. Por ese motivo, cuando se crea la ONU en 1945, se establece el Consejo de Seguridad, compuesto por cinco miembros permanentes con derecho de veto -los ganadores de la guerra- y un número que ha ido variando de no permanentes, para en su caso ordenar el uso de la fuerza cuando se ven amenazadas la paz y la seguridad o se violan normas jurídicas convenidas en algún momento. El Consejo es la policía.

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La calle

¿Qué hacer con la calle? Para un gobierno democrático es un problema. Por un lado se parte del principio que la democracia representativa implica una garantía de autonomía frente a presiones populares en el campo, en la ciudad, estudiantiles, de minorías vociferantes que se sienten excluidas, etcétera. Por otro lado, se supone que las manifestaciones, las protestas, el descontento que por una razón u otra no puede reflejarse en una coyuntura determinada en el parlamento o su equivalente deben encontrar algún eco, para que los sectores descontentos sientan que su malestar es tomado en cuenta. En días recientes vimos varias expresiones de esta contradicción, todas ellas diferentes y a la vez parecidas. En tres de los cuatro casos que voy a mencionar la contradicción ha sido relativamente bien resuelta.

La primera fue la reacción de la Cámara de los Comunes en Inglaterra ante la solicitud del primer ministro Cameron de acompañar a Estados Unidos, a Francia y a otros países de la OTAN en una acción militar contra el régimen de Al Assad en Siria. Después de un largo debate, Cameron, que dispone de una mayoría en el Parlamento, vio rechazada su solicitud. Hará lo que cualquier gobierno democrático: aceptar su derrota, reagrupar fuerzas, buscar cambiar la correlación de fuerzas y volver a la carga. Tomando en cuenta las dudas esgrimidas por los parlamentarios escépticos.

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Lo bailado con Francia…

El lunes 15 de mayo Enrique Peña Nieto instaló en Palacio Nacional el Consejo Estratégico Franco-Mexicano que buscará coadyuvar, primero, a colocar de nuevo las relaciones entre México y Francia al nivel existente antes del affaire Cassez, y luego intentar llevarlas a las alturas que el potencial y la historia permiten y exigen. Peña Nieto y José Antonio Meade, secretario de Relaciones, me designaron presidente del Capítulo Mexicano de dicho consejo, a la par de Philippe Faure, presidente del Capítulo Francés. Ya se ha informado en las páginas noticiosas sobre los objetivos de este consejo, así como de quienes lo integran por el lado mexicano y por el lado francés: empresarios, intelectuales, políticos, hombres y mujeres de las letras y las artes. Quisiera dedicar este espacio para explicar a mis escasos pero fieles lectores los motivos que me llevaron a desempeñar esta función, y a describir su naturaleza.

Para empezar, como lo señaló el comunicado emitido por la SRE el 9 de junio, y como lo dijo el mismo Peña Nieto en su intervención este lunes, se trata de un cargo pro bono u honorario, es decir, sin remuneración alguna por parte de México o de Francia. En segundo lugar, es un cargo sin prestaciones, y sin financiamiento de gastos por los gobiernos de México y Francia. Éste fue el caso también del llamado Grupo de Alto Nivel que se creó a principios del sexenio anterior y que se desempeñó con éxito hasta que sucediera la debacle Cassez. No tengo nada en contra de ejercer cargos remunerados y con prestaciones en el sector público; lo he hecho y no me haría de la boca chica si surgiera una nueva oportunidad de hacerlo. Pero en esta ocasión no es el caso.

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Snowden: nadie come lumbre

El tragicómico episodio del vuelo presidencial boliviano entre Moscú y La Paz encierra, como buena novela de espionaje, todo tipo de enigmas, engaños, excesos y connotaciones. Seguramente, en los próximos días nos enteraremos de una de parte los chismes pertinentes y otros permanecerán en el misterio. Por lo pronto podemos utilizar el incidente -grave por la resonancia y, como hubiera dicho una tía de Héctor Aguilar Camín, ”el retintín’’ europeo frente a los países tropicales- pero también envuelto en lo que en algunos momentos parece ser una comedia de mayor o menor mal gusto. Como todo es especulación, conviene proceder por preguntas sin respuestas.

Para empezar, ¿por qué uno de los gobiernos más pobres de América Latina tiene un avión presidencial Dassault Falcon 900 de fabricación francesa con autonomía de vuelo de 7,400 kilómetros? Uno puede legítimamente preguntarse si un país que padece el atraso de Bolivia debe enviar a su presidente a decenas de miles de kilómetros de distancia a una conferencia, por importante que sea, en avión privado. De haber viajado en avión de línea, nada de esto le hubiera sucedido a Evo.

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