Más vale tarde que nunca

En este 2014, los legisladores van a tratar de lograr lo que debieron hacer en el 2009: una reforma migratoria que legalice a la mayoría de los 11 millones de indocumentados. Lo sé: parece el cuento del lobo feroz que nunca viene. Pero si recordamos correctamente, al final del cuento el lobo llega. Espero que lo mismo ocurra con la reforma. No deja de sorprenderme el optimismo de los inmigrantes sin documentos y, particularmente, el de los “Dreamers”. No importa cuántas veces los políticos digan que no, ellos siguen insistiendo. Reconozcámoslo: quienes han mantenido vivo este movimiento son los Dreamers, esos valientes jóvenes – llegados ilegalmente de niños a este país – que se meten en las oficinas de los congresistas, se hacen arrestar y no paran sus campañas por la Internet. Ellos son los verdaderos héroes de los inmigrantes. Continuar leyendo

Vender el alma al diablo

Estábamos a punto de grabar un programa especial de televisión sobre la reforma migratoria y no podíamos empezar porque el senador Chuck Schumer de Nueva York no apagaba el celular. Pero ninguno de los otros tres senadores que lo acompañaban –Bob Menendez de Nueva Jersey, Dick Durbin de Illinois y Michael Bennet de Colorado– se atrevían a interrumpirlo.

Yo tampoco. Schumer estaba contando por teléfono el número de senadores que apoyarían una nueva enmienda para militarizar la frontera de Estados Unidos con México y el asunto era demasiado importante como para pedirle que terminara. Cuando por fin lo hizo, nos enteramos de la negociación que había ocurrido a puertas cerradas.

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