Los muertos de Nicolás Maduro

Venezuela es más violenta que Irak: eso es lo que dicen los datos. Chavistas, maduristas y su ejército de troles en la internet aseguran que esas cifras son invenciones de pitiyanquis y lacayos del imperio. Pero no lo son. Es la triste realidad que se vive en Venezuela. Y las cosas están empeorando con Nicolás Maduro al frente del gobierno.

El brutal asesinato de la ex Miss Venezuela, Mónica Spear, ha hecho que fijemos nuestra mirada en uno de los países más violentos del mundo. La última vez que el planeta se fijo colectivamente en Venezuela fue tras la muerte en marzo del comandante Hugo Chávez. Pero en esta ocasión, la muerte de Spear no estaba anunciada.

Spear, de 29 años, una estrella de de telenovelas, vacacionaba en Venezuela con su ex esposo, Thomas Berry, y su hija de 5 años, Maya, cuando su automóvil se descompuso cerca de Valencia la noche del 6 de enero. La pareja hacia señales a un camión de remolque que pasaba cuando cinco hombres armados se acercaron y empezaron a disparar. Spear y Berry se encerraron rápidamente en su auto con Maya, que estaba dormida, pero las balas perforaron el vehículo, matando a Spear y Berry e hiriendo a la niña.

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Si Bill Clinton fuera presidente

Bill Clinton tiene un problema: todo el mundo le quiere hablar de su esposa. Y la pregunta es la misma: ¿se va a lanzar Hillary a la presidencia de Estados Unidos en el 2016? Pero él tiene la misma respuesta para todos: “No lo sé”. Bill Clinton no es hombre de pocas palabras. Añadió: “Ella cree, al igual que yo, que hacer una campaña electoral durante cuatro años es un grave error. Hasta hay periódicos que tienen reporteros asignados a cubrir una campaña que no existe y, por lo tanto, inventan cosas”.

Sería fácil terminar con todos esos rumores. Bastaría que ella dijera que no quiere ser la primera presidenta de Estados Unidos. Pero la realidad es que no lo ha dicho. Es más, al igual que lo hicieron Barack Obama y John F. Kennedy durante sus candidaturas presidenciales, Hillary está terminando un libro que será publicado antes de las elecciones.

La realidad es que Hillary no está hablando, pero Bill sí. La mañana que lo entrevisté en su casa al norte de Nueva York, el ex presidente estaba de buenas y con ganas de conversar. Ya no tenía esas enormes ojeras que le vi una tarde en la Casa Blanca y ha corregido su vieja costumbre de llegar unos minutos tarde. Se hizo vegetariano desde el 2010 y se nota; ha perdido varias libras y ganado energía. Ve a los ojos, saluda con mano fuerte y casi siempre tiene algo inteligente o ingenioso que decirte.

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Miss Universo al rescate

¡Ganamos!”, oía el grito por el celular. “¡GANAMOS!”, repetía. El grito era tan potente que lo escuchaba a través del celular de otra persona, no el mío. Era una venezolana que celebraba el triunfo de su compatriota, Gabriela Isler, en el concurso Miss Universo.

En Twitter la celebración de los venezolanos parecía una fiesta. Como si se tratara de una hermana suya. Me pareció una exageración, un festejo desproporcionado. Pero era, en realidad, la primera buena noticia para los venezolanos en mucho tiempo.

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Surfear a los 55

El instructor no sabía lo que yo estaba haciendo ahí. Había llevado a mis hijos a surfear, pero yo también quería aprender cómo pararme en una tabla y dejarme llevar por las olas. Todo es parte de un plan personal para no dejarme rebasar por el futuro. De lo que se trata es de no terminar como una cámara Polaroid: inservible y recordando que el pasado color sepia fue mejor.

Me dieron una tabla de casi el doble de mi estatura y me pusieron a practicar en la arena. Playa Tamarindo es espectacular, con atardeceres como para no cerrar nunca los ojos y un mar fogoso. Finalmente dejé los juegos en la arena y no tarde en enterarme de que el Pacífico nada tiene de pacífico. Sobra decir que descubrí que cuando te revientan en la espalda olas de 2 y 3 metros de altura, más que surfear lo mío era el buceo.

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Snowden: ¿traidor o no?

Claro, nadie quiere otro atentado como el del 11 de septiembre de 2001. Nadie. Salvo al-Qaeda y otros grupos terroristas. Las encuestas son inequívocas; los estadounidenses quieren que su gobierno haga todo lo que sea necesario para evitar otro ataque terrorista como el que costó la vida a casi 3 mil personas en 2001. Pero una cosa es esperar que tu gobierno te proteja de ataques del exterior y otra, muy distinta, es que se utilice esto como excusa para espiar tus correos electrónicos y tus llamadas telefónicas.

El programa de espionaje del gobierno de Estados Unidos -que reveló Edward Snowden, el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, en sus siglas en inglés), al diario británico The Guardian- es mucho más extenso de lo que se pensó originalmente.

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