El último bochorno del PRO

El apuro de Mauricio Macri por sacarse una foto con un subte renovado y así fortalecer su alicaída campaña presidencial le está costando muy caro a los porteños. En abril de 2014 el PRO había prometido que para febrero de este año los vagones de la línea B serían reemplazados por modernas formaciones adquiridas al metro de Madrid. Los trenes no eran cero kilómetro, sino usados, pero sostenían que de esta manera la renovación iba a ser más rápida y menos costosa. Transcurridos ya seis meses de 2015, ninguna de las dos premisas se concretó. Los porteños pasaremos el verano sin los coches con aire acondicionado, que quedaron postergados para marzo del año próximo.

El jefe de gobierno había anunciado con bombos y platillos que los nuevos vagones (CAF 6000), supuesta joya comprada a los españoles, iban a estar en funcionamiento en marzo de 2015. Para ello, claro, invirtió millones de pesos en reformas y cerró la red durante los fines de semana, porque las nuevas máquinas no eran adaptables a nuestra red. Continuar leyendo