La enseñanza del caso Nisman

Hay dos aspectos importantes que pueden extraerse de la muerte del fiscal Nisman: la incapacidad del Gobierno para proteger la vida de los ciudadanos, en especial la de un fiscal que debió estar fuertemente protegido dado que se hallaba en una instancia extraordinaria. Y por otro, la demora en la interpretación de lo sucedido por parte de la Presidente de la Nación, que además de tardía resultó contradictoria y confusa.

Quedó de manifiesto la incapacidad o la desidia al no haber protegido al Fiscal, más en  momentos previos a su exposición ante el Congreso de la Nación. El comportamiento de la custodia del fiscal es altamente cuestionable.  Uno se pregunta sobre la idoneidad de todos los servicios de inteligencia de la diversas fuerzas que el Gobierno controla.  Todo esto habla de la incapacidad de esta administración para cumplir con la función más elemental que el contrato social le asigna: garantizar la vida de los ciudadanos. Que se haya cometido un magnicidio sobre el que el gobierno no tiene ni idea aún es de una gravedad institucional que no podemos ponderar en su verdadera magnitud.

Tengan en cuenta que esta reflexión esta basada en la hipótesis más benévola para el Gobierno. Simplemente me niego a pensar que sectores del kichnerismo hayan estado detrás de eso aunque no llegar a la verdad dará bases firmas a este terrible hipótesis. 

A su vez, descreo de la iniciativa que el oficialismo lleva adelante en el Congreso en relación a crear una nueva agencia de inteligencia. Da la impresión de ser una nueva improvisación a las que nos tienen acostumbrado y que salvo algo cosmético, no termina cambiando absolutamente nada. Esta es una tarea que merece un profundo debate y consenso y debe ampliarse al conjunto de organismos de seguridad federales.

El Gobierno no parece estar interesado en este enfoque y pretende sancionar “su reforma”. Por lo tanto, será tarea del próximo encontrar una solución. Este debate profundo y el posterior proceso de cambios es responsabilidad de todas las fuerzas políticas que pretenden ser alternativas para gobernar. La verdadera reforma de las fuerzas federales de seguridad y los servicios de informaciones es una tarea urgente, quizás la primera de una verdadera política de Estado que debemos asumir las fuerzas democráticas de nuestro país.

Finalmente. hay una enseñanza del caso Nisman: el coraje y valor de un hombre para investigar el corazón del poder justamente en el caso más enigmático y grave de los últimos años: el atentado de la AMIA. Vaya su vida de ejemplo y bandera para los fiscales y jueces que hoy tienen la responsabilidad de esclarecer numerosos casos de los cuales el pueblo argentino espera conocer la verdad. Esperemos que se conozca.

Crónica de un final anunciado

La Justicia declaró la inconstitucionalidad del Memorándum de Entendimiento firmado con la República Islámica de Irán, en el cual se establecía una comisión de notables y permitía que pudieran ser interrogados en ese país los ciudadanos iraníes imputados por su presunta responsabilidad en el atentado a la AMIA.

Además de ser un fallo razonable y esperable, es una reivindicación para todas esas voces que alertaron sobre la inconveniencia e inconstitucionalidad de este acuerdo. Desde la oposición y en reiteradas oportunidades, advertimos que esto iba a suceder y que era un mal paso para nuestro país pero como dice el refrán, no hay peor sordo que el que no quiere oír.

En una de las asambleas de las Naciones Unidas apenas asumido su primer mandato, la Presidenta pidió a Irán que respete la Justicia Argentina y ponga a disposición a los funcionarios sospechosos. Fue una posición firme y correcta, luego desautorizada por la promoción del acuerdo y su posterior aprobación en el Congreso.  Anticipamos que el  mismo no tendría ningún efecto favorable en la causa y que tampoco contaba con el consenso necesario, así lo hicieron saber distintos representantes de la comunidad judía.

Desde nuestro espacio fuimos claros al rechazar el memorándum y sobraban los argumentos: daba marcha atrás a todo un proceso judicial, creaba una comisión fuera de lo que correspondía y por sobre todas las cosas, proponía acordar con los propios acusados y eso no era un camino viable, menos siendo funcionarios del gobierno.

Meses atrás en el Congreso de la Nación realizamos una audiencia pública para promover la derogación del acuerdo con Irán. Legisladores, juristas, especialistas y referentes de la comunidad judía expresamos nuestras posturas y solicitamos que se adoptara esa medida. La costumbre del oficialismo de imponer la mayoría sin escuchar hizo que finalmente fuera la  Justicia quien nos diera la razón. Finalmente, y como fueron las Cámaras las que votaron el acuerdo, deben ser ellas quienes corrijan lo actuado. Espero que así lo entiendan los legisladores que lo aprobaron y avancemos con la derogación.