Venezuela, moneda de cambio entre USA y Cuba

Sin dudas la próxima cumbre de la OEA en Panamá estará centrada en las relaciones entre el régimen de la Habana y Washington. Todo se resume a una foto entre Raúl Castro y Barack Obama. El momento es apropiado para mostrar al resto de los espectadores si las conversaciones van por buen camino o navegan rumbo al naufragio. De esto además se deriva el destino de Venezuela, hoy moneda de cambio de los hermanos Castro en esta negociación. Nicolás Maduro ha quedado fuera del baile y a esta altura tendrá un ejercito de chavistas revisando segundo a segundo twitter por si le llega la mala noticia “Oye, Raúl nos soltó la mano, se hizo la foto con Obama”.

Encauzar a Venezuela por la vía democrática es posiblemente uno de los primeros pedidos de la administración norteamericana que para adicionar mayor dramatismo e importancia al hecho, ha enlistado recientemente a Venezuela como un país que pone en peligro la seguridad nacional. Entregar a Caracas, con militares, narcos y corruptos incluidos, representa una pérdida para Raúl pero éste sabe que la economía venezolana no da para más. Esta pérdida es recompensada por una ganancia mayor y, principal objetivo, el mercado norteamericano – “un solo turista yanqui nos da más dinero que 10 venezolanos raspando el cupo” – parece decir Raúl a sus adentros.

¿Qué probabilidades existen de que surja esta foto? Muy altas, pues caso contrario sería una burla y revés para la administración de Obama. Sólo la torpeza de Raúl puede impedir esa foto. Esto sellará la suerte del régimen castrista, clausurando la única puerta de escapatoria que han tenido y tendrán en los próximos 10 años; será el fin y estarán posiblemente vivos para verlo.

El lazo de la muerte de los Castro

Cuba va barranca abajo y sin freno, y sostenidos de Maduro caerán en el precipicio. La dependencia entre ambos es de vida o muerte. Aun con todo el esfuerzo que hagan en Unasur, los pataleos de cuanto populista llegó al poder gracias al petróleo venezolano y la maquinaria perversa de los Castro, esa es la situación real y actual, crisis total y absoluta. No es solo una crisis económica: los castristas y el chavistas están totalmente desmoralizados. ¿Por qué todo esto? Porque “el sistema no funciona ni para nosotros mismos”, según palabras del ejecutor principal de este engendro, Fidel Castro.

Como el sistema no funciona, los Castro han elegido hace más de 20 años mirar al norte, la primer economía del mundo. Ellos aspiran, con el fin del embargo, a mantenerse cual garrapata, pues hay suficiente sangre que chupar. El proceso de “acercamiento” a los EEUU necesitó de un “lavado de cara” hacia el exterior donde la relación entre Lula y Obama era clave.

obama lula

Castro pide el fin del embargo y da a cambio su influencia en la ONU. Lula, ahora de la mano de Dilma, quiere para Brasil, una silla permanente en el consejo de seguridad de la ONU y da a cambio su influencia sobre Obama. Obama quiere quedar en la historia como el presidente que “liberó” a Cuba y da a cambio el fin del bloqueo. En ese circulo vicioso están hace varios años, destrabando, negociando, destrabando, negociando. El plan cumplía varios años hasta que tuvieron la mala suerte de que muriera quien financiaba esta locura, Chávez .

Con la muerte de Chávez, Lula y Castro debieron recurrir a un socotroco que fuera controlable, al menos por un tiempo. Pero el pueblo de Venezuela despertó, primero en las urnas apoyando a los opositores y restando legitimidad al régimen chavista. Luego pasaron meses hasta que en la calle, los estudiantes venezolanos y dos lideres indiscutibles de la resistencia, Leopoldo López y Maria Corina Machado, han puesto en jaque finalmente ese plan. El pueblo de Venezuela solo tiene que resistir, pues el tiempo esta a su favor.

Castro, Lula y Obama han encontrado increíblemente en Venezuela un escollo. El error ha sido de los comunistas de La Habana, quienes siendo los más debiles del grupo, se han creído los más fuertes, perdiendo un valioso tiempo imposible de recuperar. Hoy vemos sentados en la mesa venezolana a Brasil, pues la orden de “dialogar” vino de La Habana e Itamaraty. Es claro que quien necesita imperiosamente “dialogar” para enfriar el escenario y posponer la definitiva caída es Castro, Maduro y Lula en ese orden, pues Obama a esta altura debe estar pensando que le queda muy poco tiempo para quedar en la historia como el “presidente que terminó con el comunismo en Cuba”. Esa suerte le tocará al próximo, lo más probable, un Republicano.

 

Raúl Castro: “Suelta a Leopoldo o te entrego”

“Si los Castro entregaron al Che, como no van a entregar a Maduro” - cubanos anónimos

Los Castro no se han perpetuado en el poder de casualidad, sino gracias a su perversa astucia y su capacidad de dar el salto en el momento justo. La economía cubana está en crisis y con posibilidades de atravesar un nuevo “período especial”, las noticias que llegan desde Cuba son desesperantes. Si en Venezuela hay colas para muchos productos, en Cuba se hacen colas hasta para respirar. No sólo los opositores al régimen, sino también trabajadores por cuenta propia, profesionales, campesinos, amas de casa e incluso policías expresan que “esto no aguanta más”.

Pero ¿como es posible esta crisis, si recibe desde Venezuela suficientes recursos? La respuesta es la misma que en Venezuela, el socialismo del siglo XXI. No importan los millones que puedan llegar de regalo, el sistema no funciona ni para nosotros, según palabras del propio dictador. Entonces, ¿depende realmente el régimen de La Habana del petróleo venezolano para su salvación ? No del todo. La única salvación para el régimen es una “mutación económica”*, pero ésta solo es posible bajo la aceptación de la administración de Estados Unidos y el consiguiente levantamiento del embargo.

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Fidel llamó a Raúl: “Oye, chico, ¿tú eres bobo?”

Ante los ojos de los cubanos, con la aparición del “Período Especial”, que no fue otra cosa que el hambre repartida entre todos, algunos grupos de poder comandados por los militares comenzaron a adaptar las viejas empresas estatales a nuevas formas de gerenciamiento. Aparecieron grupos económicos dirigidos por los propios generales o en algunos casos discípulos civiles, que con anterioridad habían demostrado con palos y turbas su fidelidad al sistema.

Desde inicios de los 90 comenzó a gestarse esa separación entre los burócratas del comunismo más recalcitrante y los camajanes de verde olivo deseosos de vivir la buena vida sin tener que estar a escondidas. Ambos grupos estaban comandados por dos hermanos, de nombre Raúl y Fidel, que siempre fieles entre sí, debieron llegar a un pacto “tu coje pa allá y yo cojo pa acá, a ver a cuál nos sale mejor”. Raúl tomó el rumbo de la economía controlada y Fidel la batalla de ideas.

Entre esas dos visiones nos hemos comido los cubanos 20 años, tiempo suficiente para probar que ambos llegaron al mismo lugar, al descalabro total de la economía. Pero como buenos comunistas, ya cansados de culpar a otros, deben estar ahora mismo culpándose entre ellos. Claro está que esos 20 años no pasaron en vano, y hoy se mueven como vejestorios o marionetas de sus herederos. Raúl tiene sus herederos, los militares de verde; y Fidel tiene los suyos, los burócratas de traje. Integran estos grupos, como lideres agazapados sus respectivos hijos, los de Raúl de “carrera” y los de Fidel “a la carrera”.

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