Hacia un verdadero desarrollo social

Laura Rodríguez Machado

Fue muy oportuno por parte de Cambiemos, durante la campaña que nos dio la responsabilidad de gobernar esta querida Argentina, ser totalmente precisos en nuestras propuestas para aplicarlas, una vez asumidos los cargos, tal y como lo planteamos en aquel entonces, sabiendo de esa manera que contamos con el apoyo del pueblo argentino, que nos eligió exigiendo el cumplimiento de estas, para dejar así atrás un país arrasado en lo económico, vaciado en lo público y dividido en lo social.

De este modo, pasados apenas los primeros cuatro meses de un Gobierno aún joven, podemos decir con orgullo que estamos efectuando todo lo prometido paso a paso. Uno de los sectores más desfavorecidos de la última década fue el campo, el corazón productivo, que, aunque parezca mentira, dejó de ser rentable en la Argentina, al mismo tiempo que los precios internacionales fueron de los más altos de la historia.

Luego de medidas concretas tomadas por el presidente Mauricio Macri, como la salida del cepo cambiario, la supresión de los Registros de Operaciones de Exportación y la eliminación de las retenciones a todos los productos agrícolas, con excepción de la soja, a la cual se le redujo en cinco puntos, se sentaron las bases para el optimismo de los productores a la hora de tomar decisiones, lo cual comienza a hacerse notar y se verá reflejado con el paso de los meses.

Como consecuencia del cepo cambiario, la falta de dólares se convirtió en un verdadero problema desde hace algunos años, no sólo para una insatisfecha demanda minorista, sino además para una enorme cantidad de empresas e importadores que no pudieron cumplir con el pago de sus respectivas obligaciones al exterior. Desde este punto de vista, hay que destacar que ya se pueden vislumbrar grandes aumentos en el ritmo de liquidación de divisas por parte del complejo sojero. En las primeras trece semanas del año 2016, las liquidaciones ascendieron a 5.900 millones de dólares, frente a los 3.026 millones de dólares liquidados en el mismo período de 2015, lo que se traduce en un aumento del 95 por ciento. Estas enormes mejoras en el volumen de liquidación de divisas lograrán, a través de los meses, suplir de manera paulatina las necesidades de los productores, las empresas y de la población en general.

En el caso de maíz podemos observar que el año pasado su margen de rentabilidad era negativo; el productor esperaba por hectárea una pérdida de 92 dólares, mientras que, a la fecha, como consecuencia de esta nueva política agropecuaria, se espera un margen positivo de aproximadamente 510 dólares por hectárea. En el caso de la soja, la mejora es también sustancial; el año pasado el productor esperaba 188 dólares por hectárea, mientras que hoy se esperan unos 239 dólares por hectárea. Aislando los efectos positivos que tuvo la quita de retenciones en el sector del trigo, se ve que gracias a esta sola medida la rentabilidad aumentó en un 171%, por lo que su nueva situación es sumamente favorable.

La gran mejora en los márgenes de rentabilidad del trigo y el maíz impulsarán un incremento notable en el área sembrada de estos en la próxima campaña, en detrimento de la soja, lo que será de gran provecho para la sociedad en su conjunto en lo ambiental y en lo laboral. En el primer caso, favorecerá enormemente la rotación de cultivos, lo que será totalmente beneficioso para nuestros suelos y su sustentabilidad. Y desde el segundo punto, teniendo en cuenta que dichos cereales son los que más mano de obra precisan para su producción, podemos inducir la generación de un gran número de nuevos puestos de trabajo, los que se estiman en unos 75 mil a partir del empleo generado por hectárea por grano.

La inclusión social es una meta que buscamos todos los argentinos y en especial este Gobierno. Hay solamente una forma de alcanzarla de manera definitiva y es, aunque parezca redundante, con verdaderas políticas inclusivas. Esto significa simplemente que el Estado debe ser un aliado incondicional en busca del progreso de la gente, y no un freno a la realización de nuestros sueños de progreso. Por supuesto que las medidas sociales continúan y de hecho están siendo ampliadas para que se distribuyan con nuevos beneficios directos para más de diez millones de argentinos, pero la única manera de lograr un verdadero desarrollo social es mediante la creación de empleo genuino a través de una economía en expansión. Como vemos con estas alentadoras cifras que ya generan grandes esperanzas de crecimiento, estamos en el camino correcto.