Estamos inventando al “negro”

Estamos inventando al “Negro”, queremos tener terror. Argentina nunca tuvo problemas serios de discriminación racial. La canción Frutas Extrañas, de Billie Holiday, te cuenta sobre negros niños, mujeres y hombres, colgando de árboles en el Sur de Estados Unidos.

Siempre tuvimos excluidos y gente idiota que mira menos a alguien porque es pobre, del interior o de la villa. Pero tuvimos la suerte enorme de que esa tensión fue resuelta por Perón la noche de octubre en que inventó el peronismo. 

Después los peronistas en el gobierno hicieron mucho  mal. Pero el legado de Perón Juan Domingo fue ciudadanía para todos y todas.

Ahora estamos cocinando un problema gigante del que nadie habla en serio y que va a ser muy difícil de resolver, porque requiere de represión e inclusión al mismo tiempo, dos políticas que el Estado opera con lógicas opuestas.  Continuar leyendo

El día que Cavallo anunció el corralito, yo inventé los Fondos Buitre para Argentina

Llegué a la mañana a mi oficina de jefe de prensa del Ministerio de Economía y, de casualidad, miré la pila de diarios extranjeros. Arriba de todo estaba La Tercera de Chile, que llevaba en tapa un recuadro sobre el peligro de los Fondos Buitres. Le pedí a José Luis Gimenez, el secretario privado de Cavallo, que me consiguiera un minuto con el jefe, que justo estaba libre, mirando unas planillas. Le mostré el diario. Era el año 2001.

Un par de horas después, volví a reunirme con él para hablar sobre cómo comunicar el corralito. Sábado, al final del día estaba programado que hablara por cadena nacional haciendo el anuncio. Le sugerí que diera entrevistas a Clarín, La Nación, Página/12, Ámbito Financiero y El Cronista antes de su alocución. Me parecía clave aparecer con el mensaje claro en los diarios del domingo. Aceptó.

Desde el mediodía hasta el final de la tarde, Cavallo respondió preguntas en la mesa para ocho que fue de Sarmiento y que ahora está en el despacho del Ministro de Economía. Cada diario fue con cuatro periodistas, entre editores, columnistas y redactores de la sección económica.

Apenas empezó la primera entrevista, con Clarín, Cavallo me dijo que el esquema que había armado era malo y que había que suspender todo. Le pedí que siguiéramos y que, si salía mal, al otro día me echara. Cavallo siguió respondiendo preguntas, explicando punto por punto el porqué del corralito, comunicando su idea sobre qué había que hacer para salir de la crisis, sin decir que estábamos al borde del precipicio, consciente del eco que tiene la palabra de un ministro de Economía cuando el bote está movido.

Cuando me acuerdo de ese día pienso particularmente en Sergio Moreno, todavía vivo, vestido como un inglés, tuteando a Cavallo de una manera afectuosa pero nada convencido de todo lo que escuchaba.

Aquella jornada vi a Cavallo dar una lección privada sobre cómo trata un hombre de Estado con el periodismo.

Después de cinco o seis horas de entrevistas en continuado, empezó la charla con El Cronista, que un mes antes había dado la primicia de que el FMI no iba a darle prórroga a un vencimiento de mil doscientos millones de dólares que la Argentina debía pagar. Esa noticia había tenido un efecto negativo en los mercados.

Cavallo saludó con cordialidad a los periodistas y con un abrazo a su amigo Daniel Naszewski, después volvió a responder preguntas durante una hora, punto por punto, con contenido, sin tirar la pelota afuera.

Cuando la entrevista terminó, Cavallo se calentó estilo Cavallo y les dijo que lo de los mil doscientos millones había sido irresponsable y malo para el país. Hernán de Goñi, secretario de redacción de El Cronista, le dijo “Mingo, era una noticia”. Sentí que Hernán era muy considerado con él, y que entendía perfecto el lugar en el que estaba mi jefe. La discusión duró dos minutos. Cavallo dijo lo que tenía que decir, después de dar la entrevista y sabiendo que los periodistas están para dar noticias por más que al Poder le venga mal.

Un rato después empezamos a trabajar en el discurso para la cadena nacional, en el que Cavallo había trabajado desde muy temprano en su casa. “Me hiciste pasar un stress espantoso, en media hora tengo que hablar en cadena”, me dijo. Esa fue una de las dos o tres veces que se enojó conmigo, en cinco años en que trabajé cerca de él. Me puse solemne y le dije que le pedía disculpas. “Estás disculpado”, me dijo, y pasamos a otro tema.

Cavallo dijo en su discurso que existían Fondos Buitres con ganas de ganar plata con un default del país. A la noche, Lanata empezó su programa con un buitre al lado. La idea había prendido.

A la noche, volví caminando a mi casa, sintiendo poco las piernas. Cavallo me llamó por teléfono para decirme que hablar de los Fondos Buitres había estado muy bien porque el presidente De La Rúa y los otros que lo habían llamado para comentar el discurso habían mencionado ese tema. Me dio la impresión que no le había gustado retarme unas horas antes, y que me estaba llamando por si yo me había quedado preocupado.

El gobierno de la Alianza terminó mal en un país mucho más complicado que ahora, pero el ministro Kicillof tiene algo para aprender de cómo hicimos las cosas ese día. Cavallo se rompió el lomo para llevar certidumbre. El actual ministro hace lo contrario. Cavallo entendía que los periodistas están para preguntar, por más que sean un incordio. Kicillof los trata como enemigos.

Cavallo habló de los fondos buitres en cadena nacional porque había que alertar que el país corriera riesgos de default. Kicillof tiene que dejar de hablar de ellos, convertirlos en acreedores con menos plumas y garras, cerrar ese frente con poco ruido, sin épica.

Votar a Macri

Voy a votar a Mauricio Macri en las elecciones presidenciales porque el país no está yendo a ningún lado bueno y tengo ganas de que el peronismo suelte la manija a ver cómo resulta. El poder, que es el tema de todos los sistemas de gobierno, tiene en la argentina una versión gigante y fálica que palpita. El Estado es la mitad de la economía del país y desde la Casa Rosada se maneja más del 70 por ciento de esa plata. El peronismo vende capacidad para agarrar la sartén por el mango, para tomar decisiones sin temblar por el costo social, por tener el temple firme o la cara dura. Mientras, un tercio de los argentinos es pobre y los chicos salen de la escuela pública sin poder entender un texto simple o dividir por dos (soy un ejemplo de lo segundo).

Entonces, ¿para qué sirve tanto arrojo y capacidad de manejar el derpo si los resultados son tan malos y, a través de todas las clases sociales se escucha un lamento muy argentino que dice, que ulula, somos mucho menos de lo que podemos ser? Los peronistas tienen que largar un poco la manija, aunque también sean folclóricamente hermosos y heroicos de verdad. Eran peronistas los que ponían el cuerpo para que fuéramos una democracia. Bueno, pero ahora que larguen un poquito.

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La jugada que le queda al kirchnerismo

La mejor jugada posible para la Presidenta es adelantar las elecciones de octubre a mayo de 2015 y anunciar un paquete de medidas que se resumen en la palabra que todos sobrevuelan pero nadie dice: ajuste.

Los que saben coinciden en que con un ajuste milimétrico, en todos los frentes y  liderado de manera honesta, el país se ordena y vuelve a crecer en poco tiempo.

Pero el kirchnerismo no está dispuesto a hacer eso, porque en la lógica política básica no tiene  sentido hacer el trabajo sucio y que el beneficio se lo lleve el próximo.

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Hola Kissmelove

El día que te escracharon en el Buquebus yo hubiera saltado por vos. Posta.

La patota siempre es grasa, por más que yo esté del lado de ellos. Grasas del primero al último, volviendo de Uruguay de tomar fresco, fervientes de República porque les quedaba cómodo. Y vos con tu niño a upa.

Un día te vi pasar por Corrientes y Florida, con una bolsa de Zara (Zara es lo menos, de pilcha tenés que pedirle consejo a Randazzo. Histórico lo que pilcha Randazzo. Nuestro Lord Acton, Randazzo.)

Me gustó tu actitud. Sos un cowboy tamaño mini. Esos son los mejores cowboys. Tenes callos de carácter hechos en la llanura de la sobreadaptación. Fuiste siempre el primero de la fila y le ganaste a todos.

Yo creo que sos parte del problema. Pero tenés pasta de campeón. Tenés talento. El talento es invisible pero se ve y te lo aplaudo.

Las patillas no van. Tampoco que te metas los dedos en la boca y pongas ojos aburridos de cordero en el Senado de La Nación. Show some respect.

Pero te quiero decir esto:

Hoy a la mañana iba en taxi por Alem para Paseo Colón. El taxista, un viejo boliviano que me venía hablando del sol de Tarija, se asustó cuando pasaste.

Primero una moto, cortando rápido la curva del helipuerto de la Presidenta. Después vos, (cochazo), después otro superauto con cuatro policías de los que van alerta.

Estuve seguro de que ibas a entrar al garage del Ministerio y que eras vos.

En el año 2001 fui jefe de prensa del Ministerio de Economía. Tengo la suerte y el honor de haber trabajado cinco años cerca de Domingo Cavallo.

Lo que te quiero decir es que si una moto te va abriendo el transito, si solo hablás con gente que piensa lo mismo que vos, la realidad se te vuelve una burbuja.

Yo no sé si hay conspiradores contra el gobierno. Pero la cosa está mal en serio, en la calle, en la gente, parece una canción del nacional y popular.

Pedí que te saquen al motoquero, decile al señor policía que hace de chofer que te lleve más despacio, bajá la ventanilla. Cagate un poco de calor vos también.

Si sos un Ministro lento y Tai Chi te va a ir mucho mejor. Lento y Tai Chi.

El día que tuve que rajar del Ministerio fui a decirle a un chofer que me llevara a mi casa. “Tomate un taxi”, me dijo.

Finally tenemos Reina

Capitanich es negro como la verdad. Abal Medina tenía la blanca palidez que impide resolver. Capitanich es el Premier que la presidenta necesita para seguir siendo presidenta y no romperse en el camino.

El kirchnerismo inventó una manera de gobernar con todas las decisiones concentradas en el tope de la pirámide. Un modelo insostenible, un organigrama de muerte y dolor. La presidenta volvió cambiando el equipo y esa es una buena señal, porque muestra que, piba inteligente como siempre fue, usó el tiempo libre para pensar y rearmarse.

Capitanich ya tuvo el trabajo que tiene ahora con once años menos y jugando un partido mucho más difícil. Su laburo va a ser ordenar la interna, que ya se estaba volviendo un todos contra todos con pinta de sálvese quien pueda.

La presidenta vuelve en versión borrón y cuenta nueva, vuelve señora buena. Como en El vuelo de la reina, de Tomás Eloy Martínez, donde un presidente que está abajo en las encuestas se encierra en un monasterio y sale arrepentido y amistoso en general. Cristina dejó atrás los gritos.

La presidenta vuelve reina constitucional, repartiendo el juego para abajo. Su laburo es ser un emblema, la estatua viviente que lleva el kirchnerismo adentro. El kirchnerismo tiene la única misión de estacionar suave un ciclo.

El gobierno tiene el viento favorable del recuerdo feo del 2001. A nadie le conviene que esto termine en crisis. Si mirás los últimos cuarenta años de la Argentina, ves claro que siempre mejoramos por oposición a la cagada que hicimos antes.

La presidenta va a reinar de hecho, brillando protocolar en cuentagotas. Un poquito se nos dio. La democracia viene andando más o menos desde que la recuperamos. Cristina entre peluches es la reina del pueblo, por más que nos riamos en Twitter, porque los peluches son un quemo y los perros falderos ni te digo. Todo va a ser como un largo programa de tele de la tarde.

Diez herramientas para comunicar mejor que Batman

1) Comunicar es tener la capacidad de ver demandas de la sociedad que necesitan ser representadas. Después inventás un discurso que funcione como el pararrayos que atrae esos deseos, que vuelven más legítimos tus intereses. Liderar es representar. No existe la manera de inventarle una necesidad a nadie, de convencer con un mensaje ciento por ciento propio. Comunicar es conectar y sólo conectás si lo que decís hace eco en quien te escucha, muy inclusive si esa persona siente que lo descubre en diálogo con vos.

2) Cada audiencia gusta de una canción de amor distinta. Pensá en las características comunes de tu auditorio. Entrenate en la habilidad política básica de poder aislar en grandes variables los deseos, temores, opiniones del mundo de tu auditorio. Sos como Romeo tratando de que Julieta ponga los vestidos en una mochila y se vaya con vos, o como Julieta tratando de que Romeo te invite a huir. Vas a encontrar el tono de tu discurso cuando mires a tu audiencia con ojos amorosos. Los seres humanos nos movemos en grupos homogéneos con ideas parecidas. Por eso los marketinistas inventaron la segmentación. Por más que estés hablando en un canal de televisión, siempre tenés que tener claro a qué grupos del público le estás hablando. Segmentar significa renunciar. Cuando le hablas a todos, no le hablas a nadie.

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Mi generación (teoría general)

1) Tenemos la angustia de los que no ven la bandera que llevan. Las generaciones anteriores tenían un cartel fácil de leer; el nuestro, invisible, es poner en el mundo una generación de buenas personas.

2) La humanidad tiene una conciencia colectiva que ajusta para superar el quilombo del momento. La clave del mundo que viene es lenta y amable y tiene que ser operada por poderosos así.

3) Somos padres amorosos para dejar de ser de una vez niños con moretones. Fuimos un dato más en la vida de nuestros padres, que tomaban las curvas rápido como un Torino a Mar Del Plata.

4) Nos duele despertarnos solos y no lo decimos.

5) Si no te toca un pibe, hay un pibe cerca. Como dijo Hillary, eufórica de ghost writing, “hay un dicho zulú: se necesita un pueblo para criar un chico”.

6) Un día al sol, caminando con Marina Llambi Campbell, vi en un limonero que la conciencia de mi padre muerto está adentro mio y la mía, que lleva la de mi padre, en mi hijo.

7) Todas esas conciencias juntas llevan el código de la Evolución, que es ir al amor como sea, a los tumbos, salga como salga.

Francisco va con la guitarra de Slash

Francisco va con la guitarra de Slash, ese pibe que aprendió a hacerle algo a las cuerdas que te avisa que sos hermano de todos los que alguna vez amanecieron en la playa con las botas puestas.

Slash encontró, entre todas las maneras posibles, una diferente. Eso hizo Bergoglio cuando se subió a caballo a una ecuación perfecta que corre con la nafta de una idea cuyo tiempo ha llegado, como dijo arroba Goethe.

La fórmula del Papa es acumular legitimidad simbólica para pagar el costo político de ir contra curas manos largas, turritos del Excel u honestos con demasiado amor por la poltrona. Pero Pancho no es un justiciero. Es, mucho mejor, un megalómano que está haciendo que le vuelva la magia a ese elefante mundial hecho del aire transparente que hay en Saint Patrick’s y de las zapatillas aparatosas del cura que atiende en San Cayetano, Barrio de Belgrano Garrón, Buenos Aires, Argentina.

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