El “kirchnerista-cura”

No es un error. El padre Juan Carlos Molina, flamante titular de la Sedronar, es más kirchnerista que sacerdote. Su fanatismo por el proyecto político, más que en Dios, lo demuestra en sus mensajes vía Twitter y en su trayectoria. Su designación va de la mano del avance del jefe de gabinete, Jorge Capitanich, en la toma de las decisiones más trascendentes del gobierno nacional como así también de Alicia Kirchner. ¿Por qué?

Viejos conocidos

El “kirchnerista-cura” suele estar en el momento justo y en el lugar indicado. Según OPI Santa Cruz, Juan Carlos Molina estaba presente en el restaurante Rocco la tarde del 2007 en que a la hermana del ex presidente Néstor Kirchner fue escrachada por docentes que le arrojaron harina, huevos y le tiraron del pelo. En aquel entonces, su hija, Romina Mercado, pidió que se destituya del cargo de conjuez a Dino Zaffrani basándose en el testimonio de su hermana, Natalia, quien estaba presente junto con Molina en el momento en que Alicia la pasaba mal. Al conjuez lo acusaban de haber sido uno de los instigadores del escrache. Zaffrani argumentaba que estaba presente como abogado de Ibáñez, uno de los empleados municipales reprimidos por la policía, y que se había acercado al restaurante a recordarle a la ministra que la crisis era producto de las políticas sociales tomadas por su hermano presidente. Natalia Mercado es fiscal de la provincia y ha intervenido en investigaciones judiciales contra su propia familia. Molina trabajaba como asesor ad honorem del Ministerio de Desarrollo Social, brazo político desde el que se financian organizaciones sociales como Kolina, liderado por la propia Alicia Kirchner, y una de las agrupaciones más importantes de Unidos y Organizados como también de la Fundación “Pibes de la Patagonia” del propio Molina. Uno de los 42 maestros que se desempeñaban en esa fundación era el hermano del “kirchnerista-cura”, Marcos. La fundación recibía importantes aportes de YPF en tiempos en que la familia Eskenazi y los españoles de Repsol eran grandes amigos del gobierno nacional.

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El sueño de Capitanich

La flamante designación del gobernador del Chaco, Jorge Milton Capitanich, como jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, abre varios interrogantes. ¿Quién es realmente el hombre que supo ocupar ese mismo cargo durante el momento más difícil de la presidencia de Eduardo Duhalde? ¿Cómo hará Cristina para vender entre sus fieles, que el Coqui es un revolucionario nac & pop siendo un político del ala más conservadora del peronismo? La respuesta está clara: una infinidad de recursos económicos, la versatilidad del “pensamiento nacional” y el antecedente de Amado Boudou. ¿Alcanzará? Por ahora, Jorge Capitanich sueña con ser el heredero natural de CFK.

En las últimas elecciones, Jorge Capitanich pudo entregarle una de las pocas buenas noticias a la presidenta, a quien conoce desde sus tiempos en el Senado de la Nación, donde los dos trabajaban en conjunto en sus respectivas bancas. En octubre, en el Chaco, el Frente para la Victoria, superó el 60% de los votos. A fines de los noventa, ella y él afianzaron una relación muy cercana. Padre de dos hijas, junto con su ex mujer, la ex ministra de Salud de su gobierno, Sandra Mendoza, el Coqui había llegado a la gobernación en el 2007, tras un reñido escrutinio con el radicalismo. Pocos recuerdan su pasado como jefe de Gabinete duhaldista durante la devaluación asimétrica y sus anteriores relaciones con el menemismo en la extraña privatización del banco de Formosa.

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