El doble discurso K

Magdalena Odarda

La década kirchnerista podría ser llamada también como la del doble discurso. Afirmar una cosa y hacer la contraria se ha convertido en una constante del gobierno nacional. Hay un tema en que esto se percibe con mayor elocuencia: los enclaves coloniales que se siguen manteniendo en nuestro país. Uno de ellos queda en la provincia que represento como senadora nacional, Río Negro: se trata del aeródromo privado Bahía Dorada a tan solo horas de vuelo de las Islas Malvinas, que fue habilitado y puesto en marcha durante la gestión como ministra de Defensa de Nilda Garré.

Es un aeropuerto que opera sin ningún tipo de control por parte del Estado, que es propiedad del ciudadano ingles Joe Lewis y para el cual venimos reclamando una urgente radarización. Esta terminal tiene un tamaño similar al de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Con una pista de dos mil metros (es casi tan larga como la de Aeroparque) cuenta con hangares y está ubicada a sólo mil metros del mar. Dicho de otro modo: un ciudadano inglés es dueño de uno de los aeropuertos más grandes de la Patagonia y opera sin control alguno por parte del Estado.

En la última exposición del Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación ante el Senado, Jorge Capitanich afirmaba que el “sesenta por ciento del territorio nacional está radarizado”. El funcionario desconocía la situación de este aeropuerto privado, que opera sin ningún tipo de control por radar, en manos de ingleses y en el área de seguridad de frontera.  No es esa la única agresión a la integridad nacional. La zona que rodea al Lago Escondido es de una gravedad similar, que queda explícita en la ultima y nueva traza propuesta por el gobierno kirchnerista de Rio Negro y que no es otra cosa que seguir garantizando los privilegios del magnate inglés Joe Lewis de disfrutar en forma exclusiva de ese espejo de agua.

El manejo impune del territorio nacional no terminó tras nueve años de juicio. Pese a una sentencia que obliga a abrir el camino público, el gobierno provincial sigue actuando a favor del magnate  Joe Lewis. Vale un ejemplo reciente: hace pocos días, un turista que intentó llegar al lago realizó una denuncia ante el municipio de El Bolsón por encontrarse prohibido el ingreso. No fue una sorpresa para nosotros, porque este impedimento se hizo moneda corriente desde que la empresa de Lewis, Hidden Lake S.A., compró el predio. Así, de la misma manera que no existe un camino accesible, seguro y gratuito para el ingreso a Lago Escondido, está garantizado el tránsito sin control de radares para el mismo empresario que tiene un enorme aeropuerto a horas de las Islas Malvinas