Usina de esperanza

Marcelo Romero

Cuando Diana Cohen Agrest  -doctora en Filosofía y madre de Ezequiel, asesinado en una entradera- nos convocó para crear  una “Usina de Justicia”, un soplo de aire fresco inundó los laberintos de nuestras atribuladas almas. Una luz de esperanza se encendió en la larga noche de la desidia y la inacción estatal frente a los gravísimos problemas que acarrean el crimen y el criminal.

Usina de Justicia es un grupo apartidario de argentinos y argentinas que no se resignan frente al discurso y la (in) acción oficial respecto del delito y del delincuente.

Usina de Justicia quiere reflexionar y discutir acciones concretas para el mejoramiento del Sistema Penal del Estado, entendido éste como un verdadero mecanismo que debe integrarse con los Servicios de Inteligencia,  las Fuerzas Policiales y de Seguridad, el Ministerio Público, la Administración de Justicia Penal, los Servicios Penitenciarios, los Patronatos de Liberados, etc.

Usina de Justicia quiere recuperar el verdadero discurso jurídico-penal, eliminando eufemismos y términos ambiguos, que fueron construyendo un relato absurdo y peligroso. Un relato que transformó a la víctima en victimario y al victimario en víctima. Un relato que colocó el techo antes que los cimientos. Un relato justificante del mal…

Usina de Justicia quiere desenmascarar al abolicionismo y a los abolicionistas, éstos últimos disfrazados de “garantistas”, sin miedo a ser políticamente incorrectos y sin temor a sufrir rótulos ni etiquetas… Por otra parte, no es ninguna novedad utilizar adjetivos que agravien y paralicen acciones concretas. Ya la Inquisisión utilizaba el término “hereje”, para causar terror e inacción frente a las atrocidades de la Iglesia de aquel entonces.

Usina de Justicia quiere denunciar el intento -bastante avanzado, por cierto- de destrucción del actual sistema penal argentino, instalando en Facultades de Derecho, Escuelas de Post-grado, Consejos de la Magistraturas, etc., un catecismo laico y obligatorio, basado en la obra de Eugenio Zaffaroni  y sus seguidores, cuyo “plan de lucha” figura en un libro publicado en 1989 por la Editorial Ediar, “En busca de las penas perdidas”

Usina de Justicia quiere generar luz en medio de tanta oscuridad o, mejor dicho, en medio de tanto oscurantismo.

Usina de Justicia pretende ser una voz alta y clara frente a la subordinación militante del absurdo. Frente a la aberración jurídica. Frente a la injusticia…

Usina de Justicia es, justamente, esperanza.